jueves, 18 de octubre de 2012

Barack Obama le ganó el segundo debate a Romney

Así ganó Obama el segundo debate
Por Urías Velásquez, especial para Semana.com

EFE. El presidente y candidato demócrata, Barack Obama y el candidato republicano, Mitt Romney (i), salen del escenario tras el segundo debate presidencial televisado.



ELECCIONES en Estados Unidos.
Cuando todos los demócratas estaban al borde del colapso, pues creían que Romney tendría en este segundo debate la oportunidad perfecta para sumar más adeptos, las cosas se revirtieron y el presidente fue un claro ganador.

Miércoles 17 Octubre 2012

Erick estaba sentado en un rincón del auditorio de la Universidad Hofstra en Hempstead, New York, donde justo en 5 minutos comenzaría el debate entre los candidatos a ser el presidente número 45 de los Estados Unidos, sus pies estaban abiertos y sus codos yacían sobre las rodillas, en sus manos extendidas caía la cabeza que para entonces clavada la mirada al piso. 
Tenía el presentimiento que hoy su favorito; el presidente Barack Obama seria aplastado, tal y como había acontecido 13 días atrás y durante el primer debate, en esa ocasión las encuestas favorecieron a Mitt por más de 20 puntos. De suceder este martes lo mismo, la presidencia estaría prácticamente perdida. A su lado estaba una mujer republicana, su sonrisa contrastaba con la seriedad de Erick. Ninguno de los dos miraba al otro, preferían que esa batalla la dieran sus respectivos candidatos. Junto a ellos, otros 80 votantes más.
 
De repente el anuncio de Candy Crowley, moderadora del debate: "Buenas noches desde…", de inmediato Erick levantó su cabeza, el momento había llegado, después de algunas otras recomendaciones la Crowley sentencio: "Vamos a dejar de lado ese acuerdo (el de no hacer ruido o aplaudir durante el debate) sólo por esta vez, para dar la bienvenida al presidente Barack Obama y al gobernador Mitt Romney". Los aplausos ayudaron a que todos, incluido Erick y su vecina republicana.
 
Entonces los dos hombres comenzaron a salir, ambos con impecable vestido negro y corbata, la del presidente roja y la del gobernador azul con rayas. Exactamente al contrario del primer debate. Ambos hombres se acercaron, estrecharon su mano, y se fueron a cada una de sus sillas. Obama se sentó primero, mientras Mitt se mantenía de pie agradeciendo al público presente, hasta allí nada hacia prever la guerra en que minutos después habrían de convertirse el escenario.
 
La primera pregunta vino de Jeremy Epstein, un joven estudiante de 20 años: "Señor presidente, gobernador Romney, como un joven de 20 años, estudiante universitario, todo lo que escucho de profesores, vecinos y otros es que cuando me gradúe, voy a tener pocas posibilidades de conseguir empleo. ¿Qué me pueden decir para tranquilizarme, pero más importante aún, que le pueden decir a mis padres, voy a ser capaz de mantenerme después de que me gradué en dos años?"
 
Mientras Jeremy hablaba, Romney se puso de pie y comenzó a caminar hacia él, parecía como si quisiera mostrar cercanía, pero si físicamente lo logró, su respuesta no pudo ser más impersonal; en primer lugar le habló de como él garantizó el acceso a la educación en Massachussets y de cómo los mejores estudiantes en ese estado eran becados, en segundo lugar se quejó porque la mitad de los graduados no obtenían trabajo acorde con su preparación y luego culpó a Obama de todo, finalmente prometió que de ser electo presidente garantizaría que para 2014, Jeremy tendría un trabajo.
 
Obama por el contrario, fue al punto y mientras se acercaba, consiguió intimar con el estudiante: "primero que todo tu futuro es brillante", le dijo. Después mencionó que su gobierno durante los últimos 30 meses había creado 5 millones de empleos y finalmente le dio a Jeremy tres estrategias puntuales de como garantizaría su empleo. Primero creando empleos que incluyan manufactura, tal como la industria automovilística. Segundo garantizando el mejor sistema educativo posible. Y tercero, garantizando control sobre la energía del futuro y creando empleos en ese sector.
Hasta ese momento todo andaba relativamente normal, entonces Crowley arremetió contra los dos indefensos candidatos: "déjenme preguntarles por una respuesta más inmediata y comienza el señor Romney (…) ¿que puede usted hacer?, estamos ante una situación en donde el 40% de los desempleados lo ha sido por más de 6 meses o más, ellos no tienen los dos años que Jeremy tiene".

