miércoles, 8 de julio de 2009

La democracia pendiente: Jorge Ramos.

El colega Daniel Castro, que hace parte de REDCARIBE, la Red de Periodistas del Caribe Colombiano, nos envió este correo.
Como estoy muy de acuerdo con el análisis que hizo Jorge Ramos, haré algunos comentarios y aquí se los presento, junto a la nota de Daniel y de Ramos.

Saludos,

Luis Emilio Rada C.

From: dacaspe@gmail.com
To: red@redcaribe.org
Subject: [Red Caribe] LECTURA - "Reeleccionitis" en América Latina
Date: Wed, 8 Jul 2009 09:49:37 -0400
Colegas.
El connotado periodista Jorge Ramos pone el dedo en la llaga de la ‘reeleccionitis’ en América Latina. Certero análisis que, por supuesto, hace mella en Colombia, y en otros países del área, en donde el germen dictatorial diseminado por Fidel Castro y emulado por Hugo Chávez, comienza a mostrar trazas de pandemia.
Daniel Castro.

La democracia pendiente

BY JORGE RAMOS AVALOS

La crisis política en Honduras tuvo su origen en el temor de muchos hondureños de que su país se convirtiera en otra Venezuela. Cierto o no, eso desencadenó el derrocamiento de un presidente. Tenían miedo que Zelaya buscara reelegirse de manera ilegal y un gobierno autoritario. Y lo echaron. Estas son las conclusiones que saqué tras una conversación desde Tegucigalpa con el presidente interino Roberto Micheletti. La solución --sacar a Zelaya con los militares y no con un juicio-- aisló a Honduras del mundo y fue vista por la ONU y la OEA como una flagrante violación a la democracia. Micheletti no ha sido reconocido por ningún país.

Cuando le comenté sobre estos temores de los hondureños al depuesto presidente Manuel Zelaya, me dijo en una entrevista desde Panamá que esos miedos no justificaban un golpe de estado. El sigue insistiendo en que nunca buscó reelegirse. Sin embargo, la actual crisis en Honduras sí resalta, al menos por contagio, la enorme tensión que está causando la ola de reelecciones en América Latina.

Imagínate esto. Se está jugando la final de un torneo de fútbol y, de pronto, uno de los equipos dice que quiere alargar el juego para que dure hasta que ellos quieran. Absurdo. Ilógico. Abusivo. Antidemocrático. Bueno, eso mismo está pasando en varias naciones de América Latina. A la mitad del partido, algunos presidentes latinoamericanos están cambiando las reglas del juego para eternizarse en el poder. Y como tienen todos los recursos del estado a su disposición, y la atención de los medios de comunicación, han tenido éxito en sus maniobras para realizar consultas populares y cambiar la Constitución a su favor.

El caso más claro es el del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien en 1998 prometió que entregaría el poder en 5 años. Mintió. Ya lleva el doble y amenaza con amarrarse a la presidencia muchos años más.

Pero la reeleccionitis ha tocado a varios presidentes más. El presidente de Ecuador ya se reeligió. El presidente de Bolivia podría reelegirse a finales de año. El presidente de República Dominicana podría regresar al poder luego de 4 años fuera. Al presidente de Nicaragua le gustaría que hubiera reelección en su país: ''Si Dios me da vida, aceptaría ser presidente o primer ministro''. Y el presidente de Colombia está considerando lanzarse para un tercer período en el poder.

¿Acaso no hay jóvenes lo suficientemente capaces en Venezuela, Ecuador, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua y Colombia que pudieran reemplazar a los presidentes? Desde luego que sí. ''Si nos dejan'', como dice la canción. El problema para nuestras democracias latinoamericanas es cuando estos presidentes se consideran indispensables. Y es tan grave cuando lo hace un presidente de izquierda --como Chávez-- como un presidente de derecha --como Uribe. El escritor peruano Mario Vargas Llosa es quien ha denunciado este fenómeno de la manera más clara. El le dijo a una estación de radio colombiana que sería ''lamentable'' que Uribe buscara un tercer gobierno. Y luego criticó a todos. Dijo que las reelecciones son un nuevo ''deporte'' para los presidentes de América Latina.

En Latinoamérica todavía existe la falsa idea de que el ganador de las elecciones se convierte en todopoderoso, como si se tratara de un tlatoani azteca o de un virrey español en época de la conquista. Muchos presidentes, luego de ganar las votaciones, creen que pueden actuar por encima de la ley y hacer de la Constitución un espagueti. Y eso no es así. Eso es dejar pendiente la democracia.

