martes, 15 de febrero de 2011

¿Show mediático?… con intenciones políticas…


¿Show mediático?… con intenciones políticas…

Anoche presencié un diálogo abierto entre el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón y Clara Elvira Ospina, en su programa “Claramente”, que se transmite diariamente a través del Canal Nacional RCN y conocí un poco más a Garzón.
Hace poco entrevisté a Álvaro López, el vocero de la empresa El Cerrejón, en el conflicto que tenía la compañía con su sindicato para negociar la Convención Colectiva de Trabajo, y el abogado me confesó que el vicepresidente había sido clave para negociar, porque era una persona sabia y muy ponderada.
Anoche, lo sentí así… calmado, claro en sus ideas. Consciente de sus responsabilidades y también de sus limitaciones, pues sabe que Santos es el jefe y él lo que hace es acompañarlo en esta nueva tarea, que no es muy fácil.
Anoche dijo algo contundente: “Es un delito que se persiga a los trabajadores por afiliarse a un sindicato”. Dijo que está listo para proteger los Derechos Humanos de los colombianos y que sería un logro que se acabaran los 62 años de violencia que hemos soportado los colombianos.
Violencia, secuestro, desgracia, injusticia, son palabras que leerán en este RADAR de hoy.

Protagonistas: Alberto Salcedo, el presidente Santos, las Farc y Rafael Cervantes Bossio, quien se duele por lo que está pasando en nuestro país y nuestra red de periodistas, que se mueve con temas de actualidad.

LuisEmilioRadaC
Pd:
De: RAIMUNDO ALVARADO OSORIO
Enviado: mar, 15 febrero, 2011 21:03
Asunto: ¿SHOW MEDIATICO?

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15 de Febrero de 2011

Los pobres secuestrados 

Por Alberto Salcedo Ramos

Por un lado, el presidente Juan Manuel Santos considera que las Farc utilizan las liberaciones de los secuestrados para montar “un show mediático absurdo” con intenciones políticas. Cita el caso del concejal huilense Armando Acuña, quien regresó a la libertad ataviado con un traje de paño y una corbata de seda, como si no estuviera saliendo de la selva tras padecer un secuestro terrible sino volviendo de un centro de convenciones tras asistir a un banquete elegante.
 
Quienes piensan como él, que son muchos, también reprochan el hecho de que las Farc dejen transcurrir tanto tiempo entre el anuncio de las liberaciones y las liberaciones mismas, con el fin evidente de alargar la vida útil del tema en la agenda noticiosa de los medios. Al manipular de ese modo las liberaciones, los guerrilleros descansan del acoso del Ejército y además obtienen dividendos políticos, sobre todo frente al reducido segmento de la comunidad internacional que aún los ve, ingenuamente, como redentores de nuestro país. Lo que en principio debería ser un simple deber –dejar en libertad a unos seres que llevan meses o años cautivos en condiciones infrahumanas– es presentado como si fuera un acto generoso que la humanidad tuviera que agradecerles con una salva de aplausos. El colmo de tales abusos se registró hace dos días, cuando apenas soltaron a uno de los tres secuestrados a los que iban a dejar libres. El haber entregado mal las coordenadas fue interpretado por gran parte de la sociedad como una burla inadmisible.

Por el otro lado, muchas personas –no necesariamente críticas del gobierno– estiman que el “show mediático” de las Farc es secundario si se lo compara con los beneficios que se derivan de las liberaciones, así estas sean a cuentagotas: las víctimas recuperan su vida digna, los familiares encuentran la luz al final del túnel, el país se consuela un poco. Ciertamente, la principal responsabilidad de los secuestros le corresponde a la guerrilla, pero el Estado también tiene su parte por la incapacidad de proteger, como lo establece la Constitución Nacional, a sus ciudadanos. Pese a sus éxitos contra la guerrilla, el gobierno no ha encontrado la manera de evitar los secuestros ni de garantizar el regreso a la libertad de todas las víctimas de este flagelo. En tales circunstancias resultaría injusto que se opusiera a las liberaciones, por muy enojoso que sea el manoseo de las Farc.

No se sabe exactamente cuántos secuestrados permanecen hoy en la selva. La Fundación País Libre estima que 600; el Fondo Nacional Para la Libertad Personal (Fondelibertad) dice que 125. Una vez rescatada Íngrid Betancourt, que para las dos partes del conflicto y para la Unión Europea era la ‘joya de la corona’, los cautivos de la guerrilla pasaron a segundo plano. Muchos de ellos llevan años pudriéndose en la manigua. No cuentan ya para nosotros como seres de carne y hueso sino tan solo como meras fotografías de mosaico. Su desgracia no consiste solamente en haber caído en manos de la guerrilla más atroz del mundo, sino también en estar regidos por un Estado que siempre los excluyó, y en pertenecer a un país indolente y desmemoriado.

 
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De Raimundo Alvarado:

Desde la semana pasada, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos ha venido expresando su malestar por la forma como las Farc están haciendo las liberaciones de cinco secuestrados, de los cuales tres están libres y dos en proceso de liberación.

Dice el Presidente que ha habido un show mediático, tema que no es nuevo, pero que, a mi juicio, vale la pena someterlo a deliberación en esta comunidad de periodistas. 
Me surgen por ahora un par de preguntas:
¿Solo las Farc están en plan de aprovechamiento político y/o publicitario en las liberaciones? 
¿Qué responsabilidad tienen los medios en que éste aprovechamiento se haga?


