miércoles, 21 de octubre de 2015

Nuestra institucionalidad y el capital social Por: Jairo Parada



Estos datitos están en la columna de Jairo Parada: Informe de Percepción Ciudadana de 2015, presentado por Barranquilla Cómo Vamos, registra datos para toda Barranquilla, que se mueven en la misma dirección. Los barranquilleros priorizan el empleo en un 62%, la seguridad en un 60% y piensan que lo más importante de un nuevo alcalde debe ser que no sea corrupto (79%).
Aunque el 61% de los ciudadanos piensa que el Concejo cumple con su labor, el 50% de los ciudadanos señala que los concejales no han cumplido y el 30% dice que son corruptos.
La gestión de la Alcaldía es apenas buena para un 52%.

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Nuestra institucionalidad y el capital social
Por: Jairo Parada

La pasada semana, dos informes nos hicieron aterrizar sobre la realidad que afecta a nuestras organizaciones públicas y el capital social de Barranquilla y su área de influencia. En primer lugar, se conoció el Informe de Medición del Capital Social en el Área Metropolitana de Barranquilla de la población sisbenizada en el 2015. Es el producto de un trabajo laborioso de campo del Observatorio de Condiciones socioeconómicas del Atlántico (OCSA) de varios años, del Departamento de Economía de la Universidad del Norte, el cual por esta fecha 
cumplió quince años y ya ofrece programas de maestría y doctorado.

Aunque soy crítico de llamarle “capital” a la educación, a la cultura, y a este elemento de la sociedad –el capital social– por la exacta definición que entraña esta relación social –ya que preferiría llamarles a estos activos “dotación”–, la literatura económica y social recoge una alta correlación entre capital social y desarrollo económico, aunque la causalidad es discutida. De todas maneras, la densidad de capital social –horizontal y vertical– para una sociedad es clave. Si usted vive en una sociedad donde los fines de semana sólo se ve con familiares y amigos muy cercanos, no pertenece a alguna organización política, gremial, religiosa, comunitaria ni interactúa con el Estado, usted vive en una sociedad civil muy tenue y con bajo capital social. Las cifras del OCSA en 2015 son contundentes: apenas el 8.2% de las personas colaboró con algún partido político, el 4.6% participó en alguna recolección de firmas y el 2.3% estuvo en alguna manifestación. Curiosamente, a la hora de votar, el entusiasmo fue grande: el 64% en Barranquilla, el 85% en Puerto Colombia, el 80% en Malambo y el 74% en Soledad. Ello no refleja capital social sino el peso de la servidumbre en nuestra sociedad, la falta de libertad, como decía Amartya Sen.

En segundo lugar, el excelente Informe de Percepción Ciudadana de 2015, presentado por Barranquilla Cómo Vamos, registra datos para toda Barranquilla, que se mueven en la misma dirección. Los barranquilleros priorizan el empleo en un 62%, la seguridad en un 60% y piensan que lo más importante de un nuevo alcalde debe ser que no sea corrupto (79%). El partido político apenas influye en un 5% en sus decisiones, y el programa político (¡oh sorpresa!) en un 42%. Un 23% de los ciudadanos no cree en nadie para enfrentar la corrupción, el 8% confía en entidades judiciales y ONG, veedurías en un 4%, y el único sector que repunta son los medios de comunicación (20%). En síntesis, sálvese quien pueda. Aunque el 61% de los ciudadanos piensa que el Concejo cumple con su labor, el 50% de los ciudadanos señala que los concejales no han cumplido y el 30% dice que son corruptos. La gestión de la Alcaldía es apenas buena para un 52%, aunque curiosamente las encuestas anuncian continuismo. La solidaridad con vecinos apenas alcanza al 34%, y las organizaciones religiosas marcan un 22% de afiliación, lo demás es muy débil. El 48% no ha hecho nada por los demás, y la gente solo cree en familiares para resolver sus problemas. 

En síntesis, la ‘capital’ del TLC es un conjunto de ciudadanos globalizados pero atomizados sin capacidad decisoria.

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