domingo, 18 de mayo de 2014

PAZ. 'El fin del conflicto es una posibilidad real': Gustavo Bell



Si el proceso de paz, en vez de convertirse en una posibilidad real, como dijo el embajador Gustavo Bell, en charla con Yamid Amat, se convierte en una REALIDAD, Juan Manuel Santos aparecerá en la historia de Colombia, como uno de los mandatarios más reconocidos por todos nosotros y también en el mundo entero.
Eso le cambiará la vida a casi todos los colombianos. No habrá excusas para que nuestro país sea más competitivo, pero también más equitativo y noble con sus nacionales.
Será una fiesta, de la que no quisiera perderme…

Me gustó la actitud de Gustavo Bell. Evitó confrontaciones. No se dejó provocar por Yamid e invitó a todos los actores importantes de Colombia para que nos acompañen en este proceso, que está casi listo para cerrar una guerra estúpida que ha atrasado el desarrollo de Colombia y de los colombianos. 


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'El fin del conflicto es una posibilidad real': Gustavo Bell

El exvicepresidente y embajador en Cuba defiende el proceso de paz que se desarrolla en La Habana.


“Creo, razonablemente, que el proceso va a terminar con la firma de un acuerdo que le pondrá fin al conflicto armado”.
Las palabras son del actual embajador de Colombia en Cuba, Gustavo Bell, quien ha seguido, por pormenores, el desarrollo de las conversaciones que se adelantan en La Habana, entre representantes del Gobierno y de las Farc, y considera que quienes se oponen al proceso de paz “están mal informados”.
Bell, historiador y abogado, fue vicepresidente de la República en el gobierno del Andrés Pastrana y su ministro de Defensa. Admite que durante ese gobierno se pudieron cometer errores, pero aclara con energía que a la paz que seguramente se firmará en Cuba se llegará gracias a los aportes de los expresidentes Pastrana y Uribe, y por supuesto del presidente Santos.

Bell se queja de que el proceso actual ha sido victima de “muchas tergiversaciones, mucha desinformación y muchas manipulaciones”.
“Se están sentando las bases para comenzar la transformación del país con una paz duradera y estable –dice–. Es una coyuntura histórica que ha sido el fruto de la evolución de una política de Estado en la que han participado varios gobiernos y que ha desembocado en esta oportunidad, única quizás en la historia contemporánea del país, para ponerle fin al conflicto armado”.
El expresidente Pastrana es crítico del proceso. Usted fue su vicepresidente y su ministro de Defensa. ¿Quién está equivocado: el presidente Santos o Pastrana?
Tengo por el presidente Pastrana gratitud, admiración y lealtad. Si alguien se equivocó, lo hizo de buena fe. En su momento, todos los presidentes han actuado con sentido de responsabilidad y de grandeza. No voy a entrar en ese tipo de controversias que plantea su pregunta.
Mi pregunta no busca crearle dificultades ni con Pastrana ni con Santos. Lo que pasa es que hay dirigentes conservadores, como el exmandatario, que atacan el proceso. ¿Tienen razón sus críticas?
No las voy a calificar. Lo que digo es que para poder llegar a ese proceso es importante tener presente el aporte del presidente Pastrana. Si no se entiende qué ocurrió en su gobierno, no se entenderá por qué llegamos a este proceso.
Críticos del proceso han dicho que Santos se está entregado a lo que llaman el “castro-chavismo”. ¿Es así?
Ni más faltaba. Esas opiniones son las que me han conducido a aceptar esta entrevista. Como soy testigo de excepción del avance del proceso, no puedo ser indiferente a muchas opiniones. No solamente esa, sino muchas tergiversaciones, mucha desinformación, mucha manipulación, muchos temores infundados sobre cómo se está conduciendo el proceso en Cuba. Considero mi deber dar una versión mucho más objetiva del proceso de paz y transmitir, como testigo de excepción que soy, de que el proceso no solamente está muy bien concebido sino que está siendo dirigido por una de las personas más brillantes que tiene el país como es Humberto de la Calle.
El proceso corrige equivocaciones de los procesos anteriores. El presidente Santos dijo en su discurso de posesión que había que aprender de lecciones pasadas, porque no hay manuales universales para hacer la paz. Solamente podemos recurrir a nuestra propia historia para corregir y llegar a un proceso con características como las del actual.
¿Las negociaciones con las Farc bajo Pastrana no fueron un engaño de la guerrilla?
Visto retrospectivamente, desde hoy, es fácil decirlo y es fácil criticar. Pero, en su momento se obró de buena fe, con buenas intenciones y con sentido de grandeza. Los hechos posteriores vinieron a demostrar que ese proceso se concibió con algunos errores que no se han repetido en esta ocasión.
En consecuencia, ¿el expresidente Pastrana debería apoyar el actual proceso?
Eso ya es una decisión personal de él. Pero, quiero decir que él puede estar tranquilo, porque él, en su momento, tomó decisiones responsables, con sentido de grandeza, que forman parte del activo que sirve para que este proceso sea más realista, y el cual deberá conducir a la firma que pondrá fin al conflicto armado…
 
