lunes, 27 de junio de 2022

PETRÓLEO Y CARBÓN. Por RICARDO PLATA CEPEDA

Seguro que el palo no está para cucharas.

Y generalmente, nunca está para eso.

Y a este nuevo gobierno, ni a los colombianos nos interesa cometer errores.

Petro debe entenderlo. Fue alcalde de Bogotá. Cometió errores. La idea es que en esta nueva oportunidad que le dio la vida, no los comenta ahora.

Vamos a leer a Ricardo Plata Cepeda.

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PETRÓLEO Y CARBÓN

 El mundo produce y consume 8.000 millones de toneladas de carbón al año, Colombia produce 80 millones, el 1%, y consume sólo 8 millones, una milésima parte. El mundo produce y consume cerca de 100 millones de barriles diarios de petróleo, Colombia produce 750.000 BDP, o sea el 0,75%, y consume cerca de 330.000 BD de combustibles líquidos, o sea 0,33%. Por RICARDO PLATA CEPEDA

En la columna “El carbón es un puente” de febrero 22, 2021, en este espacio, preguntaba ¿Cuánto vale la seguridad de suministro? que intenté responder en un par de columnas posteriores.

En la última de ellas advertía como “Putin utiliza el gas ruso como arma para arrollar a Ucrania y como se apresta a aumentar su poder sobre Alemania, por haberse ésta apresurado a apagar sus centrales nucleares a raíz del accidente de Fukushima” y concluía que “no se trata de buscar la autarquía, sino de subrayar que la seguridad energética es una variable estratégica que solo podemos subestimar a nuestro propio riesgo”.

No había pasado un año cuando la invasión rusa a Ucrania catapultó el tema al “top” de la agenda global. Antes, para priorizar proyectos energéticos se tenía en cuenta el costo y su impacto ambiental, la seguridad de suministro brillaba por su ausencia, en la práctica no valía nada; ahora parece que “no tiene precio”. 

Variadas historias revelan su importancia: Durante la 2ª guerra mundial el 90% del combustible de las fuerzas alemanas tuvo que ser producido con un costoso proceso a partir del carbón.

Suráfrica mantuvo su independencia energética, durante el bloqueo por el apartheid, produciendo combustibles sintéticos de manera semejante.

En 1997 Argentina suscribió un acuerdo para suministrar gas a Chile.

El gobierno de Kirchner lo incumplió hasta llegar a racionamientos intolerables en 2006, ocasionando tremendo impacto a la economía chilena y el deterioro de las relaciones bilaterales.

En 2007 Ecopetrol y Pdvesa firmaron un contrato para intercambiar gas. Colombia entregaría 150 millones de pcd entre 2008 y 2011; luego la misma cantidad sería devuelta por Venezuela. En 2011 Ecopetrol aceptó duplicar la exportación y extenderla otros 3 años. Aún no hemos visto un pie cúbico de regreso.

Colombia tiene un 0,66% de la población mundial y su participación en el uso de energía se reduce al 0,33%; es además uno de los 7 países con menor huella de carbono en su generación de energía eléctrica gracias a que un 70% es hidráulica.

El mundo produce y consume 8.000 millones de toneladas de carbón al año, Colombia produce 80 millones, el 1%, y consume sólo 8 millones, una milésima parte.

El mundo produce y consume cerca de 100 millones de barriles diarios de petróleo, Colombia produce 750.000 BDP, o sea el 0,75%, y consume cerca de 330.000 BD de combustibles líquidos, o sea 0,33%.

Además, los países desarrollados llevan más de dos siglos consumiendo carbón y más de uno consumiendo petróleo.

Bienvenidas las energías limpias, pero tenemos algo de petróleo y mucho carbón. Ambos gozan hoy de una ventana de altos precios. Reducir la exploración del uno y la producción del otro, como propuso en campaña el presidente electo, sería entonces un sacrificio innecesario y prácticamente inútil a escala global, al costo de nuestra seguridad energética, de la generación de docenas de miles de empleos formales bien pagos y cuantiosos ingresos de regalías y divisas.

El palo no está para cucharas. 

rsilver2@aol.com

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