sábado, 21 de agosto de 2010

Unidad Nacional para un Estado Regional: Eduardo Verano


Ayer viernes 20 de agosto, llegó a la ciudad de Barranquilla, a la Región Caribe, el presidente de la república, Juan Manuel Santos.
Había mucha expectativa, porque los ciudadanos de la región tenemos mucha confianza en que Santos le cumplirá a esta sección del país.
El trabajo que se logró con el Voto Caribe, donde los costeños le dijimos al país, queremos ser autónomos y queremos manejar nuestros propios recursos funcionó. Fueron más de 2 millones y medio de votos los que depositamos en las urnas el 14 de marzo de este año y reiteramos que estamos confiados en que el país respetará ese grito nacional.

Este viernes el gobernador Eduardo Verano, en su discurso ante el presidente, ministros, senadores, políticos, periodistas y público en general, dijo varias cosas importantes:
“La autonomía regional es irrenunciable”. Y se ganó muchos aplausos.
“Estamos convencidos de que nuestra Nación navegará hacia la paz y la prosperidad si, y solo si, avanza hacia la autonomía de sus regiones y se devuelve de la tendencia hacia la concentración del poder en el nivel nacional. Eso es lo que ha ocurrido en los países que mejor se han desarrollado”.

Y en medio de emoción, el gobernador Verano recalcó:

“Este evento, por lo tanto, es histórico”.
Y les recordó a los asistentes:
“Las regiones se verán fortalecidas con otros dos procesos:
La creación del Fondo de Compensación Territorial, que tiene como objetivo irrigar recursos de la Nación por doce años para ayudar a que la periferia colombiana supere su condición de atraso relativo, y la formulación del Plan de Desarrollo como ejercicio de veras participativo en que estén claras y concretas las prioridades de nuestra región Caribe.
Usted ha venido para que se ponga fin al peregrinaje de 18 intentos fallidos de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, que debió ser una de las primeras leyes del Congreso post Constituyente de 1991. Diecinueve años de insistencia nos han permitido tener la claridad, la consistencia y certeza de que son las regiones el camino correcto para lograr el desarrollo que los territorios en Colombia. Hoy no nos sentimos bien interpretados con la propuesta gubernamental. Tenemos que seguir ajustando el proyecto, señor Presidente”.


Cuando el gobernador Eduardo Verano dijo esto, lo recalcó porque sabe que esto no será fácil. El centro del país, ha pretendido controlar el poder desde Bogotá…
“Queremos superar la minoría de edad y manejar los asuntos regionales en situación de mayoría de edad para que nuestras decisiones no las tomen desde el centro y a espaldas nuestras sino que las adoptemos nosotros en un ambiente de tolerancia y diversidad y dentro de la unidad del estado y de la Nación.
Algunos de estos cambios requieren una revisión de la Constitución. Nos creemos con derecho a exigirlos: ¿si un millón de papeletas en 1990 en todo el país tuvieron el poder para cambiar la totalidad de la Constitución, porqué, entonces, más de dos millones y medio de votos libres en sólo ocho departamentos no ameritarían consecuencias en el modelo de Estado?”

La lucha seguirá, porque este viernes, el asunto no quedó claro todavía, aunque el presidente Santos tiene el interés de acompañarnos.
¿Qué pasará?... lo seguiremos informando por aquí por el RADAR.
LuisEmilioRadaC
Pd:
El discurso del presidente Verano este 20 de agosto.

INTERVENCION DEL DOCTOR EDUARDO VERANO, GOBERNADOR DEL ATLANTICO, EN EL LANZAMIENTO DE LAS ESTRATEGIAS DE AUTONOMIA Y DESARROLLO DEL CARIBE CON EL PRESIDENTE SANTOS (Barranquilla, agosto 20 de 2010)

