domingo, 1 de noviembre de 2009

El sueño de MOISÉS. Quiero ser el alcalde de Puerto

MOISÉS PINEDA, quiere ser alcalde Puerto Colombia

Definitivamente es así. Y está trabajando para lograrlo.
Son sueños de un ciudadano que cree en la Región Caribe y siente que a ese pueblo se le puede ayudar.

Por su facebook, la gente le responde y lo quiero publicar en nuestro espacio, porque pienso que Moisés Pineda está preparado para eso.
He conocido unos alcaldes colombianos, que, de verdad, no han debido llegar a esa posición porque no tenían la preparación.

En el caso de Moisés, los costeños podemos estar tranquilos, porque preparación es lo que hay.

Suerte para él.

Todos los amigos de Puerto se deben poner las pilas, a ver si lo acompañan y se ganan esa alcaldía.

Les irá muy bien, como ciudadanos y como porteños.

www.radareconomicointernacional.blogspot.com/
Luis Emilio Rada C.
Director.

Pd:
lo que dice Moisés y lo que le responde la gente, aquí en el RADAR.

Lerc.



DEBERES CIUDADANOS y CONFIANZA PÚBLICA.
Cuando ni los administradores cumplen con sus deberes, ni los ciudadanos con los suyos, ni los organismos de control con su función, son los más pobres los que terminan sufriendo las consecuencias

Por: MOISES PINEDA SALAZAR.

En Puerto Colombia se cumple aquello de que “nadie sabe lo que tiene hasta cuando lo pierde”. Es un municipio promisorio que les ofrece a los inversionistas, propuestas de calidad de vida que no podrán encontrar en otro lugar del territorio comprendido entre Cartagena y Santa Marta. Paisaje y aire puro; un ecosistema natural propio de las zonas litorales y de los estuarios en los que desembocan los grandes y pequeños ríos de agua dulce; cercanía a los grandes centros urbanos de la región y a los clusters de salud ubicados al noroccidente del vecino distrito; posición equidistante entre Santa Marta y Cartagena y conurbado con Barranquilla; servicios públicos domiciliarios de buena calidad; vías de comunicación y plataformas para la conectividad; condiciones aceptables de seguridad y tranquilidad; servicios de educación para todos los niveles sociales, desde el preescolar hasta los doctorados a cargo de instituciones públicas y privadas; bienes patrimoniales de carácter histórico y no menos de una veintena de casas de estilos republicano, art deco y caribeño que despertarían la envidia en más de un lugar allende estas tierras.

El agotamiento del suelo urbanizable, el encarecimiento de la oferta de tierras y la insoportable densificación vertical en condiciones de hacinamiento; la indecisión de los sectores público y privado para reciclar el Centro Histórico de Barranquilla con destino a vivienda; la lentitud con la que los involucrados se disputan soterradamente las ventajas y la plusvalía urbana que tendrá origen en la recuperación de la ribera occidental del Río Magdalena, explican por qué los sectores social y económicamente más pudientes de Barranquilla emigran, desde 1960, hacia Puerto Colombia en busca de una mejor calidad de vida. Huyéndole a los pésimos servicios públicos que desvalorizaban la inversión urbana y empobrecían a la ciudad, asumieron formas de vida rural proveyéndose de sus propios servicios. Usaron pozos profundos para dotarse de agua potable y de pozas sépticas para las aguas servidas y las excretas; instalaron plantas eléctricas, desarrollaron vías de acceso de muy bajas especificaciones y se acogieron a loteos que no se ajustaban a las condiciones que se le exigen a cualquier urbanizador. Hoy, aquellos “colonos” sufren las consecuencias de las decisiones que tomaron ante la ausencia de autoridad. Una de tales consecuencias calamitosas es la referida a las limitaciones que la Ley le impone a los gobernantes respecto de la construcción de sistemas de alcantarillado y de otras obras de urbanismo que, independientemente de la clasificación socioeconómica, están a cargo del urbanizador.

En este sentido, la Constitución y la Ley imponen a los gobiernos, una opción preferencial por los pobres que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad. Ese es el sentido de los tributos que forman parte de la vida ciudadana, entendida como un conjunto de deberes y derechos que se escenifican en el territorio privilegiado del municipio.

Gracias a Dios es así y no replican la filosofía desarrollista según la cual, el Municipio tiene que dotar a los sectores más pudientes de todas las condiciones de favorabilidad en materia urbana para esperar que por vía de la plusvalía, y en correspondencia con la acumulación que obtienen por las condiciones ventajosas con las que se les trata, generen las contribuciones con las que en el futuro se podrán atender las necesidades de los más pobres.

Así como los administradores públicos tienen el deber de ser probos y el derecho a cobrar impuestos, los ciudadanos tenemos el derecho a controlar su comportamiento y el deber de pagar cumplidamente los impuestos.

