Otro grande que se nos va: Calero.
Cuando lo veía en las canchas, en la puerta, sentía qué era
difícil que le pudieran hacer un gol. 
El arco se veía pequeño ante ese gigante…
Somos, definitivamente, pequeñitos y frágiles ante la grandeza
del universo.
Un abrazo llave. 
Los admiramos siempre… todo el tiempo…
RADAR,luisemilioradaconrado 

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