Economía colombiana: ¿fin del festejo por altos precios de materias primas?
Por Giovanni E. Reyes*
OPINIÓN. Se puede maniobrar para tratar de acelerar un poco las exportaciones, aún a costa de condenarnos a seguir vendiendo materias primas.
La
situación del crecimiento económico de Colombia para el cierre de 2013
no es alentadora. Con base en cifras oficiales, se puede concluir que
el crecimiento de la producción nacional se ha situado en un acumulado
de 2.9 por ciento en los últimos nueve meses. Eso permite inferir que
el cierr
e del crecimiento para el país, este año, estaría ubicándose en unos 2.7 por ciento.
Se
trata, desde luego, del señalamiento temerario de una cifra, por cuanto
influyen múltiples factores en el crecimiento, desde los niveles de
inversión en la economía real, hasta el comportamiento de la cuenta
corriente de la balanza de pagos, y los valores del tipo de cambio,
pasando desde luego, por indicadores más directos: consumo interno, las
exportaciones, las importaciones y los componentes de egreso operativo y
de inversión del gobierno.
En especial el
desempeño económico de China e India afectará los precios
internacionales de las materias primas. Las evidencias están
demostrando que en China se está formando una burbuja de créditos que
afectan bienes inmuebles y en general a la infraestructura del país. En
el ámbito financiero del gigante asiático, los bancos están teniendo
carteras morosas, las que están desembocando en pérdidas substanciales
para las entidades financieras.
Por otra parte,
tanto China como India están viendo como sus exportaciones entran en
una zona de desaceleración con previsible “aterrizaje” en áreas de
aletargamiento. Esto se debe con mucho, a la recesión mundial que aún
no se aleja de los trágicos pantanos que ha creado la última crisis
financiera mundial y cuyos rasgos aún hoy, impiden activar ciclos
productivos de manera sostenida.
Al
desacelerarse las economías de China e India -que en conjunto contienen
casi a un 27 por ciento de la población mundial- el precio de las
materias primas tenderá a la baja. Al respecto nótese cómo
Latinoamérica en general y Colombia en particular acentúa, en muchos
casos, su dependencia en la exportación de bienes con poco valor
agregado, lo que no permite abrir substancialmente los mercados internos
y con ello la demanda agregada a partir de niveles de empleo con
ingresos altos.
En 2003, para señalar una
ilustración, Colombia exportaba un 45 por ciento de bienes mineros, un
10 por ciento de la agricultura y un 50 por ciento de productos
industriales. Esa situación es hoy en día de 75 por ciento de minería, 5
por ciento de agricultura y 20 por ciento de bienes industriales.
De
momento se pueden hacer maniobras que traten de acelerar un poco las
exportaciones, aún a costa de condenarnos a seguir vendiendo materias
primas. Pero el problema de fondo persiste desde hace unos 200 años al
menos, y tiende a agravarse: no estamos generando exportaciones con
valores agregados, basados en agroindustria, en fortalecimiento del
sector manufacturero ni mucho menos en los ámbitos de alta tecnología.
Mientras no se transforme la naturaleza de las exportaciones
latinoamericanas y colombianas, tendremos problemas para rato. El
desafío a enfrentar es tan imperioso como urgente.
*Profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.
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