domingo, 20 de noviembre de 2016

Asesinato mediático. Por Cecilia Álvarez Correa

Es bueno leer a Cecilia Álvarez Correa.
Es bueno leer a Cecilia Álvarez Correa… Amplias el panorama y te enteras de pasajes que cuando era ministra evitaba soltarlos de frente.
Ella cuenta que cuando Santos llega al poder, Uribe y su combito cómo que pensaban que continuarían con las riendas del país…
Y eso parece que ocurre en muchos países. En Barranquilla sucedió cuando Hoyos le dejó el mando a George… Un día lo comentaremos.
“… y ni qué decir del expresidente Uribe, quien pensó que gobernaría en cuerpo ajeno y casi se queda sin aliento cuando Santos nombró el primer gabinete “inconsultamente”.
Y eso parece que continuará…

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

12:53 am | 20 de Noviembre del 2016
Asesinato mediático
También es hora de quitarles el velo a los enemigos, los hay dentro y fuera del Gobierno
Por Cecilia Álvarez Correa

Juan Manuel Santos es un presidente que rompe el molde de los inquilinos de Palacio. Su estilo desconcierta e incomoda a algunos políticos y excompañeros de los medios de comunicación que por muchos años se acostumbraron a ser consultados e invitados a la Casa de Nariño para la toma de decisiones. Hay columnistas que aún no se resignan, y ni qué decir del expresidente Uribe, quien pensó que gobernaría en cuerpo ajeno y casi se queda sin aliento cuando Santos nombró el primer gabinete “inconsultamente”.

La sumatoria de incomodidades le pasó la factura. Y los supuestos ignorados pusieron en marcha lo que los norteamericanos llaman ‘character assassination’, cuya traducción al español es el ‘asesinato mediático’, que, en la práctica, consiste en difamar sistemáticamente la reputación de una persona. Fue la táctica de Trump contra Hillary: desde el primer día de campaña hasta el último la llamó liar (‘mentirosa’), y acompañó su estrategia con verdades a medias o mentiras completas hasta acorralarla.

La misma receta, pero por más tiempo, se la han aplicado a Santos sus amigos de antaño, hoy sus enemigos. Desde su posesión empezaron diariamente en las huestes del uribismo, con la táctica de la simplificación, caracterizando los ataques con una mentira única: “Santos es traidor”. Hasta uno de los hijos de Uribe tiró línea, en la campaña presidencial del 2014, al decir que era mejor utilizar el adjetivo de ‘tramposo’.

A esto le adicionaron la exageración y desfiguración: Santos nos va a llevar al ‘castrochavismo’. Y no del todo satisfechos, cada vez que se encuentran errores o ilegalidades en el uribismo distraen a la opinión con mentiras, como lo hicieron en la segunda vuelta de la elección presidencial, inventándose una supuesta infiltración de dineros del narcotráfico, hecho del que –como era de esperarse– nunca pudieron aportar prueba alguna.
Se volvieron expertos en la tal propaganda sucia. Saben que deben limitarse a un número pequeño de ideas y ponerlas a rodar como rumores; eso sí, repetirlas, repetirlas y repetirlas de manera incansable. La tapa de todo fue la campaña mentirosa que hicieron para el plebiscito, revelada en la autoincriminación de Vélez Uribe, quien contó, sin sonrojo y paso a paso, la calumniadora estrategia, que, por supuesto, él pensó que era una hazaña.

Santos ha sido estoico en aguantar cada puñalada. Lamentablemente, el cuerpo no siempre resiste lo que el espíritu calla. Los “expertos” en comunicación llevan años diciéndole al Presidente que no se defienda, que no ataque a Uribe, que no conteste, ¿y eso de qué ha servido?

Es hora de gritar a los cuatro vientos los logros no solo de la paz, sino en todos los frentes: tasas de desempleo por debajo de los dos dígitos, el incremento de la clase media y disminución de la pobreza, récord en cobertura del sector salud, 100.000 viviendas gratuitas, 30.000 aulas nuevas para niños, Ser Pilo Paga, la revolución de la infraestructura y los alcances de De Cero a Siempre, entre otros.
También es hora de quitarles el velo a los enemigos, los hay dentro y fuera del Gobierno. El ‘asesinato mediático’ en los meses que quedan de gobierno hay que pararlo ya.

Mi trino: en 20 años Uribe será recordado como el Presidente que cambió “el articulito” y Santos, como el que logró la paz. Tremenda diferencia en el lugar de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario