lunes, 24 de septiembre de 2012

Editorial: Santos y sus dos históricos anhelos



Esto que nos cuenta el editorialista del diario La República, debería darles vergüenza a los políticos de este país. Y también a los empresarios que no han hecho lo correcto para que Colombia sea más desarrollada, con una excelente infraestructura.
Vergüenza les debe dar, porque la historia se las cobrará. No el pueblo, porque es ignorante y vota por una botella de ron y una tejas.
Pero repito, qué vergüenza sería para mí, siendo político que las obras no se realizaran… nunca le quise apostar a esa vaina.
¿Qué estará pensando Santos?
No había nacido yo (58 años), cuando La República publicó esto “Habrá informe para la construcción del subway en la Capital”.
¡Qué vaina con nosotros!
¿Vamos a dejar que este país se destruya por el egoísmo de unos cuántos tontos?
Digo tontos, porque creen que el dinero que tienen les podrá salvar… Eso para nada sirve… Nada nos podemos llevar para el otro mundo, que esperemos que sea más bacano. Tan bonito es que te recuerden con agrado…

RADAR,luisemilioradaconrado

Editorial de La República
Santos y sus dos históricos anhelos
Lunes, Septiembre 24, 2012
Van a cumplirse 59 años desde que apareció en la primera página de este diario en su edición inaugural, el 1 de marzo de 1954, una breve noticia que se titulaba: “Habrá informe para la construcción del subway en la Capital”, en la que se contaba que “a mediados de la próxima semana será entregado al Alcalde Bogotá el informe redactado por los técnicos alemanes sobre la construcción de un ‘subway’ en la capital de la República. Como se sabe por informaciones ya conocidas, el proyecto considera la posibilidad de establecer la mencionada línea de transporte subterráneo desde el Hospital de San Carlos situado al sur hasta bien al norte, posiblemente a terminar en la autopista”.
Esto sucedió durante el breve mandato del general, Gustavo Rojas Pinilla, y el alcalde de Bogotá, que había puesto el Dictador, era el coronel Julio Cervantes. Luego vino el Frente Nacional y desde entonces nadie desde el Gobierno Nacional ni desde la Alcaldía Mayor ha podido adelantar el metro como un sistema masivo de transporte. Una situación similar y muy contemporánea a la del metro es la búsqueda de la paz. Todos los gobiernos desde hace más de medio siglo han buscado afanosamente a través de la guerra y de los diálogos conquistar la esquiva reconciliación nacional, sin lograr avanzar. Y el presidente Santos no es la excepción a la regla y ha emprendido trabajo en esos dos frentes: poner a andar el metro para Bogotá y lograr acuerdos de paz con la guerrilla.
El pasado viernes, el Presidente y el alcalde, Gustavo Petro, acordaron nuevamente adelantar más estudios para establecer cómo ejecutar esa obra. El Gobierno y la Administración Distrital ya tienen un concepto del Banco Mundial que aclara cómo se va a ejecutar este proyecto. El Distrito deberá tener las especificaciones técnicas de cómo realizar la obra en menos de año y medio, pero no faltarán las demandas, los conceptos, los debates en un Concejo sin relevancia, etc. Justamente todos esos obstáculos que le han impedido a Bogotá tener un metro como sucede en casi todas las ciudades de más de cinco millones de habitantes. 
El Banco Mundial avala llevar la primera línea del metro hasta la localidad de Suba. Al tiempo que el Alcalde anuncia que va a empezar el contrato de ingeniería básica para mirar exactamente por dónde va a pasar el Metro, “en el ramal que va del borde oriental hacia occidente, hacia Kennedy y Bosa y se abre también el estudio de ingeniería básica del trazado que nosotros tenemos que entregar del ramal que desde el norte irá hasta el sur”.

Tanto el metro como la paz son dos tareas fenomenales para el desarrollo de Colombia que tienen sus enemigos poderosos y ocultos a los que, en lugar de atacar, hay que pasar por alto.

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