miércoles, 10 de julio de 2013

La preocupación de Max Rodríguez y su carta al gobiernador y a la alcaldesa


Max Rodríguez Arenas, un ciudadano preocupado por la crisis social que se viene presentando en el Departamento del Atlántico y en su capital Barranquilla.

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Barranquilla, 09 de Julio de 2013

Doctor

JOSE ANTONIO SEGEBRE

Gobernador del Departamento del Atlántico

Doctora

ELSA NOGUERA DE LA ESPRIELLA

Alcaldesa Distrital de Barranquilla

Ciudad

Estimados Gobernantes:
 
La sociedad atlanticense se desmanece en nuestras manos. La destacada herencia de paz de nuestros antepasados ha declinado ante el avance sostenido y creciente del crimen y la patanería.

Barranquilla, la ciudad abierta a los inmigrantes pero estéril a la violencia, considerada un remanso de paz en medio de la violencia armada del país, ha ido perdiendo soterrada y aceleradamente su más precioso legado. Ni siquiera la guerrilla había podido alterar nuestra apetecida paz ciudadana.

¿A qué horas se nos ha salido la criminalidad de nuestro control? Reconocemos que no es un fenómeno reciente y que su acrecentada presencia se ha consolidado a través de varios años.
Pero mientras el Gobierno siga negando el problema y desestimando las cifras y la percepción ciudadana; mientras los subalternos continúen intentando defenderse con cifras amañadas; mientras la Comunidad siga creyendo que la seguridad es un problema exclusivo del Gobierno; mientras sigamos justificando el robo y la delincuencia por la falta de oportunidades; mientras nuestros políticos sigan chantajeando al gobernante de turno, en vez de legislar para adaptar las normas a la cruda realidad; mientras el señor Comandante de la Policía sostenga públicamente que la delincuencia no se combate con medidas represivas sino con mayor  inversión social; mientras los jueces y fiscales de la República sigan exigiendo el derecho a mejores salarios, pero por miedo, incompetencia o soborno, sigan evadiendo el deber de juzgar con rigor a los delincuentes; mientras el Gobierno Nacional, en respuesta al hacinamiento en nuestras cárceles, decida liberar delincuentes en vez de mejorar y ampliar las existentes; mientras todo esto sucede, nuestra sociedad se degrada y corrompe ante la mirada aislada, indiferente o complaciente, de sus ciudadanos de bien.
Se requiere actuar con urgencia, solidaridad y pertinencia para acabar con un flagelo que está minando cada día más nuestra sociedad y pone en peligro el desarrollo económico que empieza a sentirse en la ciudad y el departamento.
¿De qué nos sirve tener la menor tasa de desempleo, si a nuestros trabajadores los esperan a la salida de las fábricas y empresas para ser atracados? ¿De qué nos sirve el desarrollo económico si no podemos salir a disfrutar del bienestar que nos genera el mayor ingreso de la gente? ¿De qué nos sirve tener más cupos escolares si nuestros hijos corren el riesgo de ser violados en cualquier esquina. ¿De qué nos sirve tener el mejor y más alegre Carnaval, si luego de cada evento nuestros hijos son atracados o asesinados. ¿Qué le espera a una sociedad que utiliza hasta los hechos positivos como la victoria de un equipo o Selección para generar violencia y alteración del orden público? ¿Qué hacer ante un panorama tan sombrío y tenebroso?

Debemos reconocer que la delincuencia sobrepasó nuestra capacidad de reacción individual y hacer un pacto entre el Gobierno y la sociedad, declarando enemigo común a toda persona que actúe por fuera de la ley sin importar a quien se afecte. 
Exigir del Gobierno Central el trámite de una ley que endurezca las penas dependiendo de la reincidencia de quien las comete e Impedir a toda costa que liberen a delincuentes que hayan cumplido parcialmente sus penas.

Los Gobiernos Departamental y Distrital deben darle institucionalidad a la lucha contra la delincuencia y nombrar a personas conocedoras de la seguridad que generen confianza en la ciudadanía. La solidaridad es el arma secreta de nuestra sociedad y a ella debemos acudir para avanzar en una política coherente que enfrente con audacia y con rigor al crimen organizado.


Convoco a la Comunidad a cerrar filas alrededor de nuestras autoridades legítimamente constituidas sin importar diferencias de tipo personal o político. Desde mi posición de simple ciudadano manifiesto mi inflexible decisión  de contribuir a combatir de manera implacable este flagelo que azota sin discriminación  a la sociedad entera.

Con mis sentimientos de especial consideración.

FIRMADO

MAX RODRIGUEZ ARENAS            

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