viernes, 12 de febrero de 2016

Un tribunal israelí denuncia el "trato abusivo" de Sara Netanyahu hacia sus empleados

Qué bueno que se denuncien los abusos de algunos personajes que utilizan el poder para maltratar a los seres humanos que están a su alrededor.

Sarita, parece que no es una pera en dulce... al contrario, es una tirana...

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

ISRAEL

La corte obliga al Estado a pagarle una indemnización de 170.000 shekels

Un tribunal israelí denuncia el "trato abusivo" de Sara Netanyahu hacia sus empleados

 

Le da la razón al ex conserje de la residencia oficial del primer ministro en su demanda contra la esposa de Benjamin Netanyahu
Los testimonios de Naftali indican graves insultos y humillaciones, y asegura que, por ese motivo, existía una constante ausencia laboral.
Si Sara Netanyahu acabó mal 2015 al ser interrogada el último día del año por supuesto uso ilegal de fondos públicos en una investigación policial que sigue su curso, 2016 no ha empezado mucho mejor. La esposa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha visto este miércoles cómo el tribunal para Asuntos Laborales de Jerusalén aceptaba la demanda presentada por el ex gerente de la residencia oficial en Jerusalén, Meni Naftali.
Alegando "abusivas condiciones de empleo" entre otras duras calificaciones, la corte obliga al Estado a pagarle una indemnización de 170.000 shekels (alrededor de 40.000 euros). "Ante el tribunal, se han presentado numerosos testimonios que apuntan condiciones abusivas en el trato de la señora Netanyahu hacia sus empleados en la residencia oficial del primer ministro", se puede leer en las 40 páginas redactadas por los tres jueces. "La residencia oficial del primer ministro debe ser un ejemplo de garantía y protección absoluta de los derechos laborales (...) Desafortunadamente no es el caso que vemos ante nuestros ojos", ha denunciado la jueza Dita Pruginin.
En un duro manifiesto contra el comportamiento laboral de la sede oficial y, en concreto, de la esposa del jefe de Gobierno, ha añadido: "Los testimonios indican peticiones exageradas, insultos, humillaciones y estallidos de ira así como exigencia para trabajar en numerosas e intempestivas. Por este motivo, el cambio de empleados en la residencia oficial fue muy alto reinando una constante ausencia de fuerza laboral. La especial condición de la residencia del primer ministro y su inherente complejidad no justifican el empleo abusivo".
"He demostrado a todo el mundo que David puede ganar a Goliat. Quien estuvo en el juicio sabía que iba a ganar. Es sólo el principio para demostrar mis argumentos contra un comportamiento vergonzoso", ha declarado Naftali, satisfecho porque el grueso de sus demandas fueron aceptadas en la corte y porque el dinero de la indemnización cubrirá parte de sus deudas bancarias.
Satisfecho también porque los jueces señalaron que las acusaciones de Netanyahu contra él por "decir mentiras" y "maltrato hacia el resto de empleados" carecen de pruebas. Sara Netanyahu también le acusó de acoso sexual a una empleada y chantaje. El tribunal va más allá y denuncia que Sara Netanyahu "calumnió a empleados sin ninguna prueba sólida".
"Me hicieron mucho daño, destrozaron mi nombre y reputación... Me siento libre de decirlo todo, incluyendo acciones que pueden ser delictivas", señaló Naftali mientras su abogada, Nomi Landau añade: "Se ha hecho justicia. Yo no convencí a los jueces sino los testimonios que describieron las humillaciones sufridas en la residencia oficial por culpa de la señora Netanyahu". Según ella, su cliente fue objeto de escuchas por parte de la residencia oficial. Varios ex empleados apoyaron la demanda de Naftali acusándola de tratarles "de forma despectiva e impropia en cualquier relación laboral".
Netanyahu siempre ha negado las acusaciones contra su esposa denunciando ser "víctimas de una persecución política y mediática con reciclaje de mentiras y calumnias". Se trata de una jornada negra para el primer ministro que ve como un tribunal desnuda una dura realidad en la residencia oficial de Jerusalén. Es un golpe muy duro pero no le hará pagar ningún precio político. De momento, solo económico y mediático.
Y quizá literario porque Naftali ha prometido escribir este año un libro sobre lo que define como "traumática experiencia". Según él, nadie quiere trabajar a las órdenes de la esposa del dirigente conservador.
En su demanda figura el siguiente capítulo de su trabajo durante 20 meses en la casa más protegida de Jerusalén: "La esposa del primer ministro me despertó a las tres de la mañana. Me abroncó a gritos porque había comprado leche en bolsa y no en cartón como exigió. Cuando protesté por la hora y el tono de sus duras palabras, Netanyahu intervino y me pidió que hiciera todo lo que la señora deseara 'para que se calme'"
Sara Netanyahu, que trabaja como psicóloga infantil en el Ayuntamiento de Jerusalén, es la tercera esposa de Bibi y la madre de Yair y Avner. Esta ex azafata de vuelo entró en los hogares israelíes en 1996 cuando su marido ganó las elecciones por primera vez. Desde entonces, un río de escándalos, acusaciones y rumores acompañan a una mujer que, según los analistas, "tiene y ejerce mucho poder".
"Nadie antes ha sufrido en Israel una campaña tan negativa y destructiva como yo", se ha quejado recientemente recibiendo el apoyo de Bibi. Como siempre. Un hombre que en el discurso de la victoria electoral de hace casi un año dedicó muchos minutos y elogios a su esposa. Hoy, de nuevo, en el ojo del huracán.

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