Lo que queremos oír de Uribe
Si la Corte Constitucional se demora un tanto en emitir su fallo, y si la agenda del Presidente termina acomodándose, es muy posible que Álvaro Uribe Vélez se entere aquí del fallo mediante el cual ese tribunal decide sobre el referendo reeleccionista.
Al margen de cuál sea el resultado, es importante anotar que la presencia política de Uribe seguirá siendo más que vital en la realidad política colombiana del Siglo XXI.
Es por eso que durante su visita de hoy a la ciudad, a la cual es más que bienvenido, y al margen de cualquier buena noticia que pueda traernos a los habitantes de la Región Caribe, quisiéramos escuchar de sus labios un serio y decidido compromiso con la iniciativa del Voto Caribe.
Ya sabemos, porque el mismo Uribe lo ha dicho, que al mandatario no le suena mucho la iniciativa mediante la cual se pretenden desarrollar los artículos 306 y 307 de la Constitución Nacional, los cuales crean el marco legal para la autonomía regional y disponen la implementación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial. Uribe cree que dichos entes regionales generarían burocracia y despilfarro.
En este febrero de 2010, cuando tanta agua ha corrido bajo el puente, ya Uribe debe tener muy claro que, con algunas ilustres excepciones, en la Región existe un consenso por la iniciativa, y que a ésta —con el concurso de todos los candidatos al Congreso— obtendrá una arrolladora votación.
A través de las campañas que se están adelantando, y principalmente de la conciencia de región que existe desde tiempos inmemoriales, el mensaje de la papeleta ha logrado calar muy adentro del alma Caribe, una región en la cual Uribe mantiene altísimos índices de popularidad.
Entonces, cualquiera de los dos Uribes, el candidato a la segunda reelección o el ex presidente de descomunal vigor político, tendrá un papel en las determinaciones que deberán seguir, por designio popular, a la votación del 14 de marzo.
Ojalá el Presidente entienda que una Ley Orgánica blindada, en una región que algo ha madurado políticamente, no tiene por qué ser un fértil jardín burocrático, como no lo fue el denominado Corpes Regional, organismo que jamás recibió fundadas acusaciones de esa naturaleza.
El Voto Caribe es una realidad, plenamente consecuente con legítimas aspiraciones regionales que datan desde principios del siglo pasado, cuando surgió la idea de la Liga Costeña. No hace falta ser un gran matemático para entender las desigualdades. Uribe, cuyo gobierno sigue estando en deuda con la Región, debería ser su primer aliado, su entusiasta promotor y su gran amigo. Es eso, precisamente, lo que queremos escuchar hoy.
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