jueves, 5 de mayo de 2011

El trabajo decente: una necesidad imperiosa, por Rafael Alberto Rada C

Hace poco, en Expogestión Caribe 2011, el presidente de Promigas, Antonio Celia, tocó el tema.
Pero él lo abordó, comentando, que sería bueno que los funcionarios públicos que están bien preparados tengan unos mejores ingresos.
El tema es interesante, sobre todo, ahora que estamos hablando de corrupción… ¿si nuestros funcionarios colombianos pudieran tener mejor salarios, las cosas podrían cambiar?
Como dije, el tema es interesante…
Todos deberíamos tener unos ingresos decentes.

LuisEmilioRadaC
Pd: el trabajo decente

Viernes 29 de abril de 2011
El trabajo decente: una necesidad imperiosa


El Trabajo decente es un concepto desarrollado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999, para establecer las características que debe tener una relación laboral, con el propósito de considerar si cumple con los estándares laborales internacionales, de manera que el trabajo se realice en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. Por debajo de esos estándares debe considerarse que se han violado los derechos humanos del trabajador y que no existe libertad en el trabajo.
Con respecto al trabajo, Juan Pablo II en la encíclica Laborem exercens, entre otras cosas, expresa: “...la Iglesia considera deber suyo recordar siempre la dignidad y los derechos de los hombres del trabajo, denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos, y contribuir a orientar estos cambios para que se realice un auténtico progreso del hombre y de la sociedad”.

Tiene nuestra ciudad, nuestra región, nuestro país, una política clara y efectiva para promover el trabajo decente impulsado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)?

Qué se está haciendo en materia de erradicación del trabajo infantil?
Los trabajadores están recibiendo una remuneración que les permite vivir en condiciones dignas?
Existe estabilidad laboral en nuestra ciudad, región y país?
Existen condiciones para la organización de los trabajadores, sin temor a ser perseguidos?
Pueden los barranquilleros, caribeños y colombianos aspirar a una pensión que les permita llevar una vejez con sosiego y dignidad?
Estos son interrogantes que deben responder gobernantes, dirigentes políticos y empresarios.

Rafael Alberto Rada C

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