Roma ya habló... la causa terminó, por Rodolfo Zambrano
¡A nadie le gusta
que le traten mal!
Eso viene de los
seres humanos, a menos que esos seres humanos tengan algún problema psicológico.
Quien o quienes tienen el poder lo utilizan a su acomodo, sin tener en cuenta
que hay algo, que se llama: JUSTICIA y DEMOCRACIA.
Ocurrió cuando
Uribe era el presidente. Pero también ha ocurrido con otros gobernantes de
otras naciones.
Como está
sucediendo en Cuba. Y en Venezuela. Pero igual en Argentina y en otros países
diferentes a los suramericanos…
¿Qué hacer para
que quienes tienen el poder entiendan que lo tendrán solamente unos años y que
todo volverá a su normalidad?
¿Lograremos eso
alguna vez?
La columna de
Rodolfo Zambrano habla del poder… poder que él conoce muy bien.
luisemilioradaconrado
Roma ya habló... la causa terminó
Por
Rodolfo Zambrano
“Roma
locuta est… causa finita”. Roma ya habló… la causa terminó, es la traducción
del aforismo latino en los tribunales eclesiales cuando no había la
descentralización de hoy.
Para
sociedades altamente jerarquizadas –la frase es totalmente válida– nada se va a
modificar, casi nadie tiene la fuerza para cambiarlo; a duras penas algunos
inconformes con valor, o con riesgos asumibles sin mayores posibilidades de
daño, podrán dejar conocer un punto de vista controversial, sin mayores efectos
prácticos.
La alta concentración de la mayor parte de los recursos estatales nacionales
–inmensos versus los privados– hacen que pocos se atrevan a sostener posiciones
encontradas con El Príncipe –o sus validos– léase
ministros.
Los
recursos disponibles del enorme presupuesto nacional, estarán siempre más
cercanos a los afectos del dispensador de favores, que a sus contradictores, o
sostenedores de causas no afectas a quien casi todo lo puede, en los momentos
de ayudas o cofinanciaciones necesarias.
Por eso me temo que nuestra anhelada Región Caribe puede sufrir
tropiezos en su implementación.
¿Cuántos gobernadores
enhiestos liderarán causas como éstas? ¿No afectas a El Príncipe, o a quien
aspira a sucederlo, para que estos se desprendan de un poder –que hoy si
disponen – para entregarlo a las regiones y estas, dejar de ser tan dependientes?
Eso
fue como la Constitución del 91 del siglo pasado, que con la elección popular
de alcaldes y gobernadores, se rompió el cordón umbilical con la Presidencia de
la República y los jefes de los entes territoriales adquirieron una nueva
preeminencia personal que les venía ahora de los votos, no de la rúbrica del
decreto de la Casa de Nariño.
Pero Bogotá aprendió la lección, de cuando a los
gobernadores caucanos, principalmente, no les gustaba una medida, levantaban la
peonadada de sus grandes haciendas –los soldados– y con los recursos de los
Estados Soberanos o Departamentos compraban armas y marchaban sobre la capital.
Escuché al presidente López Michelsen durante un almuerzo en el Club de
Comfamiliar en las épocas de Miguel Ballestas, José Tcherassi y Guido Borrero,
que la fórmula para prevenir esas revueltas y preservar la institucionalidad
–en manos del poder central por supuesto– fue la de arruinar a los
Departamentos, quitarles los recursos, las rentas, sus bienes y trasladarlos a
la Nación. Eso los volvería dependientes y no podrían jamás, intentar marchar
sobre Bogotá.
Ya los gobernadores o alcaldes no podrán ser revocados al arbitrio del Jefe del
Estado, o mandatario seccional, pero quedó “el poder del cheque, del giro que
no llega” y de eso, me temo, que no se van a desprender. Por eso los recursos
de las regalías se invierten en proyectos que los Departamentos o Municipios y
Distritos proponen, pero ellos en Planeación Nacional son quienes disponen… los
que aprueban…
No hay comentarios:
Publicar un comentario