martes, 27 de diciembre de 2011

Nubarrones desde Europa: riesgo e incertidumbre, por Jairo Parada

¿Llegará la recesión a Europa?
Si eso ocurre, las economías latinoamericanas, que van bien, ¿podrán ser golpeadas y maltratadas por los mercados?

¿El sistema norteamericano funciona mejor que el europeo?

Es cierto lo que dice Jairo Parada: “La verdad es que las causas que originaron la crisis de 2008 siguen vigentes todavía, con la posibilidad que la nueva crisis sea más intensa”

Así que es bueno pensar en eso… 
Lo que pasa por allá lejos, lo tenemos más cerca de lo que pensamos… No olvidemos la aldea global del canadiense Marshall Mcluhan.

Luisemilioradaconrado
Pd: Jairo Parada y los nubarrones que llegan desde Europa

Nubarrones desde Europa: riesgo e incertidumbre
Por Jairo Parada

Aunque la economía colombiana terminará el año con una tasa de crecimiento del PIB alrededor del 5%, una tasa de inflación por debajo del 4%, con una tasa de desempleo del 9% y unas reservas brutas de más de 32,500 millones de dólares, la característica de 2012 será de alta incertidumbre por lo que suceda en la economía mundial.

Colombia ha sabido capear la Gran Crisis Financiera de 2008 gracias a sus regulaciones fuertes en el sector financiero y al hecho de ir aprendiendo a apoyarse en la demanda interna de sus 45 millones de consumidores, a pesar de la pobreza del 40% de ellos.

Apenas hace unos pocos años estábamos acostumbrados a hablar de la fortaleza del euro y la debilidad del dólar. Lo que hemos estado observando desde julio de este año, es una caída en picada de esta divisa, la cual pasó de $1.45 dólares/euro en julio 1/11 a $1.30 en dic. 12/11.

Aunque esta pérdida del 11% en su valor está ayudando a algunas exportaciones europeas como las de Irlanda, ello significa que los mercados cambiarios empiezan a reconocer la problemática europea.
Ya se habla de una recesión en Europa en el último trimestre de 2011, y es altamente probable que la región entera entre a una recesión en 2012. Todo el despliegue mediático sobre la reunión de Merkozy con Angela Merkel cuya receta básica consiste en imponer duras medidas fiscales a los países de la Zona Euro (el famoso e incumplido tope del 3% del déficit en el PIB), despertó las crítica de prestigiosos analistas muy conservadores como The Economist.
La versión que la ortodoxia económica ha querido vender sobre la crisis europea es bien simple: como los gobiernos se excedieron en su estado-bienestar, tienen que pagar los platos rotos, recortar los gastos y hacer los ajustes fiscales. La culpa es de los gobiernos manirrotos.
La cura sería obvia: recortar el gasto público, recortando el nivel de vida de la población para lentamente volver a recuperar la estabilidad. Como dice The Economist, “una obsesión con la austeridad puede hacer las cosas peor al profundizar la recesión”.
En realidad, la crisis se origina más por el miedo de los inversionistas a la sostenibilidad europea que por excesos de gasto público.
La verdad es que las causas que originaron la crisis de 2008 siguen vigentes todavía, con la posibilidad que la nueva crisis sea más intensa. El asunto no es sólo de más regulación sino de entender la fase del capitalismo que vivimos, la de los ‘money-managers’ que decía Hyman Minsky. La esencia de este capitalismo es la especulación y el fraude. Magnifica los efectos de sus miedos y los transmite rápidamente en una economía globalizada.
Sus efectos no se pueden enfrentar esperando que los mercados se ajusten por sí solos. Es necesaria una fuerte intervención estatal y adecuadas políticas fiscales. Algo que todavía no se ha hecho ni en Estados unidos, por las trabas de los republicanos en el Congreso. De ahí su lenta recuperación y prospecto poco brillante para 2012.
El eje de la crisis europea nace de la incomprensión de fondo de la naturaleza del dinero fiduciario, creación del estado. Si se tiene una moneda Euro, se necesita un solo estado que la maneje, al igual que lo hace Estados Unidos con su dólar y su Banco de la Reserva Federal. Por ello los dólares no se agotan nunca.

El caso europeo es el contrario. Los países pretenden seguir sus propias políticas fiscales pero carecen de soberanía monetaria: no pueden emitir el euro cuando lo necesitan. Caen victimas del miedo histórico de los alemanes a las emisiones que ocurrieron en el siglo pasado durante la república de Weimar.
De ahí que el Banco Central Europeo se amarra las manos para generar las políticas de laxitud monetaria para sobrellevar la crisis de Irlanda, España, Italia y Portugal. Al imponer la ortodoxia, se dispara a sus propios pies como señala el analista Marshall Auerback del Levy Institute. Si no cambia el curso, la recesión se vendrá y nuestras locomotoras se atollarán ya no en agua sino en la recesión.

Jairo J. Parada Corrales
Economista, PhD.
Barranquilla-Colombia
Celular 311-650-0550
Phone and fax: 57-5-3557657


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