Unidad Nacional para un Estado Regional

Señor Presidente:
Nos encontramos aquí reunidos con el propósito de avanzar en nuestro objetivo histórico: desarrollar la Constitución de 1991 en cuanto autoriza la conformación de un ente territorial autónomo para promover el desarrollo económico y social de las regiones.
Este encuentro lo interpretamos, por ello, como un paso más hacia la autonomía y el desarrollo del Caribe.
Así nos aproximamos al cumplimiento de los compromisos de su gobierno para profundizar la democracia y la descentralización de Colombia, generar crecimiento de la economía regional, disminuir la pobreza y favorecer la equidad con acciones contundentes.
Son todos los anteriores objetivos consistentes con el Voto Caribe del 14 de marzo, convertido ya en un Mandato, y a cuyo éxito usted contribuyó, al igual que el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras; el ministro de Minas, Carlos Rodado; el presidente del Senado, Armando Benedetti, y todos sus colegas del Congreso aquí presentes.
Los recibimos a todos en esta ciudad con la confianza y el buen ánimo de que entre el Gobierno, el Congreso y las fuerzas vivas del Caribe y de las demás regiones del país terminaremos al final de este proceso que vamos a emprender con unos acuerdos para que la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) corresponda con los objetivos de establecer unas instituciones o principios, competencias y recursos, que sean verdaderamente eficaces para la construcción de la autonomía y el desarrollo económico y social regional que necesitamos los colombianos. Volveré más adelante sobre este tema.
FRENTE A LAS DIFICULTADES DE HOY, ACUERDO NACIONAL
Se que hay dificultades para que pactemos algo que sea sensato defender a quienes nos comprometimos con la autonomía territorial. Están las dificultades fiscales, la congestión en la agenda del Congreso, así como inadecuada comprensión de las instituciones que queremos desarrollar. Eso ha conducido a que hoy tengamos dos textos borradores de proyectos que reflejan las diferencias. El reto que tenemos es conciliar en uno que recoja la voluntad de los colombianos y empiece su trámite en el Congreso.
Con voluntad todo es posible. Con el buen ánimo que me sugirió esta mañana lo vamos a lograr. El reordenamiento del país no es tarea de medio tiempo porque es nuestro futuro. Requiere de tiempo completo, dedicación, todo el empeño y coordinación entre todas las instituciones.
¡Tenemos que atrevernos! Es incuestionable que el ordenamiento territorial, por su complejidad y porque es uno de los temas básicos en la formación del Estado, demanda como pocos un Acuerdo Nacional.

Estamos convencidos de que nuestra Nación navegará hacia la paz y la prosperidad si, y solo si, avanza hacia la autonomía de sus regiones y se devuelve de la tendencia hacia la concentración del poder en el nivel nacional. Eso es lo que ha ocurrido en los países que mejor se han desarrollado. Progresan los que le quitan los bozales a la inventiva y el trabajo de su gente mediante instituciones sub nacionales fuertes.
Presidente, con parte de su equipo de Gobierno para expresarnos de nuevo su voluntad, es lo que queremos para Colombia. Propongo, por ello, que se extienda el Acuerdo Nacional para construir un Estado victorioso: un Estado Regional. Ya existe un ambiente favorable entre los partidos y vigor en las regiones para coronar con éxito este proyecto político del Acuerdo Nacional para reconfigurar el Estado colombiano. Colombia es un país de regiones y así deben reconocerlo todas sus instituciones políticas.
Este evento, por lo tanto, es histórico.


Usted ha venido para que se ponga fin al peregrinaje de 18 intentos fallidos de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, que debió ser una de las primeras leyes del Congreso post Constituyente de 1991. Diecinueve años de insistencia nos han permitido tener la claridad, la consistencia y certeza de que son las regiones el camino correcto para lograr el desarrollo que los territorios en Colombia. Hoy no nos sentimos bien interpretados con la propuesta gubernamental. Tenemos que seguir ajustando el proyecto, señor Presidente.
Las regiones se verán fortalecidas con otros dos procesos:

La creación del Fondo de Compensación Territorial, que tiene como objetivo irrigar recursos de la Nación por doce años para ayudar a que la periferia colombiana supere su condición de atraso relativo, y la formulación del Plan de Desarrollo como ejercicio de veras participativo en que estén claras y concretas las prioridades de nuestra región Caribe.
EL RECORRIDO HISTORICO DE LA REGIONALIZACION
La Región Caribe como proyecto político no es asunto que haya nacido con nuestra generación. Los libertadores la tuvieron en sus mentes mientras cabalgaban por las montañas y sabanas para alcanzar la independencia, la libertad y la prosperidad.
Juan José Nieto y el general Francisco Carmona le pusieron todo el empeño en la década de los cuarenta del siglo XIX como opción federalista. El 11 de octubre de 1840 es histórico porque Carmona declaró, desde Ciénaga, el final del Estado central y el nacimiento del Estado federal de la Costa, como nos lo relata Gustavo Bell en el libro que está terminando.
Derrotados todos ellos militarmente, sus ideales aun persisten, como lo refleja el Voto Caribe.

