sábado, 24 de julio de 2010

Se va el embajador de EU en Colombia



El embajador de Estados Unidos en Colombia, William Brownfield, se va del país. Termina su labor y se va enamorado de nuestra nación.
Lo que le está ocurriendo al señor Brownfield es lo mismo que le sucede a muchos extranjeros cuando conocen la tierra. Cuando se involucran con nuestro estilo de vida y comprueban que Colombia es uno de los países más maravillosos que existe en el mundo.

Brownfield, no podrá olvidar a los colombianos y estoy seguro que siempre hablará muy bien de nuestra patria.
Leamos su escrito.
LuisEmilioRadaC
Pd:


Alianza bicentenaria
Por William R. Brownfield *

De joven, en 1976, cuando me uní a la celebración del bicentenario de mi país, me di cuenta de que era un buen momento para reflexionar sobre lo que habíamos logrado en 200 años; lo bueno y lo malo. Ahora que Colombia conmemora el suyo, 46 millones de colombianos hacen la misma reflexión. Tienen mucho por celebrar.

La criminalidad, el secuestro, los cultivos ilícitos y la producción de cocaína han disminuido dramáticamente. Los grupos terroristas se han debilitado. La seguridad, la justicia, los servicios públicos, el crecimiento económico y las oportunidades ofrecen una vida mejor a los colombianos. Las elecciones democráticas aquí son modelo para el resto del mundo. Y este año, Colombia celebra otro bicentenario -200 años de amistad con la república del norte, los Estados Unidos de América-.

Este año también se celebra el décimo aniversario del Plan Colombia, basado en los intereses mutuos de ambos países para ofrecer mejor seguridad, justicia y prosperidad a nuestros pueblos. Algunos de los resultados del Plan Colombia son evidentes para todos. Colombia cuenta hoy con las FF. MM. y la Policía más profesionales y capacitadas de toda América Latina. Los que lo duden, que se pregunten si se imaginan la operación 'Jaque' o la operación 'Camaleón' hace 20 años, o si la Fuerza Pública de algún otro país hubiera logrado estos operativos con el mismo éxito.

Pero los resultados de la alianza entre Colombia y Estados Unidos van más allá de la seguridad y las drogas. Los vemos en la capacidad institucional y financiera del Estado colombiano, que ahora atrae grandes cantidades de inversión y comercio. En la creciente inversión en el desarrollo económico y social, los derechos humanos y la igualdad racial y étnica. En el orden público mejorado y la administración de la justicia en aquellas partes del país que se han visto más afectadas por el conflicto. En la creciente inversión estatal para proteger el medio ambiente, preservar la biodiversidad y expandir uno de los sistemas de parques nacionales más grandiosos del mundo.

La tarea compartida entre Colombia y Estados Unidos continúa diez años después de transcurrido el Plan Colombia, y aún nos quedan serios retos por enfrentar. Debemos ofrecer esperanza y un futuro positivo a las comunidades más vulnerables y marginadas: los desplazados, los afrocolombianos, las comunidades indígenas, las mujeres, los jóvenes en riesgo y las víctimas de las minas antipersonas. A diferencia de hace diez años, ahora podemos deliberar sobre estrategias y programas para la era del posconflicto: la importante tarea de reintegración social y laboral de los desmovilizados. Y esta tarea no es solo para Colombia y Estados Unidos. La comunidad internacional y la sociedad civil también juegan un papel importante.

Al culminar mi gestión de tres años como Embajador, lo que más lamento a nivel profesional es que aún no se haya ratificado el tratado bilateral de libre comercio. Permanezco optimista de que el TLC será ratificado, y de tal forma que beneficiará los intereses de todos los sectores económicos y sociales de Colombia y Estados Unidos. Pero, mientras esperamos que sea ratificado, celebro el enorme aumento que ha tenido el comercio bilateral y la inversión gracias a las preferencias unilaterales bajo la ATPDEA. Me enorgullezco de los nuevos mecanismos que hemos acordado, como la Alianza de Energía y Clima para las Américas y el Acuerdo de Ciencia y Tecnología. Juntos, estos acuerdos ampliarán nuestra cooperación en la investigación, la tecnología, los biocombustibles y el medio ambiente, y generarán más desarrollo científico, inversión, comercio y empleo.

El Pueblo de Estados Unidos le desea al Pueblo de Colombia un muy feliz Bicentenario. Los próceres de 1810 estarían muy orgullosos de lo que sus descendientes lograron con su gran experimento revolucionario 200 años después. El presidente de EE. UU. James Monroe estaría muy orgulloso de su decisión de reconocer la nueva República inmediatamente después de su independencia.

Gracias por permitirme conocer este magnífico país durante los últimos tres años. Han sido un enorme placer, privilegio y honor.

* Embajador de Estados Unidos
Por William R. Brownfield *

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