La pobreza en la Región Caribe…
¡Vergüenza deberíamos darnos!
Si los dirigentes, empresarios,
funcionarios, gobernadores, alcaldes, ciudadanos comunes, periodistas fuéramos
conscientes de lo que está sucediendo, algo deberíamos hacer. No hay ninguna
justificación para que esto esté pasando.
La columna del abogado César
Lorduy, en El Heraldo, es una
radiografía que nos duele en el alma…
Dice Lorduy:
“Nuestra pobreza ha llegado a
límites tan extremos que, como alimento para nuestros niños, he conocido
biberones llenos de agua –cuando existe este servicio– de yuca hervida, de maíz
o de arroz e, incluso, del agua que queda del queso procesado.
En
épocas recientes, el mango, en especial el de hilaza, y el aguacate, que no
podía vender el dueño de la cosecha, lo mezclaban con el agua de yuca, maíz o
la que sobraba del queso y ese era el alimento de los cerdos. Hoy sucede lo
contrario. Un total contraste que debe alarmarnos”.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Arroz, mango y aguacate
Por César Lorduy
Por la Región Caribe se han
hecho y se continúan haciendo grandes esfuerzos, pero los indicadores de
nuestra realidad, más que llevarnos a dormirnos, deben alarmarnos y no
simplemente preocuparnos.
Un informe sobre pobreza
–publicado este año por el Dane, con datos de 2014– indica que en esta área del
país 2.262.421 personas viven en la pobreza extrema y 4.510.721 no tienen
satisfechas sus necesidades básicas.
Bases estratégicas elaboradas
para construir el Plan Nacional de Desarrollo de los próximos cuatro años
muestran que todos los departamentos costeños (excepto en algunos casos el
Atlántico) superan negativamente el promedio nacional de cobertura educativa
media y superior, informalidad y empleo; estamos a punto de tener, con La
Guajira a la cabeza (a la par de Chocó), los niveles más altos de adolescentes
que han sido madres o están embarazadas, y en Bolívar, Cesar y San Andrés
tenemos un alto porcentaje de niños de 0 a 5 años por debajo de una talla
normal.
Como si lo anterior fuera poco,
el 76,8% de nuestro territorio tiene una vulnerabilidad hídrica alta
–cuando no es una cosa es la otra–, al punto de que el 40% de los daños y
pérdidas que ocurrieron durante La Niña de 2010 y 2011 se concentraron en esta
región, cuyos suelos, en un 50,1%, presentan conflicto por sobreutilización y
subutilización.
Supera la Costa la media de las
estadísticas de la Escuela Nacional de Demografía y Salud y del Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar, que indican que en el país mueren, en
promedio, 4 niños diario por casos de desnutrición, 13% de los menores de 5
años tiene desnutrición crónica, de 5 a 12 años presentan algún problema de
desnutrición y un 3% sufre retraso severo.
Esta región también tiene un
indicador superior al promedio nacional, y es que nosotros consumimos per
cápita 49,7 kilos de arroz por año. Por ello, el precio de este producto es muy
sensible en la Costa, tanto que un aumento, por ejemplo, del 20% en su valor,
implica que la tasa de indigencia aumentaría del 10% al 10,8% y la tasa de
pobreza de 32,7% a 33,6% a nivel nacional.
Nos estamos alimentando de
arroz que, si bien es una fuente de energía, no contiene por sí mismo todas las
proteínas, lípidos, glúcidos, vitaminas y minerales que requieren nuestros
niños. Además, nuestros coterráneos dejan de consumir este cereal al inicio de
los años escolares porque el poco dinero que tienen deben dedicarlo a la compra
de útiles.
Resulta que en muchas familias
de nuestra Región Caribe cuando no tienen para el arroz lo sustituyen por maíz
o yuca e, incluso, el mango o el aguacate, estos últimos solo en épocas de
recolección y pueden ser accesibles a personas distintas al dueño de la
cosecha.
Nuestra pobreza ha llegado a
límites tan extremos que, como alimento para nuestros niños, he conocido
biberones llenos de agua –cuando existe este servicio– de yuca hervida, de maíz
o de arroz e, incluso, del agua que queda del queso procesado.
En épocas recientes, el mango,
en especial el de hilaza, y el aguacate, que no podía vender el dueño de la
cosecha, lo mezclaban con el agua de yuca, maíz o la que sobraba del queso y
ese era el alimento de los cerdos. Hoy sucede lo contrario. Un total contraste
que debe alarmarnos.
@clorduy
clorduym@gmail.com
clorduym@gmail.com
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