viernes, 4 de febrero de 2011

Futuro de Egipto, debe ser decidido por su pueblo: Barack Obama


El futuro de Egipto debe ser decidido por su pueblo: Obama 
Diario EL PAÍS de España

Foto: elpais.com

El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó hoy que "el futuro de Egipto debe ser decidido por el pueblo egipcio" en un proceso de transición que debe comenzar "ya" y llevar a unas elecciones "limpias e imparciales".

En declaraciones tras una rueda de prensa junto al primer ministro canadiense, Stephen Harper, Obama reiteró que los episodios de violencia, en particular los ataques a periodistas y defensores de los derechos humanos, sufridos en Egipto en los últimos días son "inaceptables".

Según indicó Obama, cómo se desarrolle el proceso de transición "lo decidirán los egipcios", en consultas que ya han comenzado, pero esas conversaciones "deben ser significativas, incluir una representación amplia y resolver quejas reales" de la sociedad civil.

Estados Unidos, indicó, observa la situación y se encuentra en consultas con representantes egipcios para dejar claro que la transición "debe ser significativa". 

Previamente, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, había indicado que el Gobierno del presidente egipcio, Hosni Mubarak, continúa "sin tomar las medidas necesarias" para evitar el caos en su país, entre las que citó el entablar conversaciones "con egipcios no representados en el Gobierno actual" para la celebración de elecciones libres e imparciales.

"Hay pasos concretos que el vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, y Mubarak pueden dar hacia un camino de auténtico cambio", explicó el portavoz estadounidense.

"Deben sentarse con una coalición amplia de representantes de la sociedad civil, de personas no representadas en su Gobierno, para abrir el camino hacia unas elecciones libres", reclamó.

Según añadió, "en tanto eso no ocurra, la gente que estamos viendo en televisión" en las manifestaciones en El Cairo y otras ciudades egipcias "no se va a marchar".

Las declaraciones de la Casa Blanca se producen entre informaciones de que Washington se encuentra en conversaciones con funcionarios del régimen egipcio acerca de la marcha de Mubarak. 


Decenas de miles de egipcios acudieron hoy a las calles de las principales ciudades del país para exigir, un día más, la salida del presidente Hosni Mubarak, en desafío a la violencia desatada por partidarios del régimen desde el miércoles.

La concentración de hoy se distinguió de las anteriores por una mayor organización y, sobre todo, por las grandes medidas de seguridad instaladas en torno a la plaza Tahrir para evitar una confrontación directa con los partidarios de Mubarak.

El Cairo no fue el único escenario hoy de grandes concentraciones para pedir la salida de Mubarak: en Alejandría, la segunda ciudad del país, decenas de miles de personas protestaron en un ambiente "festivo y pacífico", según el arqueólogo español Arturo Rey, presente en la manifestación.

Multitud marcha pacíficamente exigiendo renuncia de Mubarak

Los disturbios continuaron toda la madrugada en El Cairo, aunque la mañana vuelve a traer la tensa calma a la plaza de la Liberación, epicentro de las protestas contra Mubarak desde hace una semana.

Los disparos suenan esporádicamente al arrancar un día que la oposición ha fijado como ultimátum para que el presidente dimita. Los fieles a Mubarak cantan "vamos a liberar el país", mientras que los manifestantes contra el presidente confían en que hoy, tras los rezos de mediodía, lleve a las calles una nueva riada humana que quiebre de una vez el espinazo del régimen.

Todo apunta a que Egipto se apresta a vivir el día más áspero e incierto desde el inicio de la revuelta. El ministro de Defensa, Mohamed Husein Tantawi, llegó a la plaza de la Liberación fuertemente escoltado por soldados. "Egipto es un país fuerte. La situación está bajo control", ha dicho en declaraciones a los periodistas. En cualquier caso, el ministro ha tratado de rebajar importancia a las protestas. "No todo el país es la plaza de la Liberación", añadió.

Suleimán tendió la mano a todos los grupos de oposición, ofreció diálogo a los Hermanos Musulmanes y elogió a las fuerzas del 25 de Enero (como se conoce a los jóvenes y profesionales que convocaron para esa fecha la primera gran manifestación), y a la vez defendió los logros del régimen y expresó una rotunda voluntad de continuismo a pesar de que descartó que Gamal, el hijo de Mubarak, compita por la presidencia en las próximas elecciones.
Por otra parte, Suleimán rogó paciencia para aplicar reformas, sugirió que las elecciones presidenciales de septiembre podrían adelantarse a agosto y habló continuamente del "marco constitucional". Ese marco, hecho a medida de Mubarak con sus 30 años de estado de excepción y sus elecciones amañadas sin supervisión judicial, es precisamente lo que rechazaba el movimiento del 25 de Enero.

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