martes, 22 de febrero de 2011

Verano y su preocupación por el Puerto de Barranquilla



En esta nota, yo lo único que hice fue colocarle unas rayitas al escrito de mi querido colega, Jorge Montaño. Es de su autoría completamente y llama la atención al problema que se va a presentar con el canal de acceso al Puerto de Barranquilla, si no nos ponemos las pilas.
Ya en este medio virtual nos habíamos referido al tema, porque el gobernador del Departamento del Atlántico, Eduardo Verano, ha estado alertando a la comunidad empresarial sobre el problema, pero parece que el centro está preocupado por otros asuntos.
El apretón de la fiscal a los beneficiarios del programa Agro Ingreso Seguro.
La investigación al ex contralor David Turbay y otros más…

LuisEmilioRadaC  

No tirarse la pelotica con el puerto: Verano

El gobernador del Atlántico Eduardo Verano de la Rosa le pidió al Gobierno Nacional pellizcarse con el problema que pone en riesgo la navegabilidad en el canal de acceso al puerto de Barranquilla.

El mandatario departamental considera que el Gobierno debe resolver un problema grave y no que entidades nacionales se estén tirando la pelotica sobre quién debe asumir el compromiso de dragado en el playón que ha aparecido frente a los tajamares.
Es una especie de isla que ha aflorado y ya tiene una extensión de 2,5 kilómetros, incluso puede servir para construir dos canchas de fútbol, además está sirviendo a las garzas para anidar y alimentarse.
“No es cuestión de plata, sino de dimensionar el problema que tenemos. Cormagdalena no se ha pellizcado. No tiene claridad de la dimensión del problema y no está manejando el río Magdalena de una manera adecuada”, aseguró.
Un piloto práctico (que asesoran a los capitanes de barcos para salir y entrar al puerto), que pidió reserva de su nombre, dijo que hoy puede que no sea un obstáculo para la navegación, pero cuando vuelva el invierno, la situación se tornará más difícil porque el playón puede ir cerrando la entrada al canal navegable.
Otro piloto práctico dijo que lo ideal es que el ingreso de barcos sea en línea recta, pero hoy se hace a 130 grados de inclinación a la línea de enfilación con el Tajamar Oriental. Antes era a 140 grados, pero por los bajos se varió.
Para el experto en dragado Roland Hüghes Williams, de la Casa Inglesa, lo primero que se debe conseguir es el movimiento de arenas costeras, para lo cual es imperativo reconstruir el espolón al este y de tapar o reparar el Tajamar Oriental, del cual todavía existen los pilotes instalados hace más de cuarenta años, pero entre los cuales fluyen las corrientes cargadas de arena.
“Sin corregir estas faltas de mantenimiento y evitar el seguimiento de la formación del banco de arena y la barra que se han formado, no bastara dragado alguno”, asegura.

El gerente de la firma Pilotos Prácticos de Barranquilla, Capitán de Navío (r) Álvaro Mendoza, dijo que es necesario realizar estudios para saber si es o no beneficioso este banco de arena, frente a los tajamares.
“Qué hay que quitarlo, quién sabe, y cómo hay que quitarlo, también. Hay que esperar que se termine un estudio para saber qué es lo que está pasando en las afueras del canal de acceso al puerto”, sostuvo el ex oficial.
Verano cree que llegará un momento en que sea cada vez más difícil el ingreso de barcos.

Dónde ponen las garzas
El ingeniero agrónomo y especialista ambiental William Peña dijo que la cantidad de garzas en la isla que ha empezado a formarse frente a los tajamares se debe a que es la época en que estos animales se aparean, es decir tienen relación. Igualmente están allí en masa porque saben que en la arena afloran lombrices, uno de sus alimentos, además necesitan consumir proteínas. También porque encuentran alevinos (peces pequeños) porque es la época de desove de ellos. Peña dijo que las garzas han encontrado facilidad para alimentarse en dicho playón. De la misma manera, agregó, la isla les permite obtener una buena radiación solar, la cual es fuerte en la zona y no les afecta para nada. “Esa luz solar las revitaliza, razón por la cual están allí”, afirmó.

Por Jorge Montaño

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