Todos los ojos puestos en el presidente Juan Manuel Santos. Todos pendientes de las decisiones que se tomarán hoy en Barranquilla en torno al sector energético de la región Caribe.
Lo que sienten y piensan los costeños, es
que Santos le debe a esta parte del país su reelección. Y que sin los votos de
los habitantes de esta parte del territorio colombiano el mandatario no fuera
el presidente.
Y se atreven a exigirle que cumpla con las
promesas de campaña.
Hay que decir que no ha cumplido. Y que la
CREG se cree y pareciera que no le interesa mucho el sentir costeño.
Sería una jornada interesante.
Esperemos que se tomen decisiones sabias…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Pd: Editorial del diario El Heraldo de hoy
Lo que se espera
de Santos
Editorial
| 2016-01-14
Por: Redacción
La cumbre que se celebra hoy en
Barranquilla para debatir los problemas del sector energético en la Región
Caribe no puede, de ninguna manera, terminar como un capítulo más en el juego
del gato y el ratón que vienen protagonizando desde hace ya demasiado tiempo el
Gobierno central y los empresarios y políticos costeños.
La decisión del presidente Santos de acudir
a la cita merece ser valorada de manera positiva. Sobre todo si se considera
que el mandatario no acude a un encuentro confortable, sino a un cónclave
en el que previsiblemente tendrá que escuchar muchas quejas por el malestar
creciente que existe en la región por la escalada tarifaria en el sector energético
y, además, por las deficiencias en la prestación del servicio eléctrico. La
presencia del jefe de Estado le confiere a la reunión una mayor solemnidad, lo
que contribuye, obviamente, a aumentar las expectativas que existen en
torno a la cita.
Desde que EL HERALDO desvelara, en
diciembre de 2014, la aprobación de una fórmula de indexación de la tarifa del
gas que resultaba discriminatoria para la Costa, se ha desatado un tira y
afloja entre el Ministerio de Minas y la Comisión de Regulación de Energía y Gas
(Creg), por un lado, y la clase empresarial y política costeña, por la otra,
que ha abarcado a todo el panorama energético. Desde entonces se han producido
ciertos avances –modificación de la fórmula del gas, plan de inversiones en el
sector eléctrico–, pero estos resultan insuficientes para los intereses de la
Costa.
El anterior encuentro entre las partes
concluyó con un acuerdo que supuestamente satisfacía a nuestra región. Pero,
tras el inicial júbilo, trascendió que dicho acuerdo no era obligante (lo que
ha permitido a Chevron ignorarlo, con
el efecto de que la rebaja tarifaria anunciada ha sido sustancialmente
menor en la práctica) y que solo abarcaba a la gran industria, no al consumidor
doméstico y comercial.
El argumento esgrimido desde Bogotá
de que los usuarios costeños pagan el gas a un precio similar al resto del país
es engañoso. Lo que aquí se discute no es la factura que llega al consumidor,
sino el precio a boca de pozo, que en la Costa es mucho más elevado. Si fuera
similar al resto del país, los costeños se beneficiarían de facturas finales
mucho más bajas, pues el transporte y distribución del gas son acá más baratos.
Y ello es importante para una región especialmente castigada por la inflación,
como recoge un informe que publicamos en esta edición.
El presidente Santos tendrá hoy la
oportunidad de subsanar estos vacíos y, también, de lanzar mensajes
tranquilizadores concretos, no retóricos, en el tema eléctrico. Es lo que
espera la Costa, que depositó su confianza en el mandatario y resultó esencial
para su reelección.
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