martes, 1 de mayo de 2012

La burbuja sube y sube hasta que explota, por Jaime Lustgarten


Jaime Lustgarten, es un empresario crítico, emprendedor, veloz, conocedor del mercado y se ha ido metiendo en el análisis de los temas económicos y eso le interesa a las comunidades.
Necesitamos críticos de los gobiernos locales, nacionales e internacionales, porque el análisis nos ayuda a pensar y repensar el futuro.
Les agradezco que nos envíe su pensamiento, a través de sus columnas.
Aquí va una…
Luisemilioradaconrado

La burbuja sube y sube hasta que  explota
Jaime Lustgarten
Un amigo empresario me comentó el otro día que Barranquilla está viviendo un bum económico que en su dimensión es tal vez el de mayor auge en todo el país. Me dijo además, que pensaba que todos tenemos mucho que agradecer a los alcaldes y gobernadores que han hecho posible todo esto.  Sin duda las personas podemos diferir en cuanto a las razones de todo este resurgir económico,  y siempre por principios vamos a criticar lo criticable,  sin  menospreciar  las luchas sociales de quienes no ven beneficios a la fecha de todo este acontecer citadino.

Los barranquilleros ciertamente vemos optimistas el panorama, hay mayor inversión, construcción, ambiente de negocios, crecimiento de la economía, pero a la vez vemos que la enorme pobreza no cede, que la miseria crece bajo nuestras narices, que la informalidad cada mañana es mayor y ocupa más espacio público, y vemos que no hay una situación financiera clara en el distrito de Barranquilla. Alex Char dejó endeudado al Distrito y comprometió vigencias futuras excepcionales que son ilegales hasta el año 2030, por una suma cercana a los $ 810.000 millones. La deuda financiera no la pago y ahora le toca hacerlo a la doctora Elsa Noguera, afectando el flujo de caja de estos cuatro años.

Si hablamos de inseguridad se siente en  todas partes. Si lo hacemos de movilidad es pésima y empeora. Si hablamos del transporte público parece que de nada hubieran servido las enormes inversiones hasta la fecha.

Podemos tener fe y ser optimistas, pero no ciegos.  Acá los políticos son los que sacan mejor tajada de todo el florecimiento, metidos en negocios de puertos, y acaban de tomarse la junta directiva  de EDUBAR, para evitar que el Distrito recupere su cara al río, es decir los 50 metros a los que tenemos derechos todos los colombianos de disfrutar la vista del río y que hoy no podemos por las concesiones portuarias, y las empresas que taparon el acceso al río, metidos en negocios de carga y carbón, en contratos de obras públicas, etc.  La arborización no es la adecuada para Barranquilla, deciden sembrar palmeras que no dan sombra, ni ayudan a mitigar el calor para favorecer a una familia ligada a la alcaldía. Las concesiones y la burocracia oficial dan sus frutos perpetuando a una elite en el poder. Así es fácil decir lo bueno que esto está.

Claro, mi amigo  empresario le apuesta a que esta situación se extienda en el tiempo, así su negocio continuara creciendo y dando utilidades. Tiene razón, es mejor ser optimistas, pero a la vez hay que ser precavidos, pues cuando empiecen a llegar las grandes importaciones los comerciantes van a vender lo que el público les pida, así dejemos de comprar los artículos colombianos.  Muchos productores nacionales se están especializando en importar lo que antes producían, caso del arroz, acabamos con la industria arrocera en la región Caribe, y lo mejor es que ahora ganan más dinero que antes. Entonces el desempleo adonde terminara, y no sea que nos  estemos convirtiendo en un estado fallido, con mayores problemas de orden público y violencia domestica, suicidios,  y dependiendo cada día más de las importaciones de alimentos, y sin una garantía alimentaria de nuestra propia cosecha. Importaremos todo, el arroz, el maíz, la soya, la leche, los granos, y hasta el café.  Será que vamos realmente bien.

La especulación es un fenómeno mundial que mueve mucho dinero, no siempre es sana. Las acciones suben hasta un techo, luego bajan. La gente suele comprar cuando está subiendo, y suele vender cuando empieza a bajar. La economía es fuerte mientras exista confianza,  si la confianza se pierde todo se derrumba. El bum se prolonga, pero si el TLC empieza a desilusionar, entonces, todo se viene abajo como castillo de naipes.   Hay una dinámica actual que mueve locomotoras y se llama minería, exploración de hidrocarburos, y el buen momento del carbón,  es lo que está pasando. Suben y suben hasta que la burbuja revienta y explota, pero no son sectores generadores de abundante empleo.

No debemos engañarnos, el desempleo que muestra hoy Barranquilla es uno de los más bajos del país, y se debe no a la generación de empleo productivo, sino a la informalidad que ronda el 70%.  La baja participación en la tasa global de participación es 10 puntos inferior a la media nacional, por eso bajó el desempleo, la gente no sale a buscar trabajo, si salieran esas personas el desempleo con todo el empleo informal sería del 17%.   

Tenemos la mayor informalidad en Colombia. Las ventas estacionarias en calles y zonas peatonales violando el espacio público están a la vista de todos y son un gran problema social.  El TLC puede que no sea la panacea que todos esperan,  me uno sin embargo a la fila de optimistas, pero  no olviden que la gente quiere creer que todo está bien, y  por eso somos proclives al autoengaño.

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