sábado, 7 de mayo de 2011

De la corrupcion al saneamiento de las almas, por LuisEmilioRadaC


Claro que se puede
De la corrupción al saneamiento de las almas
      Por LuisEmilioRadaC
Como lo he señalado en otras oportunidades, soy un tipo optimista.
Si no fuera así, no hubiera RADAR ECONÓMICO.
Tampoco RADAR ECONÓMICO Internacional.

En nuestras redes periodísticas, estamos tocando un tema: corrupción y el papel de los mandatarios colombianos. Especialmente, los alcaldes, que son más de 1.000.
En nuestro blog circulamos un escrito del colega sucreño, Alejandro Mieles, quien comenta que los funcionarios no han sido competentes.
Y salió al ruedo, Ricardo Rocha, desde Estados Unidos, pero muy conectado con la Región y con Colombia, anotando que deberíamos cambiar el discurso, porque es mejor hablar de cambios de la situación y presentar alternativas.

¿Lo estamos haciendo los periodistas?

Sentimos que ese es un deber ciudadano, ¿o estamos esperando acomodarnos a la sombra del político que va a ganar?

¿Qué vamos a hacer?
¿Nos sentamos a esperar, o actuamos?
Precisamente, el jueves, en el lanzamiento del quinto libro del colega Fabio Osorio “Noches del 99”, conversamos sobre el tema y sentí que todavía no sabemos a qué le estamos apostando.

En Barranquilla, al norte de Colombia, una de las ciudades más importantes de la Región Caribe y del país, los periodistas TODAVÍA no tenemos claro, quién será el alcalde.
¿Estamos preocupados por eso?
¿O vamos a esperar que las maquinarias lo impongan?
¿Será alcaldesa o alcalde?
¿Se van a poner de acuerdo los políticos de siempre?

¿Qué alternativas hay?
¿Estamos haciendo algo para que las cosas varíen?

O seguiremos con los mismos, sin ninguna solución…

¿Y qué dirá el pueblo raso?

Estamos en el tiempo justo para tratar de cambiar algunas cosas.

Adelanto, eso sí, que no puedo estar de acuerdo con  mandatarios muy jóvenes, para una ciudad del calibre de Barranquilla.

Ser alcalde de un Distrito como el nuestro requiere de profesionales bien preparados, honestos, serios, comprometidos con la sociedad y a eso le quiero apostar y trabajaré para ello.
Todo puede cambiar, eso lo tengo claro…

LuisEmilioRadaC
Pd: Ricardo Rocha y su pensamiento

El papel de los periodistas, de acuerdo a Ricardo Rocha

En mi opinión los periodistas debemos cambiar el discurso porque tengo la sospecha que hace más daño que beneficio.
Todos los días nos quejamos de la incompetencia, real o ficticia, de los funcionarios de elección popular. Pero cada vez que hay oportunidad quienes salen elegidos son otros iguales o peores.
No porque a la gente le pongan una pistola para que vaya a votar por ese o cualquier otro individuo, sino porque la gente honesta, esa que se frunce con el hedor de la corrupción o la incompetencia no toma interés o en el peor de los casos no vota. Eso abre la puerta para que quienes no tienen votos sino dinero se abran paso.
Siempre he sostenido que hasta ahora no ha habido ejército capaz de hacerle frente a un pueblo que decide recobrar sus libertades. Bueno lo mismo vale para los cargos de elección popular, no hay dinero suficiente para competir con la voluntad de cambio y responsabilidad que adopte un pueblo.
A veces las cosas ocurren porque la gente colectivamente renuncia a pensar y a ejercer su derecho.
Si la gente participa, está pendiente, demanda información y no se frunce ante la primera dificultad las cosas pueden cambiar.

Ya sabemos que muchos de estos políticos son lo que son y parecería que son como el socorrido olmo que jamás dará peras.

Estamos los periodistas averiguando ¿dónde están los perales?
Creo que no se está haciendo ese trabajo con la extensión y profundidad necesarias.

Mi propuesta es invertir el esfuerzo: no dejemos de denunciar lo que esté mal, pero hagamos el esfuerzo para ver dónde hay posibilidades de mejoramiento, o también, para encontrar los perales necesarios.

Cuando pintamos un panorama desolado por la corrupción o la incompetencia, sin dar alternativas, contribuimos al afianzamiento de esa situación, porque el público recibe la percepción de que no hay nada que pueda hacer para cambiar las cosas. 

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