Como abrebocas para la deliberación sugiero ésta columna del compañero Alberto Salcedo, publicada hoy en El Heraldo, que contiene opiniones del autor que bien valdría la pena considerarlas.

Un abrazo, Raimundo
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Rafael Cervantes Bossio:

Raimundo:
En un país de corrompidos y de hipócritas como el nuestro, donde los verdaderos valores están por el suelo y el poder del dinero, del fusil y del chantaje imperan como las nuevas virtudes de los nuevos tiempos, es imposible pensar siquiera en que lo más correcto, lo más viable, lo más humano, es sentarse a dialogar.

El Estado, de un lado, cree que la tiene ganada y no concede un centímetro.
No importa que sea incapaz de proteger la vida de sus nacionales. No importa que lo que haga sea insuficiente para atender el clamor de tanta gente humilde. No importa que cundan la impunidad y la injusticia. No importa que hayan pasado más de 40 años sosteniendo que "los alzados en armas están derrotados". No importa si son policías y soldados con más de 10 años en cautiverio, a los que eufemísticamente llama "héroes" cuando le conviene.

Primero están el orgullo, la soberbia, la arrogancia y la intransigencia.
He observado en otros países donde la vida de un ser humano está por encima de todas las consideraciones del mundo. Y las dos partes en conflicto acuerdan intercambios, ceden en una cosa, exigen otra y al final se culmina con el drama, aunque ambos sigan mostrándose los dientes.
La guerrilla, del otro lado, insiste en su fortaleza, en su capacidad de aguante y en la razón que los asiste. Hoy por hoy, la razón que le dio vida y sus postulados, están en entredicho.
Pero no nos digamos mentiras, quien coge un fusil y se va para el monte a luchar contra un Estado injusto, contra la opresión, es un berraco. En pos de "enderezar entuertos", como dice don Quijote. Más aún si se trata de muchos profesionales que ocupaban cargos importantes, que tenían definida su situación económica, su futuro y su espacio en la sociedad, sin mayores sobresaltos. Privarse de todo eso, es tener dolor de patria. O es tener la sensibilidad que muchos por carecer de ella, tratan de ridiculizar.
Nuestros gobernantes, como el que tuvimos durante ocho años, creen que con el garrote es que se logra la "paz". Ocho años y ahí están las Farc muertas de risa. En sus primeros cuatro años afirmó que los sacaría de sus madrigueras y los exterminaría, apoyados por los gringos y toda su la impresionante tecnología de la guerra. Repitió su período y se fue sin cumplir su palabra, dejando de paso un país más podrido y más infame aunque con un incremento ostensible en los saldos bancarios de muchos poderosos.
 
Me gustaría ver a un gobierno declarándole la guerra a la pobreza y a la injusticia, permitiendo el acceso real y decoroso a la educación, construyendo carreteras y hospitales en el campo. Construyendo muchas, muchas canchas deportivas y masificando la recreación y el deporte y rescatando nuestros valores culturales. Son estas cosas las que desarman los fusiles y vuelven inútil la lucha en el monte.
Lo contrario, es dar carta blanca para que se geste la rebeldía y perdure la inconformidad con más balas y más muertos.

1 comentario:

  1. De Piedad Córdoba:

    15 de febrero de 2011
    Colombianas y Colombianos por la Paz - @colombianospaz
    Colombianas y Colombianos por la Paz reafirma su compromiso en la búsqueda de acciones humanitarias que habiliten caminos para la paz con justicia social, la liberación de todos los retenidos, el fin del secuestro como instrumento de acción política, la discusión sobre las minas antipersona, el reclutamiento forzado, la violencia sexual en contra de las mujeres, y otras graves situaciones de violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho humanitario.

    Para la consecución de estos propósitos hemos trabajado incansablemente para la liberación unilateral de los retenidos por las FARC-EP. A la fecha han sido liberadas 18 personas, entre ellas, los concejales marcos Baquero y Armando Acuña, el Infante de Marina Henry López, y el agente de policía Carlos Ocampo.
    1. Reiteramos nuestra disposición para continuar la labor de facilitación en la humanización de la guerra para propiciar la liberación del Mayor de la Policía, Guillermo Solórzano, y el Cabo del Ejército, Salín Sanmiguel.
    2. Dificultades logísticas, técnicas, atmosféricas, topográficas y, las propias de la guerra interna, dificultaron la entrega de las dos personas que la guerrilla de las FARC EP anunció dejar en libertad.
    3. Desde el mismo domingo 13 de febrero de 2011, en horas de la tarde, durante la liberación del agente de policía, Carlos Ocampo, el CICR y los delegados de Colombianas y Colombianos por la Paz conocimos de la disposición de la guerrilla de las FARC EP para dejar en libertad a los dos retenidos.
    4. Valoramos la disposición del gobierno del presidente Juan Manuel Santos para llevar a feliz término esta operación humanitaria.
    5. Reiteramos nuestro reconocimiento al gobierno de Brasil por su contribución y disposición permanente para la culminación exitosa de esta labor humanitaria
    6. Dentro de su misión humanitaria, Colombianas y Colombianos por la Paz continúa trabajando por la protección y garantía de los derechos de las y los presos políticos
    7. De igual manera nos anima a continuar nuestra labor la decisión del ELN de producir gestos humanitarios para avanzar en la construcción de la paz.
    Agradecemos a las familias de los cautivos su voz y respaldo a nuestra gestión humanitaria.
    www.piedadcordoba.net

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