Vamos
a seguir narrando lo que está sucediendo con el servicio de energía eléctrica
en Colombia. Y lo vamos a seguir haciendo con ciudadanos, analistas, expertos,
columnistas, funcionarios, representantes del gobierno y periodistas que
también están interesados en el tema.
Tema
delicado, obviamente, porque estamos hablando del bienestar de la población
colombiana.
RADAR,luuisemilioradaconrado
@radareconomico1
La otra cara de
Electricaribe
Por César Lorduy
2015-06-13 00:00:0
Luego de que la
Superintendencia de Servicios Públicos en 1998 tomó posesión de los negocios y
bienes de las electrificadoras de la Costa, que fueron unidas, vendidas y
vueltas a vender incluso por un precio menor al pagado inicialmente, lo que hoy
tenemos es una Electricaribe dueña de los pasivos originados en las
electrificadoras y de los que heredó de Electrocosta.
Por estar ubicada en la Región
Caribe, conformada por 7 departamentos, 6 de los cuales están dentro de los 10
departamentos más pobres del país –a excepción del Atlántico– también es dueña
de 2.450.000 clientes, 80% de los cuales pertenecen a los estratos 1, 2 y
subnormales.
Esas condiciones originan
pérdidas de energía en el orden del 17% y un índice de cobro de apenas el 88%,
que contrasta con la obligación de Electricaribe de pagar el 100% de la energía
que compra y el transporte de la misma, independientemente de si sus clientes
toman la energía de manera ilegal (fraudes) o no la pagan (morosidad).
Pero, además tenemos que los
niveles de fraude e impago que tiene Electricaribe son muy superiores a los del
resto del país y generan pérdidas que para 2014 eran de $590.000 millones; la
deuda de los clientes al cierre de febrero de 2015 era de $1,7 billones, de los
cuales $115.000 millones corresponden a organismos oficiales (acueductos,
hospitales, escuelas, etc.) y, si a lo anterior se le suma el costo de la
energía (generación) que se ha incrementado de manera exponencial en los
últimos años, ocasionando que los recursos que finalmente logra recaudar esta
compañía se destinen en su mayoría a atender el pago de la energía que compra,
tenemos un balance a diciembre de 2014 que informa pérdidas por $75.000
millones.
En ese escenario no hay
recursos para invertir y lo que se ha hecho ha sido con cargo a la deuda, que
ya que llegó a su límite. Sobrepasarla puede llevar a esta empresa a otra
condición legal, igual a la que tenía en sus orígenes.
Frente a todo lo anterior,
podemos cerrar a Electricaribe, multarla, intervenirla e incluso expropiarla,
si a eso queremos llegar, pero nada de eso resuelve el problema.
Los que frente a la oscuridad
nos gusta prender una vela, solicitamos: ejecutar lo que hoy contempla el Plan
Nacional de Desarrollo, que dispone incrementar las ayudas a través de los
fondos (Foes, Prone y Faer) a fin de apoyar a las familias más pobres que no
pueden pagar en su totalidad el costo de la energía; reducir el fraude y el
impago, para lo cual se exigen nuevos instrumentos legales y policivos;
normalizar la deuda de organismos públicos, obtener el apoyo del Estado para el
pago de la deuda de los barrios subnormales, e incrementar las inversiones
destinadas tanto a mejorar la calidad del servicio como a reducir el fraude.
Todo lo anterior, sin perjuicio
de que Electricaribe deba someterse internamente a una reingeniería para
mejorar la relación con sus cliente y ganarse su confianza. Al fin y al cabo
estos son su razón de ser.
Si todo lo logramos, podrán
hacerse las inversiones requeridas que, al 2019 serán del orden de los $1,1
billones por parte de Electricaribe y de $2,8 billones por otros actores del
problema convocados por el Gobierno Nacional. De no hacerse, lo que hoy
padecemos se incrementará de manera considerable y entonces sí vendrá la
oscuridad total.
@clorduy
clorduym@gmail.com
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