''Las elecciones solas no crean una verdadera democracia'', les recordó hace poco, en el Cairo, el presidente Barack Obama a los líderes del mundo árabe. Y es cierto. Además de realizar elecciones multipartidistas, las verdaderas democracias son justas, respetan los derechos humanos y las libertades individuales, y sobre todo entregan el poder exactamente cuando se comprometieron a hacerlo. Ni un minuto después.
Estados Unidos puede ser muy criticable por la manera en que en el pasado ha actuado con otros países. Basta un ligero repaso de sus invasiones e intervenciones en la historia reciente de América Latina. Pero hacia dentro Estados Unidos ha sido un fiero defensor de su democracia.
Desde su fundación en 1776 siempre ha existido un pacífico y ordenado cambio de poder. No ha habido un solo golpe de estado. Y ningún presidente norteamericano se atrevería a cambiar las reglas del juego democrático a la mitad de su mandato. ''A mí me encantó ser presidente'', dijo hace poco Bill Clinton al diario The New York Times. ''Pero tenemos un límite constitucional y yo sabía eso desde un principio''. Jamás se le hubiera ocurrido a Bill Clinton proponer un cambio a la constitución, a la mitad de su mandato, para quedarse a un tercer período presidencial.

Desafortunadamente no se puede decir lo mismo de las aún frágiles democracias latinoamericanas. Mucho se ha logrado, es cierto, al dejar atrás la época de las dictaduras, los caudillos y las 7 décadas en el poder del PRI mexicano. Pero el peligro de regresar a gobiernos autoritarios sigue latente.
Si nuestros presidentes elegidos democráticamente empiezan a jugar al dictador, perderemos todo el terreno ganado durante décadas. Me gustan los juegos de fútbol de 90 minutos y los presidentes que se van cuando les toca irse. Lo demás huele a trampa.
...

RADAR:

Amigos:
Unos comentarios sobre la reelección:

1. Excelente la nota de Ramos. Creo que ha dicho lo que muchos colombianos y miembros de REDCARIBE quisieran decir.

2. Preocupa eso si, que el presidente Alvaro Uribe sea tan terco

3. Este pasaje puede servir para que arranquemos a hablar del tema en REDCARIBE. Porque esto de la reelección es de cuidado. Se han presentado muertes. Lo que está ocurriendo es Honduras es lo más reciente. Y si Uribe insiste en faltarle el respeto a la Constitución Nacional, a los obispos, a sus contradictores, aquí puede ocurrir algo que nos puede cambiar la historia, pero para mal.

Hace poco vino a Barranquilla Salomón Kalmanovitz, uno de los costeños y economistas más reconocidos que tenemos en el país y yo le hice la pregunta delante del público que estaba en el auditorio en la Universidad del Norte… le pregunté: ¿La reelección nos puede hacer mucho daño?
Y la respuesta del economista fue clara:

“La reelección nos puede hacer daño en el sentido que todos los esfuerzos de la clase política y del país están concentrados en el referendo, en el articulito y le da la espalda a los problemas. Hay un problema gigantesco de desempleo, hay un problema gigantesco de pérdida de producto, y porqué no enfrentarlo en vez de estar discutiendo como va a ser la reelección”.

Algo del diálogo con él:

Luis Emilio Rada C: ¿Ha desgastado mucho el país?

Salomón Kalmanovitz.: “Y desgasta mucho el país y lo seguirá desgastando si el presidente Uribe logra un tercer período”.

Lerc: ¿Cómo lo ven?

S. K.: “Otra presidencia de discordia, de confrontación, que no tiene propósitos constructivos”.

Lerc: ¿Usted que conoce, en parte al presidente, usted piensa que él se podría quitar en algún momento? Respuesta que me preocupó, de acuerdo a lo que estamos presenciando en América Latina.
S. K.: “Yo lo veo muy voraz, no sé si el tenga el juicio de decir hasta aquí llegué y recojo mi estatura histórica con lo que hice y me voy tranquilo… no sé… no lo veo”.

Y yo me pregunto, ¿qué va a pasar? ¿Nosotros estamos preparados para una guerra política como esta, si Uribe se para firme, se sienta con los militares, negocia con ellos, con los políticos que son sus llaves, con los electores que lo miran como un Dios para decir: Me quedo nuevamente? ¿Aguantaremos eso? De verdad que sería muy triste y muy doloroso que eso pasara en Colombia. Yo confío en que el presidente se calme y se vaya a descansar un rato.
Hoy, por ejemplo, siento que para él debió ser muy duro tener que darle licencia a Piedad Córdoba para que esté en la negociación con las Farc, en torno a la liberación de los secuestrados, porque pienso que no la quiere ver si en internet…

El tema es largo y debemos afrontarlo con sabiduría.

Luis Emilio Rada C.

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