Yo
que he estado en las Asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial en muchas oportunidades, he presenciado cómo distinguen a los ministros
de hacienda de Colombia por su desempeño.
Óscar
Iván Zuluaga, ha sido empresario y político. Fue candidato a la presidencia y
logró emocionarse con el triunfo, porque en la contienda anterior le ganó al
presidente Juan Manuel Santos en la primera vuelta; ahora se sentó con los
colegas de La República y se expresa libremente en esta entrevista que les
quiero presentar.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Viernes, Junio 26, 2015
“La última
tributaria ha hecho un enorme daño”, sostiene Óscar Iván Zuluaga
A Óscar Iván Zuluaga (1959) le
tocó como ministro de Hacienda lidiar la crisis económica mundial de 2008, una
de las más duras de la historia reciente, tan dura que algunos países no han
podido salir de la crítica situación. Su periodo en la cartera abarcó desde el
8 de marzo de 2007 hasta el 6 de agosto de 2010.
Su discurso económico no deja
de ser crítico, pero con un tono responsable donde deja entrever que primero
está el futuro del país que las posiciones partidistas. Cree que el Ministerio
de Hacienda, en esta coyuntura, debe dedicarse más a lo micro que a lo macro,
una asignatura ya aprobada.
¿Cómo ve la
economía?
Es un momento de quiebre
complejo para la economía ¿por qué? Veníamos de un buen ritmo de
crecimiento. Con el cambio de los precios del petróleo, el país quedó
dependiendo de sí mismo, uno diría: ya se acabó la fiesta y tiene que depender
más de sí mismo. Hoy las condiciones son adversas para poder impulsar un
crecimiento económico que genere optimismo. ¿Por qué son adversas? Primero
porque el país tiene problemas serios de competitividad, está perdiendo terreno
frente a otros. Dos, porque el país ha avanzado muy poco en materia de
productividad, lo que es una gran debilidad para poder crecer a tasas mucho más
fuertes dependiendo de sí mismo. Tres, la última
reforma tributaria le ha hecho un enorme daño al país, porque el costo efectivo
de la tributación ha crecido de manera exagerada y desproporcionada, lo que
desestimula la inversión. Y si algo recuperó Colombia en los últimos diez años
fue haber hecho de la inversión una variable que generara dinámica. Esa falta
de estímulo a la inversión se va a ir reflejando cada año y está generando
desconfianza, zozobra y se ha traducido en un mayor pesimismo, no solo por las
condiciones externas, sino por los problemas que ya evidencia la economía.
¿Cuánto vamos a crecer?
Muy difícil prever que ante un
ciclo externo cambiante pueda la economía crecer a tasas razonables y por eso
se habla de pronósticos de 3%. Algunos incluso hablan de menos de 2%. Eso sería
una tragedia, un país con estos niveles de pobreza necesita avanzar mucho más.
Un crecimiento de 3% es bueno
si se mira la región...
Ese es el problema. Cuando yo
estaba en el Ministerio de Hacienda nos preguntábamos ¿cuándo Colombia podrá
crecer a 4%? Y durante los dos gobiernos de Uribe se demostró que con recuperar
la inversión, generar confianza, seguridad, el país podría crecer sin mucha
dificultad a niveles de 4%. La economía en condiciones, no muy dramáticas,
podría crecer potencialmente a 4,5%. Somos el país que más posibilidades tiene
de un crecimiento potencial mayor, porque tuvo décadas donde represó las
posibilidades de un mayor crecimiento.
¿Por qué estábamos
reprimidos?
Es un país que entra a la
globalización tarde, que perdió la década del noventa con atrasos sustanciales
frente a otros y cuando empieza en 2000 a recuperarse, encontró posibilidades
de tener un crecimiento potencial mucho mayor. Es un país que tiene la tercera
población de América Latina y el puesto 25 en todo el mundo. Tiene 27 ciudades
con más de 150.000 habitantes. Esas son posibilidades de expansión, tal como se
demostró entre 2002 y 2010 cuando se sentaron bases muy importantes para que el
país pudiera crecer a tasas mayores.
¿Cómo ve la próxima
década?
El problema es que el
crecimiento no está anclado a la productividad y eso hace que seamos
vulnerables. Si no hay una orientación de política de mejora sustancial de la
productividad, el país no va a tener un crecimiento como se necesita y si no
hay un crecimiento económico impulsado por la productividad, el país no va a
mejorar en competitividad, entonces seguirá siendo importador y va a perder su
frontera agrícola. El país no va a aprovechar lo más importante que es su
recurso humano porque seguimos siendo un país joven, pero somos jóvenes hoy, no
lo vamos a ser en 20 o 30 años.
¿Le preocupa el relevo
generacional?
Cuando se mira la historia
económica, encuentra que ha habido relevos generacionales y los países han
invertido en promedio 30 años para formar una generación. Hay 12 millones de
colombianos entre 14 y 25 años, más de 50% por debajo de los 24 años, es un
llamado a que si no hacemos algo con la educación, en el largo plazo nos
derrota la informalidad. El país necesita concentrar acciones de política
ambiciosas en la mejora de la productividad, que es lo único que puede
transformar.
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