Editorial de EL HERALDO
La exigente agenda de Telecaribe
Telecaribe se ha
planteado ingresar a otra fase con su sede en construcción, acomodarse a las
tecnologías de vanguardia, aumentar su cobertura, adecuar su oferta a las
nuevas demandas teniendo como referencia un mundo globalizado al cual ya tiene
acceso, y escoger un gerente, tras la renuncia de Iván Barrios.
Son todos ellos retos
para sus directivos, que son, en primer lugar, los siete gobernadores de los
departamentos del Caribe colombiano, la Alcaldesa de Barranquilla, los rectores
de dos universidades públicas (Cartagena y Magdalena), y un delegado de la
autoridad nacional de televisión. Suelen ellos delegar su representación, pero
no su responsabilidad.
Nos sumamos al llamado
que crece en todo el Caribe para que haya buen tino en las decisiones que
vienen. Por ejemplo, sería de insensatos ignorar que en los últimos años, y en
parte por la escogencia por méritos de sus dos últimos gerentes, se han dado
mejoras en la administración y los contenidos del canal, en medio de las
turbulencias de la industria. Son turbulencias en un mundo competitivo, más en
las comunicaciones que lleva a rastras a aquellas empresas que tienen una
misión de desarrollo y entretenimiento sano.
Telecaribe se inició y
siempre ha sido, unas veces más otras menos, herramienta de la integración
regional cultural y símbolo costeño de un destino común. Hay un patrimonio que
conservar. Ha sido propiciador de oportunidades para nuestros talentos en el
arte y la comunicación. Palanca en nuestras campañas más aglutinantes. En fin,
medio de comunicación televisivo por excelencia para impulsar la autoestima de
la gente caribe.
Los objetivos señalados
arriba requieren ahora más gestión para garantizar la sostenibilidad y
desarrollo del canal. De ahí que no hay cabida para acciones irresponsables
desde su Junta, como construir ventanas por donde se cuelen de nuevo la
politiquería, la ineficiencia en la planeación y la gestión, y el deterioro de
las finanzas. Todo esto se ha superado en parte, así como la desconfianza de
proveedores y usuarios.
El gerente Barrios se
retiró después de 14 años de trabajo en el canal, dos como gerente, para buscar
nuevas alternativas personales de desarrollo profesional. Deja huella
reconocible en los aspectos administrativos y fiscales. También en la
producción.
Avanzó en la
construcción de la sede. Deja sentadas unas bases para seguir creciendo. Algo
similar puede decirse de su antecesor, Édgar Rey, quien asumió la gerencia del
canal en 2003 cuando parecía irse todo a pique por sucesivas gestiones
altamente politizadas.
No se deben perder las
oportunidades. El traslado a la nueva sede, que ya está en un 80% de avance, no
puede ser un simple trasteo.
La oportunidad de la
escogencia de un nuevo gerente con el sistema actualmente vigente en los
estatutos –el concurso de méritos– permite no solo escoger una buena opción por
los atributos de los candidatos, sino también un plan o ruta de trabajo para
que se cumplan los objetivos que la Región demanda en torno a los servicios que
Telecaribe le presta.
Telecaribe no puede dar
marcha atrás. Tiene una exigente agenda por cumplir.
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