jueves, 11 de octubre de 2012

JAPÓN es un país especial. Aeropuerto Narita



 
Japón es un país especial.
Por Luisemilioradaconrado
 
Los japoneses también lo son. El respeto por el otro lo hemos visto reflejado por la forma en que nos han tratado los ciudadanos de esa nación, ahora que llegamos al cubrimiento de las Asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Apenas llegué, estuve pendiente a ver quién o quiénes me atenderían.
 


Alguien podría decir: “ajá muchacho y tú de qué te las picas”. Y la respuesta es: “Soy periodista y el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial nos dan un tratamiento especial a todos los periodistas que cubrimos estos eventos. El RADAR lo está haciendo desde 1989, donde la gente en Colombia no le ponía bolas a estos certámenes… ¿Fondo… Banco… Eso qué es?”
Ahora eso se volvió algo más conocido. Por lo menos, se habla de Fondo Monetario y del Banco Mundial en muchos escenarios.
 
La economía se volvió algo más digerible.
Los medios económicos han crecido en Colombia y en América Latina.
Esa es una historia que hemos vivido en el RADAR ECONÓMICO y ahora en el RADAR ECONÓMICO INTERNACIONAL.
 
EL TRATAMIENTO al RADAR
Bien, apenas me atendieron en inmigración pasé a buscar cómo llegaba al hotel.
Ya mis asistentes se habían encargado de hacer la reserva en el hotel unos días antes. Hotel: Hotel Bougainvillea. Un edificio de 11 pisos donde te atienden respetuosamente. Nada lujoso, pero práctico y efectivo para lo que vinimos a cubrir esta vez.
 
Una señora, fue la encargada de recibirme, porque, apenas llegas te encuentras con un aviso que dice: FMI-BM. Los periodistas que conocemos esta mecánica, nos dejamos llevar… y funciona…
 
No me atendió esa señora, del inicio.
Me cayeron cuatro (4) más.
Les mostré mis credenciales y entre todas se encargaron de buscar en el mapa de Japón, el sitio donde debía pasar estos días en este cubrimiento, en Tokio.
 
Cuando concluimos la odisea: “Ya sabemos cuál es su hotel. Lo que debe hacer para llegar, así que tranquilo, no se preocupe, me dijeron”. Ella y yo aprobamos con una sonrisa ese “triunfo”.
Tanto que le choqué las manos. Después me di cuenta, que fue algo emocional, porque parece que el protocolo indica que a esas mujeres no se les tocar.
 
Cuando iba a tomar la limosina (así le llaman a un bonito bus que nos llevaría al terminal de taxis) lo olvidé y casi, casi, me iba a despedir de beso… y la japonesa se puso las pilas y lo evitó… la ignorancia, carajo, que tiene uno como latino.
 
Cerramos ese capítulo y de ahí me tocó buscar un taxi. El sistema me permitió llegar sin tropiezos. Yo tenía la asesoría de la japonesa que me había escrito en japonés la dirección del hotel y el teléfono. Y eso sirvió mucho para la guía del conductor del taxi. Llegué sin problemas y rápido.
Lo más bueno: “gratis, como dice mi amigo Pacho”… que es importante en Tokio, donde todo parece que es caaarrrrriiiiissiiimoooo, como me anticipó un amigo que viaja mucho.



El ingreso a Tokio, Japón, puede decirse que fue exitoso. Ya en el hotel, encontramos otras historias, porque Yutaka, el joven de la recepción que me atendió no habla “ni papa de español”. Y yo, “ni papa de japonés”, ja,ja,ja… qué bonita vida.
¡Cómo nos entendemos los seres humanos, sin hablar nuestros idiomas!

RADAR,luisemilioradaconrado   

No hay comentarios:

Publicar un comentario