Romney pareció por primera vez encontrar la oportunidad que venia a buscar, y sin consideración alguna se lanzó contra su oponente. Lo acusó de haber implementado políticas que habían incluso aumentado el desempleo, le hizo una lista de empresas a las que había declarado en banca rota, entre la cuales mencionó a General Motors y Chrysler. Inmediatamente, Obama visiblemente molesto, interrumpió: "Candy lo que el gobernador dijo, no es cierto (…) pregúntele a algún ejecutivo de General Motors o Chrysler, algunos de ellos republicanos, simpatizantes del gobernador Romney, y ellos le dirán que su (a de Romney) receta no iba a funcionar".
 
Y como si fuera poco agregó: "El gobernador Romney dice que tiene un plan de cinco puntos, el gobernador Romney no tiene un plan de cinco puntos. Él tiene un plan de un sólo punto. Y ese plan es que aquellos en la escala superior tengan unas reglas diferentes (…). Esa ha sido su filosofía en el sector privado, esa ha sido su filosofía como gobernador y esa es su filosofía como candidato presidencial". Y esas palabras fueron una declaración de guerra, a partir de ese momento constantemente los dos candidatos se interrumpieron, e incluso se manotearon.
 
El segundo momento intenso se vivió mientras el candidato Mitt Romney aseguraba que las políticas del presidente estaban congelando la producción de petróleo y gas, entonces Obama y muy similar a como lo hizo Al Gore con su rival, durante el debate del año 2000, intentó acercarse e intimidar, pero y al igual que éste falló, y tuvo que sentarse después que Romney sentenció: “tendrás tu oportunidad en un momento, todavía estoy hablando yo”.

El tercer momento critico se dio cuando el debate se trasladaba al tema de la inmigración, Romney tratando de responder a un punto anterior sobre sus inversiones en China, y rompiendo el acuerdo bipartidista que impedía que los candidatos se hicieran preguntas personales directas, preguntó al presidente: "¿Has chequeado tu pensión?". El candidato del Partido Republicano pretendía justificar su inversión con el hecho de que todos los fondos de pensión también invertían en China. En principio Obama trató de no responder, pero ante la insistencia anotó: "No he visto mi pensión, pero sin duda no es tan grande como la tuya". En aquel tiempo el auditorio irrumpió en risas.


El cuarto momento de verdad sucedió cuando el candidato Romney fue indagado acerca de sus diferencias con George Bush (hijo), entonces Obama y justo después de la respuesta del republicano, aseguró que efectivamente Romney y Bush eran diferentes “pero no en términos de economía” e incluso agregó que Romney se había ido aún más al extremo “cuando se trataba de políticas sociales”.

Quizás el momento más definitivo llegó cuando ambos candidatos debatían el tema del ataque a la embajada americana en Libia y en el cual murió el embajador de los Estados Unidos. Frente a la afirmación de Romney de que el presidente no había calificado el atentado como ataque terrorista sino hasta varios días después, la moderadora Crowley le corrigió diciendo: "lo hizo en efecto" y argumentó su participación diciendo que ella había estado cuando esa declaración había sido hecha en Rose Garden en La Casa Blanca, el día siguiente al ataque. Creo que la señora al lado de Erick, la republicana del primer párrafo, en este momento se quiso morir, definitivamente Romney había resbalado estrepitosamente.

 
El último momento intenso llegó al final y mientras Obama hacia su declaración final: "yo creo que el gobernador Romney es un buen hombre (…) pero cuando él (Romney) dice, a puerta cerrada, que el 47% de los americanos se considera victima para que el Estado los mantenga, ¿a que ciudadanos se refiere?", y luego tras un corto silencio, contestó: "a personas que trabajan duro, a estudiantes, a veteranos, a soldados, a gente que tiene el servicio de salud porque trabajó toda su vida".

Entonces Erick se puso de pie. Sabia que para ese momento su premonición no había sido cumplida, porque esta vez Barack Obama había tomado el toro por los cachos, esta vez Obama había ganado el debate.

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