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Consulta Caribe Región Yá
Los Costos del Centralismo
Por Luís Andrés Arroyo González
(Comité Sucre Promotor de la Consulta Caribe)
Cada vez comprobamos más la fragilidad de la infraestructura vial en Colombia. Los continuos y costosos taponamientos de la vía Cali- Buenaventura, el cierre del paso de La Línea, así como la cantidad de derrumbes en las principales carreteras del país, le restan competitividad a la economía nacional, siendo nuestro transporte por carreteras uno de los más costosos del mundo. De hecho, es más barato traer una tonelada de productos desde la China a las costas colombianas, que trasladarlas de la costa al interior del país. Esta sumatoria de costos (no de valor) crea las llamadas "distorsiones" en los precios que los consumidores finales tenemos que pagar y que se convierte para nosotros los caribeños en un impuesto para financiar las debilidades estructurales del modelo.
Desde los albores mismos de nuestra formación republicana se tuvo una errónea y lamentable concepción mediterránea del desarrollo. "Pienso Dios mediante, morir sin conocer el mar", decía en aquella época Miguel Antonio Caro, el arquitecto constitucional de la República, afirmando la supremacía de los intereses del centro sobre las provincias, especialmente las de la Costa Caribe. Por eso, el desenvolvimiento económico ha sido eminentemente interiorano. "Intrépida faena de equilibristas, descomunal esfuerzo de abejorros empeñados en construir el progreso de nuestra nación sobre las laderas casi verticales de sus montañas", según Carlos Rodado Noriega, el gran estadista y defensor del Caribe Colombiano.
La industria nacional centralizada estuvo durante décadas muy cómoda sobre la estrategia de sustitución de importaciones, concentrándose en un mercado cautivo, con una débil competencia y un mercado protegido legal y naturalmente por el territorio quebrado y las distancias, que hacían prohibitiva la injerencia de la competencia extranjera. Muy diferente la situación del Caribe, expuesta constantemente a la voraz competencia y al contrabando, las políticas de sustitución de importaciones y proteccionismo, no tuvieron ningún efecto en la industrialización ni en el desarrollo regional.
Con la Apertura Económica y la liberalización del comercio (globalización), las ventajas artificiales desaparecen y la economía entra en un escenario para el cual no estaba preparada. En su desespero los descendientes de Caro y defensores del Modelo Centralista, imponen su voluntad por encima de toda racionalidad económica y práctica. Por eso hoy vemos como el Presupuesto de la Nación lo absorbe y pignora la financiación de obras como el Túnel de La Línea (300 millones de dólares), el Túnel de Occidente, la Autopista de la Montaña, innumerables dobles calzadas, teleféricos y hasta metros en las cumbres andinas.
Los fríos economistas capitalinos obstaculizan iniciativas regionales como la ampliación de la Refinería de Cartagena y el Proyecto Siderúrgico de Barranquilla (Distric Steel), pero se muestran generosos al endosarle la deuda del Metro de Medellín a la Nación y con la financiación de faraónicas obras para beneficio del "Triangulo de Oro". En Sucre nos niegan la posibilidad de desarrollo al obstruir la construcción de una Planta de Alcohol carburante a base de yuca, proyecto vital para la reivindicación de nuestros campesinos y a sabiendas que el negocio de los combustibles es más rentable que el del almidón, basados en argumentos poco convincentes sobre supuestas debilidades de factibilidad del proyecto. Pero la gota que rebosó la copa fue la noticia de que al mismo tiempo se inauguraba con bombos y platillos (Presidente y reyes a bordo), una Planta de Alcohol a base de remolacha en un páramo de Boyacá. Esta mezquindad histórica de los cóndores fue la que acabó con la paciencia del Libertador ("cachacos lanudos"), de Rodado Noriega y de los costeños. ¿Hasta cuando tendremos que soportarlos?
Una campaña del Comité Regional Promotor
CONSULTA CARIBE ¡REGIÓN YÁ!
Bernardo Ramírez del Valle
Coordinador Regional Tel 3103671545 - 3162777695
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