Otro hito lo encontramos en 1919 cuando los diputados de Atlántico, Bolívar y Magdalena se aliaron para hacerle reclamos a la Nación sobre asuntos que tienen aún vigencia: el socavamiento del río Magdalena, el respeto a la iniciativa privada territorial, la descentralización administrativa y política y el proteccionismo de la producción en el centro, entre otros temas.
“La Liga Costeña –escribió Eduardo Posada Carbó- fue quizá un desesperado esfuerzo de una economía de reciente expansión que vio amenazado su proyecto por las dificultades para romper las barreras de las comunicaciones y por la imposibilidad de controlar un Estado cada vez más centralizado y por ello más lejano de sus específicos intereses”.
La Nación centralista no les prestó atención a nuestros abuelos y por eso estamos hoy pagando, todos los colombianos, un precio muy alto debido a ese error de ignorar la voz y el vigor de las regiones. La región Caribe, que al quiebre de siglo tenía indicadores de calidad de vida por encima del promedio nacional, hoy tiene ingresos per cápita que son la mitad del promedio nacional en las subregiones de Sucre, Bolívar y Córdoba. La pobreza y la desigualdad nos atropellan y constituyen vergüenza para Colombia en el concierto internacional. Tenemos el 21 por ciento de la población pero el 14 por ciento del PIB nacional. El 42 por ciento de la población con hambre y el 49 por ciento de nuestras mujeres con anemia.
Desde 1980 iniciamos con el Primer Foro del Caribe, en Santa Marta, un nuevo periodo de reclamos ante el país y ante nosotros mismos y empezamos con la identificación de nuestro potencial económico y cultural, que sigue desaprovechado, y con la convicción de que el camino para el desarrollo se transita con mayor autonomía. Tal aspiración autonómica la pudimos reflejar en la Constitución de 1991 de manera incipiente, con dos artículos, el 306 y el 307, que no constituyen instituciones del otro mundo, y ya sabemos todos lo que ha venido ocurriendo: “el cuento del gallo capón”.

El Voto Caribe nace en 2009 cuando se conoce en la región que la Ley de Ordenamiento Territorial que se presentaría al Congreso no se ocupaba del establecimiento de las condiciones para que las regiones administrativas y de planificación se puedan convertir en regiones como entidades territoriales, aun cuando si se detiene en el desarrollo de otras formas de asociación. El 10 de octubre, Día de la Región, hicimos la convocatoria y la realidad ya la conocemos. La campaña y los resultados de más de dos millones y medio de votos nos permitieron comprobar esa gran voluntad política del pueblo Caribe para su autonomía y desarrollo. No podemos ser inferiores a esa gran responsabilidad.

LA LOOT
Hemos ya ensayado en los últimos treinta años casi de todo lo que hoy se presentan como ideas innovadoras: centros de investigaciones, asociaciones de departamentos, sistemas integrados de planificación regiones de planificación, gobiernos austeros, pero nada de eso ha servido. La gente sigue peor que antes y nuestra infraestructura es precaria.

La Ley de Ordenamiento Territorial tiene que fijarnos el camino para constituir a muy corto tiempo la Región Administrativa y de Planificación (RAP), de transición, para luego acceder a la Región Territorial (RET), que es el verdadero y claro objetivo. Deben crearse con las competencias y recursos adecuados para que cumplan lo que dice la Constitución. El Fondo de Compensación debe ser robusto, ágil y justo. Estaremos alertas para que no se conviertan en figuras impotentes y fuente de nuevas frustraciones para el pueblo.
Con buen criterio, usted, señor Presidente, ha señalado que debe haber una combinación de recursos del Presupuesto General de la Nación y de origen territorial para financiar tanto la operación de los entes como los proyectos. Sabemos que este es un aspecto de discusión nacional pero sobre eso hay abundantes conocimientos y propuestas que en las diferentes fases del proceso que emprenderemos iremos resolviendo.
La Región requiere de ingentes recursos para sacar adelante la ejecución de los grandes proyectos y definirlos con autonomía.
Una fuente clave e importante son las regalías. Los excedentes que se van a generar en el futuro permitirían que las regiones tengan esta fuente de financiamiento como posible
.
Del Presupuesto General de la Nación esperamos que las partidas sean equivalentes a la participación de la región en el NBI –necesidades básicas insatisfechas- tanto en la inversión regionalizada como no regionalizada que ejecute el Gobierno Nacional, fuera de la inversión de las entidades descentralizadas y ministerios. Esto es consistente con el anuncio suyo, en Valledupar, en el sentido de que hará una revisión de las asignaciones presupuestales con el fin de impulsar la equidad.
Una LOOT sin reglamentación básica de la figura de región como entidad territorial es una solución incompleta. En el corazón de estas instituciones debe quedar explicita la elección directa de sus autoridades. Es lo democrático. Lo que le da verdadera fuerza. No se trata de dar saludos a la bandera sino opciones contundentes para el cambio político, social y económico de Colombia con la movilización del potencial de sus regiones.

