lunes 6 de junio de 2011
Ser Bachiller del CODEBA es un Honor
El CODEBA, donde muchos barranquilleros nos hemos formado, tiene que fortalecerse, es parte de la historia de nuestra ciudad.
http://www.elespectador.com/impreso/nacional/articulo-275008-los-edificios-cuentan-historias
Los edificios que cuentan historias
Mientras que unos renuncian por completo a acudir a la memoria histórica, otros no imaginan su presente sin el recuerdo del pasado. Y bajo esa premisa se mueven varias secciones agrupadas de la población de Barranquilla.
En 1908 un grupo de hombres progresistas inauguraron el Colegio de Barranquilla, pensando en una institución educativa de envidiable calidad académica, que fuese gratuita y que gozara de alto prestigio. Y lo lograron. En pocos años, el colegio, cuyo rector fue Karl Meisel, se ufanaba de graduar hombres de honor, que fueron marcando hitos en la ciudad. La historia tiene un quiebre en el momento en el que en medio de una protesta estudiantil, en un enfrentamiento con las autoridades, uno de los estudiantes del Codeba, como le llaman los de su comunidad, pierde la vida.
El Colegio de Barranquilla salió de la sede de la intersección de la Calle Bolivia y Progreso en 1971 y no ha vuelto desde entonces.
Podría tratarse sólo de una preferencia estética, ya que la antigua sede goza de un gran valor arquitectónico y, sobre todo, patrimonial de la ciudad, pero las razones de los codebistas radican en el deseo de mantener vigente su historia. Su rector, Aníbal Cotes, ha dedicado un amplio espacio de su tiempo a alimentar y engrosar ese legado. Se propuso desde 2008 recuperar la sede que, durante la larga ausencia de la comunidad estudiantil, estuvo en manos de la Universidad del Atlántico, y cuya rectora, Ana Sofía Meza, pretendió vender. En abril de este año, finalmente, el gobernador hizo el traspaso del edificio de la antigua sede al Distrito. Para suerte de los codebistas, el notario era también uno de ellos, una garantía extra y una posibilidad para hacer del hecho de la firma un acontecimiento más visible y comprometer al alcalde con la adecuación de la edificación abandonada.
Esta administración se ha caracterizado por la construcción de un gran número de megacolegios. De boca del alcalde Alejandro Char se han proclamado varios compromisos con la educación. Actualmente el colegio alberga estudiantes de estratos uno y dos en una zona de estrato cuatro y el traslado acercaría la institución con su verdadero público. Eso sin hablar de que se duplicaría la población estudiantil, que actualmente es de 2.200.
Una vez saciado el deseo material, el rector habla del fortalecimiento de la calidad educativa. Se refiere a esas épocas en las que los estudiantes tenían una cultura intelectual arraigada, que seguramente tuvo mucha afinidad con el en ese entonces muchacho Álvaro Cepeda Samudio, quien, al parecer, estudió un año en el Colegio de Barranquilla (1946), ocupando un banco que como él mismo dijo “tanto trabajo costó conseguir”. El “Nene” Cepeda terminó siendo un arma de doble filo para las directivas del colegio, pues como ya en esa época (años cuarentas) estaba vinculado a la prensa, usaba su libertad sin concesiones. “Y cada vez que me toque escribir sobre el señor gobernador, o sobre el señor director de Educación, habré de decir que no están a la altura de las posiciones que ocupan”, escribió Cepeda. Y es por esto que el último año de bachillerato de Cepeda Samudio termina en el Colegio Americano.
Debido al corto tiempo que le queda a la actual administración en la Alcaldía, tanto la restauración del colegio como la preocupación por la calidad parece que quedarán aplazadas. Ni siquiera porque el alcalde Alejandro Char haya hecho un paquete ‘dos-en-uno’ refiriéndose a las adecuaciones de infraestructura también como mejoras de calidad en la educación, al decir que “ninguna ciudad en Colombia ha mejorado tanto la educación como nosotros, porque hoy entregamos nuevas aulas en una institución educativa, pero estamos construyendo 1.200 aulas en Barranquilla, 180 laboratorios de química, física, bilingüismo, informática, casi cien baterías de baño, con la misma plata de siempre porque estamos administrando bien”.
En palabras más cortas, el alcalde se refirió a esta adecuación como “educación con calidad”, lo cual vale la pena tener en cuenta para unificar conceptos y no relacionar la calidad con los últimos puestos en las pruebas nacionales que han ocupado los estudiantes de instituciones públicas en los últimos años, como así lo muestran los resultados de las investigaciones de la Fundación para el Desarrollo del Caribe (Fundesarrollo), a excepción del prestigioso Colegio Experimental del Atlántico que, aunque público, nada tiene que ver con las administraciones distritales. El rescate del Colegio de Barranquilla funciona, si no como acción estratégica para mayor cobertura de educación, como símbolo del rescate de una educación pública que tuvo momentos mejor planteados, más fortalecidos a nivel de calidad. Calidad, valga subrayar, académica.
La historia del Codeba
El lunes 20 de julio de 1908, con motivo de la celebración de la Independencia Nacional, el gobernador José Francisco Insignares Sierra, decretó la fundación del Colegio del Atlántico, nombre con el cual inició labores el Colegio de Barranquilla, Codeba.
Inició clases con 61 alumnos y se catarcetizó por poseer un espíritu de izquierda, activista y revolucionario. Se leía a Marx y contaban con un componente de peso en las áreas de filosofía e historia.
