Domingo de Ramos
Entrada triunfal
de Jesucristo en Jerusalén, pintada por Giotto.
Para los católicos, el Domingo de Ramos es el último
domingo de la Cuaresma. Se inicia rememorando la entrada de
Jesús en Jerusalén. La fecha de esta celebración varía
cada año, pudiendo ser un domingo de marzo,
sino es el caso un domingo de abril.
Este año 2012, le correspondió
al cuarto mes: Abril 1º.
La liturgia del Domingo de
Ramos
La liturgia del Domingo de
Ramos es una de las más intensas de la Semana Santa y del año litúrgico que
junto con las del Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección forman
las celebraciones centrales del año. El Domingo de Ramos es un día alegre y
triste a la vez.
La liturgia del Domingo de
Ramos comienza con la bendición de las palmas y ramas de olivo.
Los sacerdotes entran como si se fuese a celebrar la misa. El color de éste día
es el rojo, que representa a Jesús como rey en su
entrada triunfal en Jerusalén (el rojo es color de reyes) y la Pasión del Señor
(el rojo es el color de la sangre), celebrándose ambas en éste día. Al comienzo
de la celebración, el sacerdote viste de procesional (con capa pluvial roja), despojándose de ella al
llegar al Altar y colocándose la casulla roja, vestimenta
propia de la Eucaristía. Se da la bienvenida y se lee el Evangelio de la
Entrada Triunfal en Jerusalén. A continuación se bendicen las palmas y ramas de
olivo que llevan en sus manos los fieles. Una vez se han bendecido las palmas y
ramos de olivo, comienza la procesión de ramos, procesión litúrgica que forma
parte de la liturgia del Domingo de Ramos, y que rememora la Entrada Triunfal
del Señor en la ciudad de Jerusalén tal y como lo relatan los Evangelios:
"Cuando se acercaban a
Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús
envió dos de sus discípulos, y les dijo: entrad en la aldea y luego que entréis
en ella, hallareis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado;
desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decir que el
Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. Fueron, y hallaron el pollino
atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de
los que estaban ahí les dijeron: ¿Qué hacen desatando el pollino? Ellos
entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron ir. Y trajeron el
pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También
muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles,
y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás
daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! Y
entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las
cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce"
Mateo 21, 1-11.
Cuando la procesión llega al templo, pues suele salir de un templo para
finalizar en otro, se recibe a la gente que viene en procesión cantando, como
hicieron los niños de Jerusalén cuando Jesús entró en la ciudad aquel primer
Domingo de Ramos para celebrar la Pascua, en un ambiente de gran alegría. En
ocasiones, acompaña en la procesión la imagen de Jesús montado en el borrico
que se suele llamar "La Borriquilla". Una vez llegan los sacerdotes,
que suelen ir al final de la procesión, continua la misa. A partir de aquí la
temática cambia y se pasa de una celebración gloriosa (bendición y procesión de
ramos) a la Misa de Pasión. Aquí es donde cambia la alegría por el dolor y la
tristeza. El sacerdote celebrante hace la oración que finaliza la primera parte
de la celebración. Un seglar será el que irá explicando e informando a los
fieles del desarrollo de la misa. El seglar va a adquirir un importante papel
en la Semana Santa, ya que será el que irá informando a los fieles de lo que se
va a ir realizando en las celebraciones del Jueves Santo, Viernes Santo y en la
Vigilia Pascual del Domingo de Resurrección. A continuación se leen las
lecturas correspondientes al Domingo de Ramos, todas ellas, tanto las dos
lecturas como el salmo, enfocadas a la Pasión del Señor. El Evangelio que se
lee éste día es la Pasión del Señor, que se suele leer dramatizado, para darle
más énfasis por tres personas. El sacerdote hará de Jesús, otra persona hará de
Sanedrín leyendo el resto de personajes que
aparecen y un tercero hará el papel de cronista. La lectura es bastante larga
de modo que se suele invitar a que las personas que no puedan estar mucho rato
de pie se puedan sentar. Una vez se llega al momento de la Crucifixión de Jesús
todos los que estén sentados deben ponerse en pié al igual que los que han
permanecido de pié durante toda la lectura de la Pasión y cuando se llega al
momento de la muerte del Señor, todos los fieles, incluidos sacerdotes y
lectores se arrodillan en silencio. La misa se desarrolla con una homilía más
breve de lo habitual, debido a lo extenso del Evangelio. El resto de la misa se
celebra con normalidad, destacando que se nota una mayor solemnidad durante la
liturgia eucarística, prueba de que la Semana Santa ha comenzado. Al finalizar
la misa, los sacerdotes nos invitan a que descansemos durante los tres días
próximos (Lunes, Martes y Miércoles Santo) y que nos preparemos para celebrar
el Triduo Pascual, y nos recuerdan que acabamos de entrar en los días claves de
la liturgia cristiana.
Narración evangélica
De acuerdo a los Evangelios
Canónicos la Entrada a Jerusalén describe el momento en que Jesús de Nazaret
entró triunfalmente a Jerusalén, en medio de una
multitud que lo aclamaba como el Hijo de Dios. El Domingo de Ramos conmemora este
hecho. La narración de la entrada a Jerusalén está escrita en el Nuevo Testamento, de la Biblia, siendo mencionada por todos los evangelios canónicos:
(Evangelio de Mateo
capítulo 21, 1-9; Evangelio de Marcos
capítulo 11, 1-10; Evangelio de Lucas,
capítulo 19, 28-40; Evangelio de Juan,
capítulo 12, 12-19)
Antes de entrar a Jerusalén,
Jesús se detuvo en Betania y Betfagé, y el Evangelio de Juan añade que cenó
con Lázaro y sus hermanas María y Martha. Ahí, se describe que Jesús envió a
dos discípulos (no mencionados) a la aldea cercana, con órdenes de
recuperar un borrico que había sido atado, pero nunca montado y dijo Si os
preguntan, decid que el Señor necesita el borrico, y que les será devuelto
luego
Los sinópticos y Juan
establecen que Jesús supo que había gente en el área, como Simón el Leproso,
así que pudo haber argumentado que la presencia del borrico había sido
organizada por los discípulos de Jesús. El Evangelio de Juan, no obstante,
simplemente dice que Jesús encontró el borrico. Juan y los Sinópticos
establecen que Jesús entonces montó al borrico (o en Mateo al borrico y a la
burra, madre de éste), dentro de Jerusalén. Los sinópticos añaden que los
discípulos pudieron poner sus capas en el animal, haciéndolo así más
confortable. Los Evangelios describen cómo Jesús entró a Jerusalén y cómo la
gente alfombraba su camino y también cómo dejaba a un lado pequeñas ramas de árbol. La gente también cantaba una parte del Libro de los Salmos,
específicamente los versículos 25-26 del capítulo 118.
... Bendito es el que viene en
el nombre del Señor. Bendito es el enviado del Reino de Nuestro Padre David... El lugar de esta entrada no
está especificado, pero se supone que tuvo lugar en la Puerta Dorada, desde
donde se creía que el Mesías entraría a Jerusalén, otros estudiosos piensan que
el lugar fue hacia el sur, pues tenía entrada directa hacia el templo.
(Kilgallen 210). Ver también Marcos 11
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