miércoles, 24 de junio de 2015

Bogotá. 'Interconector de la 6.ª con NQS es como un hijo para nosotros'

Esto ocurrió en Bogotá. Historias que se podrían presentar en otras ciudades de Colombia, especialmente en Barranquilla y Cartagena, donde las calles se están volviendo invivibles, si se compara la situación con días pretéritos.
Sería bueno que esto pudiera ocurrir en Barranquilla…

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Bogotá. 'Interconector de la 6.ª con NQS es como un hijo para nosotros'
Así lo manifiestan trabajadores de la obra, que es entregada este martes por el IDU.
Por:  JOHN CERÓN




Para los obreros de la construcción José Kennedy y Joselito García, de 54 y 56 años, el interconector de la calle 6.ª con la avenida NQS es como un ‘hijo’. Llegaron cuando apenas ‘balbuceada’ y hoy asisten a su ‘grado’.
“Llegué hace tres años y empecé a abrir huecos y a fundir pilas para la base del puente. Todo estaba en planos”, recuerda Kennedy, al momento que revisa los últimos retoques de pintura que le daban ayer a la estructura. La misma por la que hoy rodará el primer bus articulado de TransMilenio y que conectará las troncales de la calle 6.ª, la Caracas y la avenida NQS.
 
Durante 36 meses, Kennedy y García llegaron religiosamente todos los días, a las 6 de la mañana, junto a otros 387 obreros para iniciar labores. El primero vive en Suba La Gaitana y el otro en Villa Gladys ( Rafael Uribe Uribe).
Uno de los grandes retos, además de lo fuerte del trabajo, fue soportar el clima.
“La época de lluvia fue la más difícil. También el Sol es implacable, pero ya está lista la obra que es lo importante”, manifiesta García, mientras supervisa que la estructura quede limpia de escombros.

Para estos dos padres de familia, quienes han dedicado más de 20 años de su vida a las labores de la construcción, este es el proyecto más grande en el que han trabajado. “No solo estamos satisfechos y felices nosotros, también lo están nuestras familias”, aseguran. “Por ejemplo, mi esposa Martha Zambrano todos los días se levanta a las 3 de la mañana para hacerme el almuerzo. Es que en este trabajo toda la familia pone algo”, puntualiza Kennedy, al tiempo que mira su reloj, como anunciando que ya casi es la hora de abrir el portacomida.

Por su parte, Joselito es viudo y vive junto a dos hijos, quienes por cuestiones del destino no siguieron sus pasos y hoy están en la universidad. “Ellos pasan de vez en cuando por acá y se detienen un momento para apreciar la estructura. Están felices al saber que yo puse mi granito de arena”, dice el hombre, de más de 1,90 metros de estatura, sobresaliente entre los demás operarios.
Aunque ellos saben que a este ‘hijo’ ya hay que dejarlo que siga su camino solo, ahora esperan ser nuevamente contratados en otra obra que deje huella en la capital y que la puedan ver crecer como lo hicieron con este interconector de tercer nivel, que beneficiará cada día a 98.000 usuarios del sistema.

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