Pd:
http://www.elespectador.com/impreso/nacional/articulo-275008-los-edificios-cuentan-historias
Los edificios que cuentan historias
Por: Adriana Carrillo Silva
El emblemático colegio barranquillero, en donde se formaron destacados intelectuales del Caribe colombiano, regresa a la histórica planta que dejó en 1971.
Foto: Adriana Carrillo
Así luce la sede original del Colegio de Barranquilla.Mientras que unos renuncian por completo a acudir a la memoria histórica, otros no imaginan su presente sin el recuerdo del pasado. Y bajo esa premisa se mueven varias secciones agrupadas de la población de Barranquilla.
En 1908 un grupo de hombres progresistas inauguraron el Colegio de Barranquilla, pensando en una institución educativa de envidiable calidad académica, que fuese gratuita y que gozara de alto prestigio. Y lo lograron. En pocos años, el colegio, cuyo rector fue Karl Meisel, se ufanaba de graduar hombres de honor, que fueron marcando hitos en la ciudad. La historia tiene un quiebre en el momento en el que en medio de una protesta estudiantil, en un enfrentamiento con las autoridades, uno de los estudiantes del Codeba, como le llaman los de su comunidad, pierde la vida.
El Colegio de Barranquilla salió de la sede de la intersección de la Calle Bolivia y Progreso en 1971 y no ha vuelto desde entonces.
Podría tratarse sólo de una preferencia estética, ya que la antigua sede goza de un gran valor arquitectónico y, sobre todo, patrimonial de la ciudad, pero las razones de los codebistas radican en el deseo de mantener vigente su historia. Su rector, Aníbal Cotes, ha dedicado un amplio espacio de su tiempo a alimentar y engrosar ese legado. Se propuso desde 2008 recuperar la sede que, durante la larga ausencia de la comunidad estudiantil, estuvo en manos de la Universidad del Atlántico, y cuya rectora, Ana Sofía Meza, pretendió vender. En abril de este año, finalmente, el gobernador hizo el traspaso del edificio de la antigua sede al Distrito. Para suerte de los codebistas, el notario era también uno de ellos, una garantía extra y una posibilidad para hacer del hecho de la firma un acontecimiento más visible y comprometer al alcalde con la adecuación de la edificación abandonada.
Esta administración se ha caracterizado por la construcción de un gran número de megacolegios. De boca del alcalde Alejandro Char se han proclamado varios compromisos con la educación. Actualmente el colegio alberga estudiantes de estratos uno y dos en una zona de estrato cuatro y el traslado acercaría la institución con su verdadero público. Eso sin hablar de que se duplicaría la población estudiantil, que actualmente es de 2.200.
Una vez saciado el deseo material, el rector habla del fortalecimiento de la calidad educativa. Se refiere a esas épocas en las que los estudiantes tenían una cultura intelectual arraigada, que seguramente tuvo mucha afinidad con el en ese entonces muchacho Álvaro Cepeda Samudio, quien, al parecer, estudió un año en el Colegio de Barranquilla (1946), ocupando un banco que como él mismo dijo “tanto trabajo costó conseguir”. El “Nene” Cepeda terminó siendo un arma de doble filo para las directivas del colegio, pues como ya en esa época (años cuarentas) estaba vinculado a la prensa, usaba su libertad sin concesiones. “Y cada vez que me toque escribir sobre el señor gobernador, o sobre el señor director de Educación, habré de decir que no están a la altura de las posiciones que ocupan”, escribió Cepeda. Y es por esto que el último año de bachillerato de Cepeda Samudio termina en el Colegio Americano.
Debido al corto tiempo que le queda a la actual administración en la Alcaldía, tanto la restauración del colegio como la preocupación por la calidad parece que quedarán aplazadas. Ni siquiera porque el alcalde Alejandro Char haya hecho un paquete ‘dos-en-uno’ refiriéndose a las adecuaciones de infraestructura también como mejoras de calidad en la educación, al decir que “ninguna ciudad en Colombia ha mejorado tanto la educación como nosotros, porque hoy entregamos nuevas aulas en una institución educativa, pero estamos construyendo 1.200 aulas en Barranquilla, 180 laboratorios de química, física, bilingüismo, informática, casi cien baterías de baño, con la misma plata de siempre porque estamos administrando bien”.
En palabras más cortas, el alcalde se refirió a esta adecuación como “educación con calidad”, lo cual vale la pena tener en cuenta para unificar conceptos y no relacionar la calidad con los últimos puestos en las pruebas nacionales que han ocupado los estudiantes de instituciones públicas en los últimos años, como así lo muestran los resultados de las investigaciones de la Fundación para el Desarrollo del Caribe (Fundesarrollo), a excepción del prestigioso Colegio Experimental del Atlántico que, aunque público, nada tiene que ver con las administraciones distritales. El rescate del Colegio de Barranquilla funciona, si no como acción estratégica para mayor cobertura de educación, como símbolo del rescate de una educación pública que tuvo momentos mejor planteados, más fortalecidos a nivel de calidad. Calidad, valga subrayar, académica.
La historia del Codeba
El lunes 20 de julio de 1908, con motivo de la celebración de la Independencia Nacional, el gobernador José Francisco Insignares Sierra, decretó la fundación del Colegio del Atlántico, nombre con el cual inició labores el Colegio de Barranquilla, Codeba.
Inició clases con 61 alumnos y se catarcetizó por poseer un espíritu de izquierda, activista y revolucionario. Se leía a Marx y contaban con un componente de peso en las áreas de filosofía e historia.
Pd:
"Ser Bachiller del Colegio de Barranquilla es un Honor": Nuestro lema.
Egresado de la Promoción 1975 (Sexto C)
Con mi hermano Luis Emilio, director del Radar Económico (egresado de la Promoción 1972)
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