domingo, 4 de marzo de 2012

La caída de la fiscal y Daniel Samper Ospina, en Semana

Cayó la maldita niña

Por Daniel Samper Ospina
OPINIÓN en SEMANA.
Ferleyn no se había destacado, salvo por su nombre, en la Universidad Republicana, el secreto mejor guardado de la academia colombiana.
Sábado 3 Marzo 2012

Señoras y señores: Dios existe. Al fin cayó la fiscal general de la nación y hay fiesta en la granja: la Coneja Hurtado brinca de la dicha; el Pincher Arias bate la cola; los tres huevos descansan a salvo. La potranca arisca pide que la monten con un buen café. Todo es música y algarabía. Aplauden al consejero que le prendió una velilla al diablo: el doctor Marco Antonio Velilla. 

Cesa, por ahora, la vil persecución contra quienes tanto hicieron por este país. Bien pueden afeitarse Roy Barreras y Armandito: ya no será necesario que políticos de la U se dejen la barba y huyan a la clandestinidad; tampoco que se comuniquen a través de ondas telepáticas con el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Ha salido el sol.
Merece su suerte quien osó juzgar a los integérrimos miembros del uribismo salvador como lo hizo, con saña, la fiscal general, quien, con penoso criterio clasista, encerró tras las rejas al Pincher Arias, una compasiva mascota que daba cristiana asistencia al latifundista desvalido: ¿qué habría pasado, me pregunto, si los subsidios fueran para los pobres? ¿Por qué esa nueva forma de clasismo? ¿Desde cuándo no se le puede ayudar al millonario indefenso? Descabezado el Pincher, la fiscal dejó sin futuro al líder juvenil que más prometía. Porque Arias prometía, queridos amigos. Sobre todo subsidios.

No contenta con lo anterior, desfogó su ira contra Sabas, contra don Berna Moreno, contra Edmundo del Castillo. Su impertinencia tocó límites cuando acusó a Luis Carlos Restrepo de orquestar una empresa criminal. Razón tenía un amigo administrador cuando decía que en Colombia es muy difícil hacer empresa. Acá persiguen al empresario emprendedor.

Pero, para fortuna nuestra, irrumpió en la escena pública Ferleyn Espinosa, un estudiante de Derecho de 34 años que nunca se había destacado por nada, excepto por su nombre. En la Universidad Republicana, el secreto mejor guardado de la academia colombiana, no lo tenían entre sus mejores alumnos. Por eso, hay quienes sugieren que detrás de la demanda existe la invisible presencia de mi maestro José Obdulio, que colabora con el periódico de dicha Universidad, cuyo decano es -vean la coincidencia- su abogado, Iván Cancino. Se equivocan quienes creían que las labores académicas de mi maestro se limitaban a cabecear huevos a la salida de los foros universitarios.

Fue el joven Ferleyn quien advirtió que la elección tenía tantos vicios como Armandito en su juventud. Vicios graves: no menores como traficar con bienestarina o hacer pipí en las materas, sino serias irregularidades que tumbaron a la fiscal. Bien hecho. La noticia alegra a quienes creíamos que, en realidad, ella estaba impedida por haberse casado con Lucio, un exguerrillero que asesoró al cartel de Cali, trabajó con los paras y fue amigo de los Nule, y a quien lo único que le faltó fue ser ministro de Uribe. La mujer del César, queridos amigos, no solo debe serlo sino parecerlo, pese a que, hasta donde sé, la mujer del César se llama Ana Milena. Y, aparte de parecerlo, debe padecerlo, que es peor. Pobre.

Es cierto que en otro país del mundo el verdadero impedimento consistiría en llamarse Ferleyn; pero, por fortuna, Dios es uribista, la demanda prosperó y el Consejo de Estado declaró que la elección de la fiscal había sido casi tan nula como la gestión de Andrés Uriel, con lo cual la mujer no solo debe abandonar el cargo, sino que a partir de este año existirá una generación entera de niñitos que se llamarán Ferleyn, Álvaro Ferleyn, Sabas Fer-leyn, Ferleyn Obdulio que gobernarán con el recién nacido nieto del presidente Uribe cuando retomen el poder para siempre.

Cae, pues, "La Maldita niña": la mujer que se cebó contra el mejor gobierno de la historia. Ella misma dijo que iba a acatar el fallo. Luchito, por su parte, dijo que iba a "catar" el fallo. Los animales celebran en la granja. Se va quien vengaba sus entuertos, si me permiten la expresión.

Ahora es preciso que el proceso se surta de nuevo, lo cual no será fácil. Presos los Nule, ¿de dónde vamos a sacar una terna? ¿Podrá mi movimiento político conseguir que el presidente incluya a Esperancita Gómez si no para una terna, al menos para un trío? Siempre he tratado de que Esperancita ingrese al gobierno de la Unidad Nacional. Así sea por detrás.

Egregios uribistas destacados, como Fernando Londoño, deben moverse pronto y proponer una terna imparcial, integrada, ojalá, por los tres huevos de Uribe. O buscar candidatos refrescantes que quieran hacer política: un Gregorio Pernía, por ejemplo, si no está inhabilitado. O un Armandito Benedetti, si ya está rehabilitado.

Pero con esta Corte reina la incertidumbre y por eso algunos proponen que el presidente pueda elegir el fiscal a dedo, pese a que, en esa medida, cuando suba Vargas Lleras regresará la interinidad. Dado que a los magistrados les quedó grande, por mi parte sugiero reformar la Constitución para que exista una terna, sí, pero conformada por Jairo Martínez, Luz Amparo y Amparo Grisales, y que sean ellos quienes escojan al próximo fiscal. Me imagino al primer aspirante:

-Yo me llamo... Ferleyn -dice.

Pero Amparo lo devuelve para la casa:

-No, mi amor: tú por mucho te llamas José Obdulio.

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