Amylkar Acosta, en La República.
Y nos habla de la situación de la economía mundial. Un tema que debemos estar revisando permanentemente.
China, como dice Amylkar, es ahora la locomotora mundial. El país que ha evitado que la crisis haya sido más dura. En esta nota se refiere a los comentarios que hizo en Barranquilla el premio Nobel de Economía 2008, Paúl Krugman, ratificando la importancia que tiene este señor dentro el grupo de economistas, porque los estudiosos lo estudian a él. Y eso nos agrada porque el hecho de que Krugman estuviera en La Arenosa se ha convertido en un gol a nivel nacional.
Las próximas Asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en Turquía –Estambul- nos servirán para que los expertos nos cuenten en qué se ha avanzado. Y cómo podríamos cerrar 2009.
Leamos a Amylkar Acosta con cuidado y eso nos podrá ayudar para entender un poco más lo que está ocurriendo a nivel internacional con las economías. Bien que Alemania y Francia estén repuntando. Y confiamos en que Estados Unidos supere su crisis. Los norteamericanos son fuertes y prácticos y estoy seguro que en poco tiempo estaremos leyendo otras noticias. Obviamente, positivas para la economía más desarrollada que tenemos en el globo terrestre.
Luis Emilio Rada C.
Pd:
Destellos de luz
Amylkar D. Acosta M
La crisis global de la economía estuvo precedida de una ralentización (disminución de la velocidad) del crecimiento, que desembocó en una recesión generalizada de las economías del mundo entero luego del estallido de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos.
Por sus características y sus repercusiones, se ha considerado esta crisis como la peor de los últimos ochenta años, afectando el comercio internacional, el flujo de capitales y de remesas, el consumo, la inversión, el empleo, en fin, todas las variables de la economía.
Las proyecciones por parte del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, así como de los gurúes de la economía, sobre el crecimiento de la economía se venían revisando de manera recurrente, siempre a la baja. Nunca se supo a ciencia cierta qué tan profunda y prolongada iba a ser.
Lo que sí se sabía era que sus efectos serían devastadores y que la economía global tardaría en volver a la senda del crecimiento a los niveles de la precrisis. Las bolsas fueron presa de la histeria colectiva; la caída sistemática primero y su volatilidad mercurial después eran desconcertantes, y a ratos daba la impresión de su disfunción con la economía real, pues ésta iba por un lado y los índices de las bolsas por otro.
Ahora todo indica que hemos entrado en otra etapa, marcada por el repunte de las economías de Francia y Alemania, que después de cuatro trimestres consecutivos de contracción crecieron 0.3% en el segundo trimestre de 2009, sin que ello impidiera que el crecimiento de la economía de la Unión Europea registrara 0.3%, pero a la baja. Por su parte la economía japonesa también empezó a crecer en terreno positivo un impensable 3.7% a ritmo anual.
Entre tanto, la economía de los Estados Unidos sigue de capa caída y se estima que cerrará este año en 2.9% negativo, no obstante que la caída del PIB se ha atenuado al pasar de una baja pronunciada en el crecimiento del orden del -6.4% en el I trimestre de este año al -1% en el II trimestre.
Nuevamente se está volviendo a hablar del desacoplamiento de las economías emergentes, especialmente la de China, con respecto a la economía estadounidense, habida cuenta que, pese a la magnitud de la crisis su economía, sigue en pié y no sólo no ha caído en recesión sino que se prevé que crezca entre un 8% y un 8.5%. Si la crisis no ha sido peor es gracias al empuje de la economía china y otras economías del Asia, convertidas ahora en la locomotora de la economía global.
Todavía es demasiado temprano para hablar de la reactivación de la economía global; es cierto que la caída libre en la que venía ha cedido, pero ello no se puede confundir con su recuperación, que será lenta y prolongada. Apenas se avizoran los primeros destellos de luz al final del túnel.
Como lo sostiene el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, la recuperación seguirá la forma de una L porque “la economía no seguirá cayendo, pero el crecimiento va a ser muy lento…No creo que nadie sepa de dónde vendrá el crecimiento”, porque sus motores (la demanda, la inversión y las exportaciones) están funcionando a media marcha.
Es más, como él mismo lo indica, “no existe un modelo de recuperación y por eso es difícil saber cuándo y cómo se dará la recuperación”. Nos lo confirma el ratificado Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben Bernanke, quien afirmó: “Aunque hayamos evitado lo peor, todavía nos esperan grandes desafíos”.
Apenas se avizoran los primeros destellos de luz al final del túnel.
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