¿Le pediría públicamente a Pastrana que apoyara el proceso?
No solamente a él, sino a todos los colombianos. Yo no soy negociador, pero sí soy un testigo privilegiado de lo que está ocurriendo, y puedo dar fe absoluta de que se está trabajando con la mayor seriedad, con el mayor rigor y que no hay posibilidad alguna de que se presenten situaciones, como se ha dicho, de que se va a entregar la soberanía nacional, que vamos camino hacia el castro-chavismo, que esto es de espaldas al país. ¡Ni más faltaba!


Yo tengo formación de historiador y creo que el país me conoce. Les aseguro a los colombianos que el presidente Santos no ha hecho sino recoger de la experiencia pasada y de los éxitos de una política de Estado como fue el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, para que el fin del conflicto armado sea, como es, una posibilidad real.


En las negociaciones no se está entregando la soberanía ni ningún principio del sistema democrático o del Estado de derecho.
¿No tienen razón de ser las dudas y el escepticismo que se han expuesto sobre el proceso?

No, sin duda. Al momento actual no se ha llegado por arte de magia. El punto de partida de este proceso es que la superioridad militar del Estado está consolidada. Ya la vía armada no es una opción viable, y eso es fruto de varias administraciones, de una política de Estado que se ha realizado en varias gobiernos.
Estamos ante una oportunidad histórica de poner fin al conflicto y empezar a construir una paz duradera y estable. Ojalá, si hay críticas, que sean más fundamentadas y no con algunas ligerezas que a veces se escuchan.
En estos días en que usted ha realizado en el país gestiones de defensa del proceso de paz, ¿cuáles son las críticas que más escuchado?
Una de las principales críticas es por qué no hay más información. En estos días he hecho talleres pedagógicos, y cuando explico la estructura y la metodología del proceso, la reacción de la gente ha sido de tranquilidad, confianza y aceptación de la seriedad del proceso.
 
¿Hay observaciones a la excesiva confidencialidad del proceso?

Uno de los principios rectores acordados para el proceso fue la confidencialidad. Eso suponía el riesgo de críticas. Pero no se puede decir que no hay información, o que se está haciendo de espaldas al país porque ha sido secretísimo. No. Se han publicado los documentos firmados; hay una página web abierta, donde se cuelgan todos los documentos. Posiblemente hay falta de pedagogía. Es lo estoy haciendo.
El presidente Santos ha reiterado que “nada está acordado mientras todo esté acordado”. ¿Ese “todo acordado” está muy lejano?
Estamos aún dentro de unos parámetros razonables si entendemos la complejidad del proceso, gracias a la metodología que se ha seguido: fase exploratoria, fase de negociación y fase de implementación. Por supuesto, la gente quisiera que el proceso culminara felizmente lo más rápido posible, pero ya se conocen todas las vicisitudes que lo han rodeado.
¿Cree que son favorables o desfavorables las condiciones actuales?
Hay circunstancias favorables, como el gran apoyo de la comunidad internacional, la consolidación de la superioridad militar del Estado y los avances logrados en muchas materias, tanto en Colombia como en el marco de las negociaciones; la ley de reparación de víctimas, la restitución de tierras.
¿Por lo que usted conoce del avance del proceso, cree que nunca como ahora el país había estado tan cerca de llegar al fin de la guerra?
Eso es correcto. Y esto no solamente ha sido gracias al presidente Santos; esto es un acumulado histórico donde participaron de manera responsable, con sentido de grandeza, de visión de Estado, el presidente Pastrana, el presidente Uribe, el presidente Santos; todos los colombianos que de una u otra manera hemos participado en administraciones anteriores y el colombiano del común, que ha aportado con sus tributos a la modernización de las Fuerzas Armadas. Esto es un patrimonio colectivo que no podemos desechar.

