miércoles, 30 de septiembre de 2015

La calidad de vida en Barranquilla 2014 POR: JAIRO PARADA



La calidad de vida en Barranquilla.

Se revisó la de 2014…

¿Cómo nos fue?



Con la óptica de Jairo Parada, lo vamos a revisar nosotros.



RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1
La calidad de vida en Barranquilla 2014
POR: JAIRO PARADA

Cualquiera hubiera creído que el recinto del Hotel Dann, donde se examinó el Informe de Calidad de Vida 2014 de Barranquilla el pasado viernes, iba a resultar pequeño ante la avalancha de candidatos al Concejo que pululan por estos días y las dos candidaturas a alcalde existentes, más las de gobernador. Pero ni gremios ni políticos se hicieron presentes, muy ocupados en otros menesteres, suponemos. Apenas un candidato al Concejo hizo presencia activa en el mismo, y un secretario de despacho, lo cual se le abona. Debe ser que muchos ya se sienten seguros de sus triunfos electorales, respaldados en las concesiones, contratos y la consabida mediación del voto por mecanismos de todos conocidos. Si ello es así, ¿para qué ir a perder el tiempo en el examen de los indicadores objetivos de la ciudad? Al fin y al cabo, solo interesa el poder  y lo que de él deviene, y no mucho lo que la ciudad necesita.
Barranquilla como Vamos (BCV) se ha ido convirtiendo en un observatorio actualizado de la ciudad, desde que fue creado en el 2008. Faltan organizaciones similares en Montería, Sincelejo y Riohacha, para cubrir toda la Costa. El apoyo de las empresas privadas ha sido clave para su sostenimiento y los frutos ya se ven desde hace rato. Gracias a ello ya sabemos por dónde va la ciudad, sin subjetivismos ni sesgos indebidos. En síntesis, aunque la ciudad va bien, no es el paraíso que muchos piensan, y nuestros logros distan mucho de aquellos de Bogotá, Cali o Medellín, a pesar del excelente marketing de la misma.
EL HERALDO reseñó en su edición del viernes pasado muchos resultados del informe, indicando nuestras graves falencias en movilidad, que no se pueden excusar por las obras en el norte de la ciudad. Van cinco años del gobierno de Santos y la fase II del Transmetro no despega, quedándose el transporte masivo reducido a un área limitada, que le impide economías de escala. En seguridad, se evidencian retrocesos peligrosos en materia de homicidios, aunque hay alguna mejoría en hurtos, pero en general, no vamos bien en este frente. 
Barranquilla no es una ciudad pacífica como dice la leyenda. En medio ambiente, el fracaso del Damab es evidente pues ni cifras hay.  En salud, aunque se ha avanzado, ya se nota que el asunto no es de más construcciones de pasos y caminos, sino de mejorar el servicio, pues la mortalidad materna aumentó y la infantil sigue por arriba de Cali, Bogotá y Medellín. En embarazos adolescentes vamos mal, suben los casos de VIH e igual en tuberculosis. En empleo, a pesar de las bajas tasas de desempleo de las cuales siempre sacamos pecho, tenemos casi 70.000 desocupados, y una informalidad del 53,8% en el área metropolitana, diez puntos por encima de Bogotá, a pesar de nuestra menor participación laboral. 


En este frente uno desearía oír las propuestas concretas de los candidatos, que superen el inútil discurso de los cursos de emprenderismo y créditos para microempresas, sin precisar la visión productiva de la ciudad. Con un 25% de pobreza en el área metropolitana, no es casual que un 30% de los barranquilleros se considere pobre. La mejor receta para la pobreza no es Familias en Acción, es la generación de empleos, y esa debe ser la discusión de fondo, con seriedad y sin demagogia. En materia fiscal, los ingresos totales apenas llegan a los $2 billones, de los cuales el 45% son transferencias. La ciudad mejora y va bien, pero falta mucho, pero sobre todo, falta ser realistas para que los sueños tengan sentido.

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