Cuando esta ecuación se desbalancea, porque algunos de los derechos /deberes no se cumplen, entonces se dan situaciones que inviabilizan la existencia del ente territorial.

Cuando el Municipio ejerce el derecho de cobrar impuestos y el ciudadano no cumple con el deber de pagar, ocurre la “inviabilidad fiscal” que puede llevar a la supresión del municipio.

Cuando el Administrador no es probo y el ciudadano ejerce su derecho a controlar sus actos, entonces se dan las condiciones para demandar responsabilidades políticas. Así, los malos funcionarios son sustituidos por otros que los electores reputan como diferentes y alternativos.

Pero, puede ocurrir que el funcionario sea réprobo y que el ciudadano no ejerza su derecho a controlarlo, entonces aquel, sus amigos y todos a quienes ha cooptado en el ejercicio de su poder, medran, crecen y prosperan mientras los demás se empobrecen. Es lo que Álvaro Gómez llamaba "el régimen corrupto" al que definía como "un conjunto de complicidades y complacencias que son el verdadero obstáculo para el desarrollo". Malos ciudadanos, administradores corruptos y jueces venales forman parte de un circuito infernal que suele devenir en diversas formas de violencia. Es la ingobernabilidad urbana.

Sin embargo, no siempre la incapacidad del ciudadano es producto de una condición corrupta. Asaz ocurre que esto pasa porque el ciudadano es inepto, en el sentido de no apto, porque carece de las herramientas eficaces que le permiten intervenir en la formación del poder político, ser parte de él o para ejercer la legítima representación política de sus intereses. Eso ocurre cuando el residente no forma parte del respectivo censo electoral. Por ello, no puede ser tenido en cuenta en materia de lo previsto en las leyes que regulan la participación ciudadana. Se imposibilita que se cumpla el principio de las Constituciones modernas de corte liberal según el cual "no hay impuesto sin representación".
Lo peor es que la mediación que en tales circunstancias hacen los sectores más ricos para representar sus intereses en las decisiones públicas, no tiene que ver con las responsabilidades políticas que se delegan en el representante, sino con otros mecanismos que debilitan la institucionalidad democrática como lo son el soborno y su correspondiente, el cohecho. Es frecuente escuchar mensajes que se intercambian del siguiente tenor: "Usted tiene una deuda con nosotros, ¿cuánto nos va a dar para borrársela o para dejar que fenezca"?, "Nosotros tenemos una deuda con Usted ¿Cuánto nos va a dar como incentivo para que se la paguemos?".”¿Cuánto me dan y yo voto negativamente la tasa de valorización que va a afectar sus predios?”. “Vamos a tumbarles una de las concesiones para que negociemos las otras”. "¿Cómo vamos a cobrarle si el votó por nosotros?"

Finamente, cuando ni los administradores cumplen con sus deberes, ni los ciudadanos con los suyos, ni los organismos de control con su función, son los más pobres los que terminan sufriendo las consecuencias de las mutuas deslegitimaciones que se dan entre los más poderosos. Esto es: entre el gobierno que debe protegerlos y los más ricos que están obligados a ser solidarios con ellos. Los unos no cobran y los otros no pagan. O los unos pagan y los otros se roban o malversan lo recaudado.

Digo esto porque en el listado que podemos consultar en http://puertocolombia-atlantico.gov.co, entre los casi cuatrocientos contribuyentes próximos a cumplir cinco años de no pagar sus impuestos, son más los ricos, los personajes de relumbrón, los pudientes, los empresarios, los rentistas del suelo urbano, los líderes políticos y las empresas locales los que le deben al fisco porteño porque han adoptado la costumbre de jugar a la prescripción o al fenecimiento previsto en la ley cada cinco años con el argumento de que no reciben beneficio alguno o porque los administradores malversan el erario. Son ellos y no los ciudadanos de clase media y baja, empleados, pequeños comerciantes, pensionados y viudas quienes le deben al fisco. Los pobres son gente "buena paga".

La cultura ciudadana no puede reducirse a “las buenas maneras” ya que la gobernabilidad y la seguridad en las ciudades son un conjunto de certezas que nacen de la convicción, individual y colectiva, de que “las cosas funcionan bien”. En ese “clima de opinión” los gobernantes deciden asertiva y oportunamente, con estricto apego a la ley y consultando la conveniencia pública; los organismos de control son eficaces en el cumplimiento de su función; el empresario cumplen con sus responsabilidades sociales y el ciudadano es solidario con los más débiles, respetuoso de las diferencias, cumplidor de sus deberes y celoso de lo público.

