jueves, 10 de junio de 2010

Llegó el campeonato mundial de Mandela


El fútbol es el deporte que une más a los seres humanos.
Y este campeonato mundial 2010 en Sudáfrica tiene unas características especialísimas, porque lo podremos ver y escuchar en unas condiciones bien diferentes a los que lo que antecedieron.

Nunca habíamos tenido tantos medios de comunicación para conocer la realidad. Así que vamos a gozarlo.
Lo hizo Mandela desde la cárcel… así que nosotros lo podremos hacer de manera más agradable. Nada de complicaciones. Cero tropiezo. Pilas con el televisor y a evitar excesos.
Saludos

LuisEmilioRadaC
Pd:


Nelson Mandela, acompañado de su esposa Winnie Mandela, mientras participa en la "Marcha de Bienvenida a Casa" en Soweto (Efe).

Copa Mundial 2010: ¿un catalizador para una nueva Sudáfrica?
Sudáfrica logró unirse en la copa mundial de rugby de 1995 y podría utilizar este mundial de futbol para desarrollarse en otros sentidos
Jueves, 10 de junio de 2010 a las 09:26


Lo más importante
• Nelson Mandela se entretuvo con el futbol durante su estancia en la cárcel
• Otros reos que jugaban en la misma prisión se convirtieron en políticos prominentes
• Mandela usó el deporte como catalizador para forjar la unión entre su nación dividida
• En 1995 aprovechó la Copa Mundial de Rugby con el equipo nacional: los Springboks
• Sudáfrica podría repetir la hazaña de desarrollo con el Mundial de futbol de 2010 y superar los 26,000 millones de asistentes al mundial de Alemania
Nelson Mandela asistirá al Mundial

(CNN) — Se dice que Nelson Mandela, preso número 46664 de la famosa prisión Robben Island, mató el tiempo durante 18 años -la mayor parte de su condena de 27 años-, viendo partidos de futbol entre sus compañeros reclusos.

Los deportes suelen ser una forma de liberación y goce para quienes participan en ellos, y unifican a toda la gente incluso bajo las circunstancias menos probables. Parece ser que esto aplicó a los hombres que estuvieron cautivos por haberse opuesto a las regulaciones racistas del régimen del apartheid de aquella época.
Jacob Zuma, actual presidente de Sudáfrica, fue árbitro durante los partidos entre los presos mientras que el ex ministro de la Defensa, Mosiuoa Lekota, y Tokyo Sexwale, quien ayudó a redactar la nueva constitución de Sudáfrica en 1994, también tuvieron posiciones importantes en sus equipos.

Sudáfrica entró a una nueva era en su historia cuando el que llamaban Madiba fue liberado de prisión en 1990, antes de que el hombre de 71 años se convirtiera en presidente de la nueva Nación Arco iris cuatro años después.
La tarea del nuevo líder fue enorme: forjar un nuevo futuro de unidad y justicia en una nación que antes era definida por la división y la desigualdad.

El deporte ofreció un catalizador para esta ambición cuando el joven Estado marcó su nueva entrada a la zona de competencia internacional, después de haber pasado tanto tiempo en el exilio, y lo hizo como anfitrión de la Copa Mundial de Rugby en 1995.
El torneo ofreció el escenario donde se le dio un nuevo significado a las viejas identidades: el equipo anfitrión de los Springboks, que solía ser un símbolo de dominio blanco, cautivó la imaginación de una nación que triunfó a pesar de las probabilidades y fue coronada como campeona.

El público internacional vio cómo se hacía historia cuando Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, celebró con los colores verde y oro de su equipo, un uniforme que por muchos años fue el baluarte de la élite a cargo del apartheid. La imagen fue icónica y el mensaje fue muy claro: la unidad y la esperanza deben superar los prejuicios del pasado.

Un paso adelante en el futuro. En 2010 Sudáfrica está, una vez más, en una encrucijada histórica. El cuerpo regulador del futbol mundial, la FIFA, eligió al país para presidir el evento más grande de este deporte mundial, en la 19º edición de la Copa Mundial, que ha sido calificada como un evento que mostrará el progreso de la democracia y la forma en la que África se ha ganado su lugar en el panorama mundial.

Y hay varios motivos para ser optimistas: los diez estadios creados para el evento fueron terminados a tiempo y bajo los estándares más rigurosos. Los mejores equipos del mundo viajaron a sus campamentos base y están felices con los estándares y las instalaciones.


Los directivos de la FIFA dicen que esta Copa Mundial será la más grande en la historia, e incluso tiene el potencial para opacar al público de 26,000 millones de personas que logró atraer Alemania cuando fue anfitrión en 2006. También predicen que la economía nacional se beneficiará fuertemente del desarrollo en la infraestructura que ha exigido esta competencia.
Dejando de lado el optimismo, algunos trimestres han dado esperanzas de que el carnaval del futbol ayude a que vuelva a nacer el sueño de la Nación Arco iris después de una década que no mostró progresos tangibles.

Las cifras del Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo señalan a Sudáfrica como el 129º país más pobre en la lista de 182 países. La disparidad entre ricos y pobres es una de las más pronunciadas en el mundo, y el desempleo actual es de alrededor de 30%.
La esperanza de vida, en un país donde el 63% de todas las muertes en 2002 fue atribuido al VIH/SIDA, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, es de sólo 50 años de edad para los hombres y ha bajado en los últimos años.

En medio de este retroceso, Sudáfrica espera mostrar al mundo que, una vez más, África tiene un sueño y está convencido de hacerlo realidad. También la FIFA quiere mostrar que la Copa Mundial puede dejar un legado de beneficios duraderos.

Mandela planea estar en el estadio Soccer City el 11 de junio para ver jugar a Sudáfrica en el partido de inicio del torneo, frente a más de 90,000 fanáticos apasionados. Hace mucho tiempo veía los partidos en Robben Island, pero si esta trayectoria de vida le ha enseñado algo, es que en este rincón de África los sueños pueden hacerse realidad.

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