Domingo, 24 de junio de 2012
Una INJUSTA REFORMA que hace despertar a la opinión pública
Por Rafael Alberto Rada C
En estos días nuestro país está viviendo uno de los momentos
más interesantes, por decirlo de alguna manera, con ocasión de lo ocurrido con
la tan anunciada reforma a la justicia, que terminó siendo finalmente UNA INJUSTA
REFORMA.
Se ha puesto en evidencia una vez más que tenemos un sistema
medieval, donde el Rey y su Corte hacen lo que se les viene en gana y están
convencidos que gobiernan y legislan para un pueblo ignorante. Esta vez les
salió el tiro por la culata y no porque esta reforma a la Constitución Política
fuera de lo peor que han producido los últimos gobiernos y el parlamento, sino
porque la fuerza de la sociedad civil a través de las redes sociales se hizo
sentir como nunca antes. Ya los estudiantes mediante su movilización habían
echado atrás la reforma a la educación y no se siguió su trámite en el
Congreso, pero este acto legislativo cumplió todo su trámite en el Congreso y
solo una jugada política desesperada del gobierno la ha detenido, gracias a la
indignación mostrada por la población a través de los medios de comunicación y
las redes sociales.
Esta INJUSTA REFORMA, que los medios, dirigentes políticos,
columnistas, sociedad civil, han calificado de adefesio, esperpento, Frankenstein
y cualquier otra denominación, ha puesto de presente que vivimos en un país
donde la brecha entre ricos y pobres, dirigentes y dirigidos, es cada vez mayor,
gracias a la irresponsabilidad con que se legisla, con que se gobierna, con que
se imparte justicia; por un lado, el gobierno desoye durante 24 meses la
preocupación de muchos por lo que ocurre con la reforma en el parlamento y por
el otro, los legisladores, deshacen la Carta Política colombiana sin pena ni
gloria, acomodan la reforma a sus propios intereses , le entregan prebendas a
las cortes y hasta la aprueban sin leerla.
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