domingo, 26 de febrero de 2023

¡NO, POR AHORA! Amylkar D. Acosta M

¿Es bueno importar gas natural de Venezuela?

El gobierno colombiano y los expertos están revisando el tema.

En el RadaR estaremos pendientes de lo que ocurrirá.

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¡NO, POR AHORA!

Amylkar D. Acosta M

El Gobierno Nacional sigue sin ponerse de acuerdo sobre la necesidad y la conveniencia de importar gas natural de Venezuela. Una declaración del Ministro de Hacienda José Antonio Ocampo citada fuera de contexto, en el sentido de que “en el mediano futuro sí hay posibilidades interesantes de que Venezuela exporte gas a Colombia” revivió y reavivó el debate que suscitó la declaración de la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez al descartar la firma de nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, planteó que ante la insuficiencia en las reservas de gas el país lo importaría desde Venezuela. En su lugar, "si necesitáramos llenar nuestra matriz energética se podría hacer la conexión de transporte de gas con Venezuela", sentenció la Ministra.

La reiteración de la Ministra en Davos (Suiza) de que “no vamos a conceder nuevos contratos de exploración de gas y de petróleo” se basó en el cuestionado documento Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la Transición energética justa originado en la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), el cual difiere de su último reporte fechado en mayo del año pasado. Según este las reservas probadas remanentes de gas natural con las que contaba el país eran de 3.16 TPC, las cuales al ritmo de producción y consumo promedio alcanzarían para entre 7.7 y 8 años.

Por lo demás, ante un posible déficit de suministro, en momentos en los que la generación térmica, por necesidades operativas, lo demanda, se ha contado y se seguirá contando con las facilidades para la importación de gas por parte de la Regasificadora de la Sociedad portuaria El Cayao (Spec), con capacidad de 400 MMPCD, localizada en Cartagena.

Sólo hasta Mayo de este año se conocerá el nuevo informe, actualizado al corte de dicha fecha y lo que reporta la ANH está basado en el informe que le rinden las empresas responsables de la operación de los campos en producción y ello aún no se ha dado. En las cuentas alegres de la Ministra, para justificar su aserto, incurre en el desmesura de sumar las reservas probadas + reservas posibles + reservas probables + reservas contingentes + reservas prospectivas, para concluir que las mismas podrían garantizar el autoabastecimiento hasta el 2037-2042. Pero las únicas reservas con las que a la fecha podemos contar son las probadas.

Los mensajes de la Ministra son erráticos y contradictorios, pues al tiempo que se afirma que tenemos suficientes reservas como para garantizar autoabastecimiento hasta 2042, para descartar nuevos contratos de exploración y explotación de gas natural, se plantea la inminente necesidad de la importación de gas desde Venezuela.

Mi percepción es que, como dice el adagio popular, hay quienes están ensillando sin traer las bestias, toda vez que para ser viable importar gas desde Venezuela esta debe contar con excedentes exportables así como con las facilidades de transporte del mismo. Y ni lo uno ni lo otro se podrá dar en el corto plazo.

En cuanto a excedentes exportables, es muy dudoso, toda vez que las reservas y la producción de gas natural, en una altísima proporción están asociadas a la producción de petróleo, no se trata de gas libre y por lo tanto con la caída de la producción de petróleo desde los más de 4 millones de barriles/ día de enantes a menos de 750 mil barriles, la producción de gas ha caído en la misma proporción.

Y en cuanto a las facilidades para la entrega de gas a Colombia, las mismas demandarán tiempo e inversiones para contar con ellas. Tocaría esperar la reconstrucción del estragado gasoducto Antonio Ricaurte, con capacidad de transporte hasta los 450 MMPCD, que une la Estación de Ballena en La Guajira con la Planta de Ramón laguna en el Estado Zulia y construir la infraestructura que permita traer el gas desde el Oriente de Venezuela hasta empalmar con el Antonio Ricaurte. Uno y otro demandan ingentes recursos de inversión y tardarían en estar disponibles no menos de dos años. Así de claro!

Desde luego, en el largo plazo no se puede descartar la integración energética entre los dos países, como se intentó sin éxito por parte de los ex presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez en 2004, debido a su incumplimiento, pero en dado caso serviría sólo de respaldo pero no para depender del suministro desde Venezuela. El Ministro de Comercio, industria y Turismo Germán Umaña fue enfático al precisar que “tenemos un vecino que tiene reservas inmensas de gas y como lo dijo el Ministro Ocampo puede haber una complementariedad” hacia el futuro. Pero, no por ahora!

Dos de las lecciones aprendidas de la crisis energética de la Unión Europea es que la Transición energética no debe poner en riesgo la seguridad energética y tan importante como ésta es la soberanía energética. Colombia, sobre todo después de este nefasto antecedente, no puede exponerse a un desabastecimiento dependiendo de Venezuela, tanto más en cuanto que, más allá de los 8 años de autoabastecimiento que tenemos asegurados, a la vuelta de 4 o 5 años se aspira y se espera que los nuevos descubrimientos de gas natural en Colombia (bloque Tayrona: Uchuva (una nueva Provincia gasífera y Gorgon) estén en producción.

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