Qué
bueno tener cerebros lúcidos. Especialmente, en unos momentos históricos que
nos marcarán de por vida.
Cerebros
conscientes de que el mejor negocio es la PAZ.
¡Nefastos,
Uribe y Pastrana!, dice el editorialista de la República.
Y nos
toca decir que ¡SÍ!
Ese analista
señala: “Ambos fracasaron en su intento de pacificar al país”.
Y yo no
estoy de acuerdo con él.
Porque, siento que Uribe NUNCA lo intentó.
Es más.
En su campaña política lo adelantó: “Acabaremos con la guerrilla”.
Y no
fue posible.
Yo le
di puntos en el primer mandato, porque nos ayudó y tranquilizó las carreteras.
Pero en el segundo, carajo… se pasó de maracas.
Y para el tercero: “Ni de
vainas…” dije yo. Porque sentí que era un colombiano que no estaba pensando en
su país, sino en su propio ego. Irrespetando la Constitución, al pretender ser
reelegido.
Es
bueno.
Pero muy bueno, que se lean tranquilamente este editorial de un cachaco
lúcido que casi todo lo dijo bien.
Todos
unidos para que logremos la PAZ.
Sería
la noticia más importante del siglo XXI para Colombia.
RADAR,luisemilioradaconrado
316 617 3355
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Editorial
La paz es un motivo superior
Martes , Abril
2, 2013
Los expresidentes no se están dando cuenta que
las ganas de figurar no le hacen bien al camino de la paz y la seguridad
La actitud de los expresidentes, Andrés
Pastrana y Álvaro Uribe desdice de tan alta dignidad y les resta la
credibilidad en sus puntos de vista, que si bien son válidos, en la mayoría de
los casos son destructivos para la ilusión de la mayoría de los colombianos que
quieren un país en paz para sus hijos y nietos. ¿Cómo puede haber un colombiano
que se oponga a un acuerdo de paz con los grupos guerrilleros? Pero peor aún:
cómo pueden dos expresidentes que fueron llevados a la Casa de Nariño para que
consiguieran pacificar al país -por dos caminos diferentes- oponerse a tan
noble tarea.
Olvida el ex presidente Pastrana que
fueron sus acercamientos con ‘Tirofijo’ antes de las elecciones los que lo
convirtieron en mandatario y que gracias a
su rotundo fracaso en el Caguán se catapultó el fenómeno político de Uribe que
lo mantuvo durante dos periodos en la presidencia con una línea dura contra los
narcotraficantes y guerrilleros.
Ambos fracasaron en su intento de pacificar
al país. Ambos lograron cosas importantes en el camino de la debilitación de
los actores armados, y ambos ahora deben trabajar con la actual administración
en su empeño de lograr un acuerdo con los grupos guerrilleros para ponerle fin
a un conflicto de más de medio siglo.
Nadie les pide a Pastrana y Uribe que no
opinen diferente al Gobierno Nacional; lo que se les reclama es que razonen en
que la paz es un bien superior para todos los colombianos no para sus vanidades
y añoranzas personales.
Ambos son una historia viviente que pueden aportarle
mucho a la resolución de los problemas como la paz, el modelo económico o la
recuperación del mar con Nicaragua.
Por desgracia para el país político nada de
eso está ocurriendo. Los expresidentes han emprendido una cruzada nefasta
contra nobles proyectos de la actual administración con graves perjuicios para
la estabilidad social. Nada les gusta a los expresidentes Pastrana y Uribe: ni
las 100.000 casas gratis para los colombianos más necesitados, tampoco los
acuerdos de paz o que la economía sea reconocida por las agencias calificadoras
de riesgo como un país digno para invertir. La oposición política es necesaria
y más si viene de partidos diferentes a los que están en el Gobierno, pero
mejor si es con altura, con ideas, sin retrovisor y mucho menos con mensajeros
que disparan palabras sin responsabilidad.
La posición es clara: todos los colombianos
debemos trabajar para llegar a un acuerdo de paz con los grupos guerrilleros,
de tal manera que desaparezcan marcas nefastas de nuestra historia como son
‘farc’ y ‘eln’. Una vez se logre dicho acuerdo se empezará a reconstruir con
mayor inversión social, con más seguridad, factores que permitan desplazar más
de un 5% del PIB que se va en guerra, al desarrollo agro industrial, social y
de infraestructura.
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