La
industria, las industrias son claves en el desarrollo de un país. Son un tesoro
que debemos apreciar y cuidar.
Sin
industrias una nación está desprotegida…
Jairo
Parada, habla del tema y la importancia de la Inversión Extranjera Directa.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Una visión
realista sobre la Inversión Extranjera Directa
POR: JAIRO PARADA
La experiencia de los países en desarrollo
y el más reciente caso de China, nos indica que no se puede lograr un rápido
crecimiento económico sin la presencia de la inversión extranjera directa
(realizada en plantas e instalaciones industriales) en la medida en que
complementan los esfuerzos de acumulación interna y transfieren tecnología.
Ningún país puede hoy soñar en desarrollarse en medio de la autarquía y el
aislamiento.
Sin embargo, la inversión extranjera
directa puede orientarse más hacia la industria manufacturera o la agroindustria,
o por lo contrario, centrarse en la minería. En el primer caso, se pueden
esperar complementariedades y eslabonamientos que benefician a la industria
doméstica y generan clústeres productivos nuevos.
Pero en el caso de la minería, los efectos
pueden ser desestabilizadores tanto por su impacto ambiental como por los
impactos en el ciclo macroeconómico, como nos ha sucedido recientemente con el
petróleo y el carbón. Centrar el crecimiento económico en la locomotora minera
fue una desviación del cuatrienio de Santos I, que ahora se pretende corregir.
El boom minero generó una desindustrialización del país, elevó artificialmente
el peso colombiano y sacó del mercado a muchas empresas nacionales.
La experiencia vivida deja claro que los
gobiernos no pueden enfrentar los beneficios y costos de la inversión
extranjera sin acompañarla de una fuerte regulación, tanto en el plano
ambiental como en el terreno de los derechos laborales, y la esfera del
cumplimiento de las normas tributarias.
Relajar la presencia del estado en este
proceso es un error, y los gobiernos no pueden sustraerse a una adecuada
regulación de la inversión extranjera. Esta produce también impactos
desfavorables en las fases de contracción, pues aumentan sus remesas de
utilidades al exterior, agravando la situación de la balanza en cuenta
corriente de los países.
Por lo anterior, un país no puede cifrar
sus esperanzas únicamente en la inversión extranjera o pensar que las fuerzas
del mercado deben decidirlo todo. Ni mucho ni poco es la justa media.
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