viernes, 30 de septiembre de 2011

Pobreza, editorial de El Heraldo, en Barranquilla, Colombia

El Heraldo. Editorial
29 de Septiembre de 2011




Lo último del DNP sobre pobreza




Más formas de seguir el contenido de elheraldo.coPasada la fase de controversia inicial por el cambio de metodología para medir la pobreza en Colombia, sigue ahora mirar cómo vamos a nivel territorial y, sobre todo, qué oportunidades tenemos para disminuir progresivamente los indicadores de pobreza, pobreza extrema, desigualdad y cualquier otra medición asociada a calidad de vida que se tenga.


¿Cómo vamos en el Atlántico?
Los informes acabados de salir del horno del Departamento Nacional de Planeación nos ofrecen, básicamente, dos miradas: la primera integra las cifras de la totalidad del Departamento y puede compararse con lo que viene ocurriendo en los otros 31 entes similares. La segunda comprende el área metropolitana, y la compara con las otras doce áreas que contiene el informe.
En el primer informe, Atlántico culminó  2010 con una incidencia del 43,84 por ciento de su población en estado de pobreza, y el 9.43 por ciento en indigencia o pobreza extrema. El promedio nacional, incluyendo zona rural, es del 37.2 por ciento de la población colombiana en pobreza y el 15,1 por ciento en indigencia. Luego, el Departamento está por encima del promedio nacional en pobreza y por debajo en indigencia.

Esta relación se refleja mejor cuando se mira el dato del coeficiente de Gini, que es un número entre 0 y 1, en donde 0 corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos, y los demás, ninguno). En Gini, Atlántico registra 0,4958464, que es una cifra más favorable que el promedio nacional, que es del 0.56. Indica ello que si bien la pobreza es alta, estamos mejor que los demás en el indicador de desigualdad.


En el informe sobre el área metropolitana de Barranquilla, esta aparece con un 39.5 por ciento de pobreza y 7.4 por ciento en indigencia. Es el área con mayor tasa de pobreza en el país, después de Pasto. El coeficiente de Gini es de 0,49699, muy similar al de todo el departamento.


En resumen, estamos mal en pobreza y relativamente mejor en equidad respecto al promedio nacional. Tenemos una sociedad relativamente más inclusiva que la del resto de Colombia. Un buen dato estadístico para los estudiosos que ponderan los valores culturales de este Departamento y en especial lo vinculado con el Carnaval como expresión de una sociedad que busca la integración a partir de sofrenar las diferencias.


Las cifras son un buen punto de partida en momentos en que estamos por elegir gobiernos y los miembros de las corporaciones territoriales. Además, cuando toman vuelo las políticas nacionales cuyo objetivo es, precisamente, la prosperidad de la gente y de la sociedad.


El Plan Nacional de Desarrollo contiene dos tipos de respuestas a los problemas de la pobreza. Una indirecta, que es el crecimiento de la economía con sus cinco locomotoras en marcha y una vigorosa política de inserción internacional, y otra directa que son programas focalizados en las áreas críticas del desarrollo humano: educación, niñez y juventud, salud, trabajo y servicios públicos. Existe ya una amplia gama de subsidios estatales para facilitar la movilidad de los pobres, con prioridad para quienes viven en situación de mayor indigencia.


Son oportunidades que una diligente actuación local, a partir de un serio compromiso social, puede desarrollar y el campo está servido: alta pobreza en un ambiente de buen ánimo y esperanza, que es lo que retratan las encuestas que se hacen en Barranquilla.

Resulta doloroso que sea nuestra capital y sus municipios adyacentes los que registren la mayor tasa de pobreza, después de Pasto, y la respuesta, queremos insistir en ello, está en los ciudadanos. Un contundente mensaje de qué quieren en materia de desarrollo es lo esperable para el 30 de octubre.


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