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EL DIÁLOGO entre Moisés y sus amigos:

Carlos Londoño Agredo
Bien presentado.
El 28 de octubre a las 8:02
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Jorge Vargas
PUERTO ES UN PUEBLO QUE SABE TODO LO QUE HA PERDIDO DE AHI NO PASA
El 28 de octubre a las 8:04
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Alvaro Navas Pérez
Moises, si publicas un comparativo del presupuesto de Puerto Colombia versus las "obras" , no anunciadas, sino terminadas y te comprometes a comprar dos ratrillos, dos escobas, una pala y una carretilla para limpiar las playas desde Sabanilla hasta el muelle y contratas dos horas de bulldozer para alisar los 60 metros de la entrada a la playa del Country en Salgar, voto por tí a la alcaldía de Puerto.
El 28 de octubre a las 8:54
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alvaro navas perez
Moisés, también sería bueno que prometieras en tu aspiración a alcalde de Puerto, que meterás en cintura a los "caseteros", para que no abusen de los turistas, especialmente criollos, cobrando por una famélica mojarrita con dos patacones y una rodaja de tomate casi podrido, $18,000 más la propina involuntaria, si haces todo esto, voto por tí.
El 28 de octubre a las 8:58
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Helkin Alberto Nuñez Cabarcas
Y votaré por tí si aplicas la estampilla pro cultura y asi asegurar los números gratis de marsolaire y además mi libro sobre ese pueblecito que se está cayendo... que de su historia ahorita se cae...entre febrero y abril firmado atentamene el frente frio del norte... MOISE PILAS ES UN BIEN MOMENTO PARA HACER HISTORIA POLÍTICA LOCAL... suerte amigazo...
El 28 de octubre a las 11:09
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Moises Pineda Salazar
Alvarito... Alvarito... Mira que un tema interesante que fue tratado hace más de diez años y que me permití promover en Puerto, sin que nadie parara bolas, fue el de limpieza de las playas. Había estado en Riohacha y me parecieron interesantes: 1- el amoblamiento y las reglamentaciones de uso de las playas anexas a la Calle Primera (Malecon). 2- La organización del cuerpo de salvavidas y 3- La recolección mecanizada, el tratamiento (trituración) y disposición final de las maderas (combustible) en las playas. Es hora de retomarlas. En otra oportunidad, pude leer la propuesta del ilustre filósofo Luis Enrique Blanco (1951) acerca de cómo debía ser el acceso a Salgar y, más recientemente, lo referido a la adminstración de los problemas de movilidad en Country Club Villas, La Playa y el Coredor Universitario... Hay de qué hablar y qué proponer...
El 28 de octubre a las 11:19
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Moises Pineda Salazar
Respecto de obras e informes, creo que la destinataria es la Alcaldesa de Puerto Colombia en su correspondiente rendición de cuentas.
Ahora bien, en relación con los caseteros y empresarios del sector turísitico hay que decir que no es aceptable:
1º- Cobrar a precios de Devi´s.
2º- No cumplir con los elementos mínimos de tributación respecto de Predial e Industria y Comercio pagando contribuciones como si se tratara de un chuzo en el mercado de Barranquilla.
3º- No observar los mínimos sanitarios que impone el estatuto de protecciones al consumidor. ... Leer más
4º- Tratar a los trabajadores como si fueran parientes de tendero cachaco: trabajar por la comida sin cumplir con los deberes legales para con ellos.
5º- Tratar al cliente como si fuera objeto de explotación y esquilaje olvidándose que así como "cliente satisfecho, trae más clientes", a la inversa: "cliente insatisfecho, objeto de clavija,y robado es difusor de mala publicidad aleja a otros potenciales consumidores".
El 28 de octubre a las 11:29


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Moises Pineda Salazar
Helkin...es buena época para construir NUEVOS IMAGINARIOS...En eso la gente que investiga y escribe tiene una misión que cumplir...Por otro lado, nadie tiene por qué "prometer" que va a cumplir con la ley...El servidor público que no la cumple incurre en un delito llamado PREVARICATO...¿Es que no están cumpliendo con el deber de cobrar los impuestos con destino a la cultura?
El 28 de octubre a las 11:31

Moises Pineda Salazar
Jorge: Si pasan cosas... Puerto Colombia no es el mismo de antes... Le he sugerido a los mandatarios porte ... Leer más
El 28 de octubre a las 11:51
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Didier Maria Alvarez Sanchez
la empresa m.c.m. en cabeza de jesus seisdedos votara por ti.
El Jue a las 10:09

Jorge Vargas
en tu agenda tienes que quitar los postes de la autopista ,autopista de pueblo asesina
Ayer a las 22:57
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Jorge Vergara Carbó
Ojala Dios te lo permita para el bien de los porteños. Persona con tú capacidad, honestidad,pulcritud y conocimiento son los que el país necesita y más aún nuestros pobres pueblos saqueados por la corrupción.
Todas las personas que tienen dos dedos de frente te apoyarán. Adelnte con tú campaña,no le temas a los politiqueros que ellos serán derrotados por el pueblo.
Hace 33 minutos
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Bueno, hasta aquí dejamos la historia de Puerto Colombia y las aspiraciones de Moisés Pineda. Continuaremos en otra oportunidad.

Luis Emilio Rada C.

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