sábado, 7 de abril de 2012

El sermón de las 7 palabras I

El Ateismo criticado por el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, a través del Sermón de las siete palabras.

Versión I.

luisemilioradaconrado

Viernes Santo se vive como feriado oficial

Cardenal pide a los cubanos “perdón y reconciliación”

El arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, critica el ateísmo a través del “Sermón de las siete palabras” al tiempo que exhorta a no emplear “jamás la violencia” en la vida diaria.
Bajo un permanente ataque de la disidencia interna y el exilio anticastrista, el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, afirmó ayer a los cubanos que sin perdón no será posible “ni la convivencia social, ni la reconciliación” nacional.
El purpurado censuró igualmente el ateísmo, hablando desde uno de los países con menor militancia católica de América, y oró este Viernes Santo por que la “Madre de la Caridad lleve a nuestro pueblo al encuentro de Jesús”, al reflexionar en el “Sermón de las siete palabras”, con inédita transmisión en vivo de la televisión nacional, de corte estatal.
Ortega, uno de los artífices de la visita a Cuba de Benedicto XVI entre el 26 al 28 de marzo pasados, es fuertemente criticado por la negativa del Papa a recibir a sectores de la disidencia y por “su silencio” ante una presunta “ola de arrestos” que la oposición denuncia, sin confirmación por vías independientes y ante el silencio total de las autoridades comunistas.
“¿Condenará la Iglesia la violencia del Estado?”, se preguntó incluso ayer en portada el anticastrista Diario de Cuba, con sede en España, poco antes de que el Arzobispo se dirigiera a los cubanos en el día declarado feriado por el presidente Raúl Castro, por primera vez en casi cuatro décadas.
En el sermón, realizado en la Catedral de La Habana, se encontraban representantes del grupo disidente Damas de Blanco, incluida su líder Berta Soler, una de las principales voces críticas contra el Papa y el cardenal.
En su homilía, el arzobispo llamó a perdonar a quienes “mienten” e “insultan”; además, dijo que “los prejuicios no existen en Cristo” y se pronunció por no emplear “jamás la violencia” en la vida cotidiana.
“Les pido que oigan el grito desgarrador de Cristo desde lo alto de la cruz (…), desde allí él divisa esta tierra nuestra enfrascada siempre en guerras”, dijo el cardenal.
Se pronunció también “por los cristianos perseguidos y mártires, no del circo romano hace dos mil años, sino de ahora, en África, en Pakistán, en la India (…) y en Latinoamérica, solo —precisó— por haber luchado por la justicia, como monseñor Óscar Arnulfo Romero”, muerto en 1980 en San Salvador.
El gobierno decretó recientemente el feriado de Viernes Santo “con carácter excepcional” por este año “en consideración” a la reciente visita del Papa. Benedicto XVI había pedido antes al presidente Raúl Castro que restituyera la fiesta religiosa de la Semana Santa católica.
Con motivo del Viernes Santo, el segundo festivo religioso que se celebra en la isla tras la restitución de la Navidad por la visita de Juan Pablo II en 1998, las autoridades cubanas también permitieron la transmisión en vivo en televisión de la misa central de la jornada.
En los últimos años, el gobierno cubano ha dado a la Iglesia cubana acceso ocasional a los medios de comunicación estatales para difundir sus mensajes apostólicos.
Aunque nunca rompieron lazos diplomáticos, las relaciones entre el gobierno castrista y el Vaticano estuvieron marcadas por varias hostilidades tras el triunfo de la Revolución en 1959. Fidel Castro expulsó a varios religiosos católicos en los primeros años de su gobierno. 

Manuel Juan Somoza/La Habana
El sermón de las 7 palabras 1

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