Pero, por la velocidad que lleva la vida, no me
había detenido a leerlo, ni a colgarlo en el Blog... Después de Panamá,
llegamos a Barranquilla y al día siguiente, el RADAR se fue a Cartagena, al
cubrimiento del XVI Congreso Nacional de NATURGAS.
Y al ratito, llegó la Semana Santa.
Apenas ahora, resucitamos, prácticamente… El mundo
seguirá sin la reflexión de esta bonita semana…
Pero seguiremos…
El editorial del que hablamos está aquí, con una
gráfica, en la que aparecemos Elvia Mejía, Carlos Arzuza, quien estuvo también
en la Asamblea del BID y el personaje del editorial: Elvia Mejía.
Aquí está, porque considero que estos últimos
gobiernos han ido entendiendo que nuestros profesionales costeños son capaces y
pueden aportarle mucho al desarrollo de nuestra nación.
Elvía Mejía menejo muchos años el CORPES.
Ha estado en otras tareas interesantes, y ahora le
está apostando a la ESAP.
¡Éxitos!
RADAR,luisemilioradaconrado
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Una costeña al frente de la ESAP
El
presidente Juan Manuel Santos incluyó a la Escuela Sup
Editorial marzo 16 de 2013
Una costeña al frente de la ESAP
El
presidente Juan Manuel Santos incluyó a la Escuela Superior de
Administración Pública (Esap) entre las entidades estatales que serán
sacudidas con la política reformista con la cual pretende ser recordado
por la historia, y nombró a la cataquera Elvia Mejía Fernández en la
dirección nacional señalando que ella ha sido “una gran defensora de
muchas causas buenas, entre ellas la descentralización”.
La
Esap fue creada en 1958 como desarrollo de la reinstitucionalización de
la nación tras el plebiscito de diciembre de 1957, en una ley, la 19 de
aquel año, en la que también fue creado el Departamento Nacional de
Planeación (DNP), el Departamento de la Función Pública, la Carrera
Administrativa y la Sala de Consulta de Servicio Civil del Consejo de
Estado.
Existía
en aquel momento, como sigue existiendo hoy, una gran preocupación por
la calidad de la administración pública aun cuando no se tenían, como
hoy se tienen, los mismos afanes por la corrupción, los desafíos de la
globalización y la necesidad de un Estado omnipresente frente a tantos
problemas que reclaman quién los resuelva y recursos para hacerlo.
Tampoco existía, hace 55 años, una sociedad que reclamara su derecho a
la participación y la obligación del Estado en todos los niveles a
promover dicha participación para gestionar y vigilar la actuación
pública.
La
Esap es un establecimiento público del orden nacional y carácter
universitario que tiene como objeto la capacitación, formación y
desarrollo, desde la investigación, docencia y extensión universitaria, y
de los valores, capacidades y conocimientos de la administración y
gestión de lo público, todo ello en la perspectiva de la transformación
del Estado y el ciudadano.
Su
tarea no se limita, como cualquier otro establecimiento de educación
superior, a proveer a la sociedad de profesionales mejores e
investigaciones o asesorías, sino que debe jugar un papel mucho más
activo en la sociedad para que esta contribuya a hacer buenos gobiernos.
Y
a esto, entre otros objetivos, se encamina la reforma estatutaria de la
escuela que debe ser promulgada antes del 20 de junio próximo.
Una
aproximación al diagnóstico refleja la urgencia de la reforma. Carece
de infraestructura apropiada en su sede en Bogotá, las 15 regionales y
los 75 centros provinciales. Así es mientras que están 600 mil millones
de pesos de su patrimonio convertidos en títulos gubernamentales sin
aplicación donde deberían estar. Solo posee 24 profesores de tiempo
completo, de manera que lo misional, para resumir, lo hacen mediante
contrataciones de casi un millar de personas por tiempo definido, con
las obvias implicaciones negativas que este tipo de provisión de
encargos conlleva. La plataforma tecnológica está totalmente
subutilizada. La web es muy poco atractiva y carente de información de
referencia. Los egresados se quejan de que no les ofrecen oportunidades
significativas.
Hace poco se conocieron denuncias de tráfico de notas en
Bogotá. No hay demanda de cupos. La investigación es irrelevante. En
vez de estar a la vanguardia en las ciencias administrativas aplicadas
al sector público se carece de reconocimientos académicos y
respetabilidad.
“La
crisis es estructural”, repitió una y otra vez un grupo de sus alumnos,
el martes en la noche, cuando hubo una sesión especial para buscar
soluciones que fue presidida por la directora, Elvia Mejía.
Colombia
necesita recuperar la Esap. La necesita para su modernización y buen
gobierno. La necesita la ciudadanía y hasta el mundo académico pero para
ello tiene que llegar a ser una institución respetable.
El
Presidente hizo bien en encomendarle la tarea de dirigir el proceso de
cambio a Elvia Mejía, cuyo talante le hace encontrar siempre un plus a
la misión obligada. Una vida de entrega al servicio público, con éxitos
probados, da esperanzas.
Pero, se sabe bien, una golondrina no hace
verano.
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