viernes, 17 de junio de 2016

¿Dónde quedó la dignidad? Por J Enrique Ríos


Esto lo comentó Jota enrique Ríos, en sus Notas Confidenciales.
Columna en La LUPA de J.

Y lo que dice es muy cierto. 
Hablamos de PAZ, pero nuestros dirigentes (presidente, ex presi, senadores, representantes, dirigentes gremiales, diputados, concejales…) no dan ejemplo. 

El lenguaje que escuchamos en los medios de comunicación  deja mucho que desear…

Él tituló: ¿Dónde quedó la dignidad?
¿Se nos perdió?

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1



¿Dónde quedó la dignidad?
Por J Enrique Ríos

Una cosa es la vehemencia y otra es la grosería. Una el poder de los argumentos, otra el discurso desobligante, decadente, vergonzoso. Quienes ocupan altos cargos en el Estado, en las organizaciones gremiales, en la educación, en las empresas, etc., son los llamados a dar ejemplo, a dar luces sobre la capacidad para enfrentar los problemas, proponer soluciones, defender tesis con suficiencia ética y conocimiento, siempre lejanos de intereses particulares. Es paradójico que dizque todos en Colombia anhelen vivir en paz, con todo lo que implica, pero desde las más elevadas posiciones del aparato estatal se haga cada vez más evidente el desencuentro, el ánimo pendenciero y revanchista. 
Es decepcionante y vergonzoso el espectáculo que nos dan el presidente Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe, cuyas manifestaciones en público (¿cómo será en privado?) solo evidencian el odio visceral y arrabalero que durante décadas ha costado miles de vidas en el país. Irrespetan, abusan, desconocen la magnitud de sus dignidades y de la responsabilidad que les confiaron los ciudadanos en las urnas. 

Este es un sentimiento nacional. La controversia es a la democracia lo que la educación al desarrollo de los pueblos. Pero lo que menos estamos viendo en el escenario político actual es la argumentación de los grandes oradores como Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán o Laureano Gómez, para citar solo tres caudillos históricos. 

Vemos eso sí, una cantidad de fanáticos aplaudiendo sin raciocinio cuanta labia sale de nuestros dirigentes actuales: no solo de Santos y Uribe; también de congresistas, magistrados, ministros, concejales, diputados, etc. No queremos resignarnos a aceptar como normal tanta bajeza en la política. ¿Cómo podemos seguir hablando de paz así? Desarmemos los espíritus y rescatemos la altura y la dignidad perdidas.

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