¿Es cierto, como afirman algunos dirigentes políticos, que se está negociando la propiedad privada, la posesión de la tierra, la fortaleza de las Fuerzas Militares; que se están cambiando los ejes del Estado?

Una cosa es lo que la gente dice y otra es lo que está plasmado en los documentos, en los acuerdos. Por eso estoy en esta campaña pedagógica.
 


¿Por qué no ha incluido en su pedagogía a Pastrana y Uribe?
Lo que les pido a todos los colombianos es que, si van a hacer críticas, las hagan conociendo el proceso en su integridad –la documentación que es pública– y que entiendan que hay unas responsabilidades históricas. Mire: hemos llegado a un punto en donde hay una posibilidad real de ponerle fin al conflicto armado. Si esto llega a un feliz término, todos los expresidentes podrán sacar pecho de que, de una u otra manera, contribuyeron en forma responsable a poner fin al conflicto armado. Y, por supuesto, incluyo a los presidentes Pastrana y Uribe.
 
Uribe ha reiterado que no está contra la paz sino contra la paz con impunidad. ¿Qué opina?

Se lo aseguro: no va a haber impunidad.

¿El hecho de que las negociaciones se realicen en La Habana supone algún tipo de permeabilidad para una eventual influencia de Cuba?

Cuba ha sido respetuosa en el proceso. Lo ha facilitado; son sus garantes. Puedo dar fe de que Cuba no interviene. Lo hace solo para dar unas facilidades que hacen que el proceso fluya de manera dinámica y segura.
¿Cree firmemente que el proceso terminará bien?
Creo razonablemente que esto va a culminar con la firma de un acuerdo que le pondrá fin al conflicto armado. Pero no se le olvide que esto tendrá que pasar por la refrendación de la ciudadanía colombiana.

¿Por qué cree que el proceso va a terminar en un acuerdo de paz?

Porque se está conduciendo con el mayor sentido de la responsabilidad, con rigor político y recogiendo todas las enseñanzas que nos ha dado la historia reciente de Colombia. El futuro de nuestra nación es promisorio si se pone fin al conflicto armado.
En el acuerdo estarán sentando las bases y consensos que permitirán la transformación política del país y avanzar sin el lastre del conflicto armado hacia la construcción de una nación estable.
Definitivamente, lo que está claro hoy en día, después de 50 años de sangre, de luto y lágrimas, es que este conflicto armado hay que superarlo como condición indispensable para avanzar hacia la construcción de una nación pujante, estable, trabajadora y en total crecimiento y desarrollo.

‘Negociadores son los más idóneos’
¿Están equivocados quienes se oponen al proceso de paz?
Están mal informados. Si leen los documentos, les darán un espaldarazo de confianza a las personas que en este momento están en las conversaciones con las Farc. Personas que son las más idóneas, como Humberto de la Calle, que tiene una trayectoria y una formación como pocos hombres de Estado, con su probidad, con visión, con la entereza y la integridad suyas. De la Calle fue además arquitecto de la Constitución en 1991; es un liberal y un demócrata íntegro. Está el general Jorge Enrique Mora, responsable de la modernización de las Fuerzas Armadas y quien condujo, en su primera fase, la seguridad democrática; está el general Naranjo, probo e íntegro. Estuvo Luis Carlos Villegas, culto y admirable en su servicio por Colombia. Está Frank Pearl, que fue alto consejero para la paz durante el gobierno de Uribe. Están los demás miembros de la comisión, ejemplares servidores del país.
Y además está una comunidad internacional que acompaña el proceso.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO

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