LA AUTONOMIA, EL SENTIDO DEL VOTO CARIBE

Es oportuno tener presente que el horizonte o sentido del Voto Caribe no se limita, ni puede limitarse a la consecución de estas dos leyes.
Ya lo he dicho antes. Nuestra meta es, y será siempre, la autonomía regional como libertad política, como derecho humano de administrar nuestro propio destino sin la tutoría de otros entes desde el poder central. Nuestro derecho a decidir lo nuestro.
La autonomía regional es irrenunciable. Nuestro destino es conquistarla y crear un Estado y una Constitución de Regiones Autónomas en Colombia. No son negociables tampoco otros propósitos en el destino de las regiones.
No es renunciable, por ejemplo, la decisión tomada en la Constituyente de reducir el tamaño del nivel nacional del Estado en lo cual los gobiernos han actuado en contravía desde entonces.

Tampoco que quiten las regalías directas a departamentos y municipios para pretender con ellas financiar a las regiones. Lo que dice la Constitución en su artículo 307, y esto tiene que ser respetado, es que las regiones tienen participación en el manejo de los ingresos provenientes pero del Fondo Nacional de Regalías, que maneja las regalías indirectas como compensación a los perjuicios que causan las explotaciones en los territorios.
Es, como decía, irrenunciable la elección popular de la Asamblea Regional. ¿Con qué fuerzas pretenderíamos entonces que esta nueva institución tenga capacidad legislativa, que es otro de nuestros no negociables? La legitimidad de una representación política por el voto directo de los ciudadanos genera poder para que existan leyes de carácter regional sobre desarrollo económico y social.
Los colombianos no debemos tenerle temores a la regionalización sino lo contrario.
Está probado universalmente que mayor autonomía en los territorios es factor de paz, de prosperidad y de unidad. Ya un gobierno propuso a la Constituyente en 1991 que el país superara el modelo centralista y optara por otros como en Estados Unidos, Canadá o Alemania. No se consiguió y esperamos que con usted se logrará porque sabemos que admira los modelos de estas naciones que son compatibles con nuestro espíritu democrático y libre.
Kant lo expresó así: “La Ilustración es la salida del hombre de su condición de menor de edad de la cual él mismo es el culpable. La minoría de edad es la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la dirección de otro.”
Queremos superar la minoría de edad y manejar los asuntos regionales en situación de mayoría de edad para que nuestras decisiones no las tomen desde el centro y a espaldas nuestras sino que las adoptemos nosotros en un ambiente de tolerancia y diversidad y dentro de la unidad del estado y de la Nación.
Algunos de estos cambios requieren una revisión de la Constitución. Nos creemos con derecho a exigirlos: ¿si un millón de papeletas en 1990 en todo el país tuvieron el poder para cambiar la totalidad de la Constitución, porqué, entonces, más de dos millones y medio de votos libres en sólo ocho departamentos no ameritarían consecuencias en el modelo de Estado?

Presidente, usted dice que no defraudará a los pobres de Colombia. No se pueden desconocer el ánimo de dos millones y medios de ciudadanos que creen que tienen la esperanza de que usted va a corresponder.
Le creemos y le acompañaremos. Tenemos los mismos propósitos y la misma ruta. Nos la jugamos con usted por la democracia y las libertades, la erradicación de la pobreza y la exclusión social, la recuperación de las tierras para fines productivos y en manos de los campesinos, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, la seguridad urbana, el dialogo político para la reconciliación, el crecimiento sostenido, la retorna del liderazgo internacional, la solución de los conflictos fronterizos, la preservación del ambiente y el mejor uso de las aguas.
Tal agenda es más fácil cumplirla si Colombia aprovecha el potencial de sus regiones.
Presidente, su posesión con cuatro de nuestros símbolos ancestrales, como son el buen gobierno y la sociedad, la fertilidad de la tierra, el agua y el aire, y los alimentos, nos generan certezas de que estamos ante el interlocutor nacional apropiado. Atrevámonos sin temor a renovar nuestras instituciones para hacer más viable el desarrollo político, económico y social dándole su lugar a las regiones. La historia lo premiará.
¡Viva el Voto Caribe! ¡Que viva Colombia en su construcción de un Estado Regional!
Muchas gracias.

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