sábado, 4 de abril de 2009

Arturo Calle, el empresario del año 2008

En el RADAR ECONÓMICO queremos resaltar la labor de Arturo Calle.

Lo hacemos porque también nos hemos vestido con su ropa y porque creemos que es uno de los colombianos que nos ha enseñado.
No todo el tiempo aparece en la vida un señor como el señor Calle, que le gusta que le digan más bien don Arturo… no se las pica de nada… chévere.

Los amigos de La República, lo resaltaron y los queremos registrar nosotros en nuestro Blog.

Luis Emilio Rada C.

Arturo Calle, el empresario del año 2008.
Don Arturo, como lo llaman sus empleados, no deja de trabajar: llamadas telefónicas sin parar, subalternos que entran y salen a cada instante y cientos de papeles sobre su escritorio, donde una y otra vez estampa su firma, hacen parte del ambiente típico de su oficina. Para este empresario, la humildad, el trabajo honrado y, sobre todo, la paciencia, son los valores que le han permitido convertir su empresa en la marca colombiana de ropa masculina más importante del país.

Este antioqueño, originario de Medellín, empezó en el negocio textil en 1962 de la mano de su suegro Héctor Correa, gracias a quien se radicó en la capital del país. En sus inicios, se desempeñó como administrador de uno de los locales de confecciones de Correa. Sin embargo, sus deseos de independencia fueron más fuertes y pocos años después, en 1965, compró uno de los almacenes de su jefe, ubicado en la tradicional zona de San Victorino para empezar su propio negocio, al que llamó “La Camisita”. Posteriormente, abrió uno en la Avenida Jiménez con décima y luego, otros dos, que recibieron el nombre con el que se les conoce en la actualidad: “Arturo Calle”.

Como cualquier empresario, desde el comienzo de su carrera, Calle tuvo en mente crecer. “Yo siempre he sido ambicioso, pero nunca creí, con toda modestia, que iba a tener la primera empresa de moda masculina del país”, confiesa el ejecutivo. Es así como, de un primer local, que no contaba con más de ocho metros cuadrados y un único empleado, la compañía pasó a tener, 48 años después, más de 53 tiendas repartidas en las principales ciudades de Colombia, que suman entre ellas 100 mil metros cuadrados y cerca de 5.000 empleados, cifra que aumenta a 6.500 en temporada alta.

Así como el crecimiento de la marca ha sido lento pero constante, de esta misma manera, Arturo Calle planea seguir conquistando el mercado colombiano, abriendo nuevas tiendas en ciudades pequeñas del país donde aún no ha llegado y afirma que en un futuro muy próximo, cuando el mercado nacional esté copado, el paso a seguir es distribuir internacionalmente las confecciones y abrir almacenes en otras ciudades del mundo.

Así mismo, espera incursionar en el negocio de la moda femenina con los mismos parámetros de calidad y buenos precios que lo han caracterizado en el mercado masculino. “El día de mañana, yo aspiro a que también lleguemos a ser una empresa de ropa femenina. Si no lo hago yo, lo harán los herederos, pero es una constante y una meta que debemos llevar a cabo. ¿Cuándo? No lo puedo decir, pero que se debe hacer, hay que hacerlo”.

El éxito de la marca está sostenido en varios principios como la honestidad, la humildad, la calidad, los buenos precios, el querer a los clientes y el constante cambio, tanto en las colecciones, como en los almacenes. Según Arturo Calle, son estos elementos con los que debe contar cualquier empresario que busque el éxito a través de una empresa perdurable. Contar con el don de la paciencia ha sido su principal fortaleza y lo que le ha dado el impulso para crear una empresa sólida, que durante 48 años no ha parado de crecer. “Cuando el dinero se hace lentamente, se aprende a manejar muy bien, cuando se trata de hacer muy rápido y en corto tiempo, las personas no lo saben administrar”.

Además de ser uno de los empresarios más reconocidos del país, Calle trabaja día a día a favor de lo social. Afirma que el prójimo es una de sus principales preocupaciones y su gran debilidad. Según el ejecutivo, ayudar a los más necesitados no debe ser una obligación exclusiva de los empresarios o del gobierno, sino un deber de todo ser humano. “El dinero sirve para usarlo, para hacer el bien, para desarrollar país, para ayudarle al que no tiene. Nosotros no nos ufanamos con la parte social, consideramos que es un deber, una obligación de todo ser humano”. Es así como por medio de su empresa, más de 200 fundaciones se benefician económicamente.

De esta manera, Arturo Calle ha logrado, con el paso del tiempo, convertirse en una de las compañías más representativas para los colombianos, quienes ven en su creador, un ejemplo de empuje y trabajo que ha contribuido de gran manera con el desarrollo y el crecimiento del país.
Lo social, una prioridad para el progreso

En relación con la actual situación social y económica que se vive en Colombia, a raíz de las “pirámides”, Arturo Calle considera que para evitar este tipo de problemas es necesario que las nuevas generaciones inviertan en sacar al país adelante, asegurando vivienda, salud y recreación. “Me parece muy grave donde cometamos el error de continuar como vamos sin hacer suficiente en lo social”, dice. A pesar de este factor, es optimista frente a los resultados que espera su empresa para la época navideña.
Falta de seguridad de directivos

Para Arturo Calle, la mejor manera de superar la crisis es olvidándose de ella, ya que este tipo de situaciones son generadas por la falta de seguridad de los empresarios. “La crisis se da más por el nerviosismo de la gente. Yo creo que quienes están en crisis son las personas que creen que porque todos los días no están ganando más dinero, las cosas se han venido a menos. No. Unos días hay más, evolucionan más las empresas, se vende más, otros días menos, pero en general, todo continúa funcionando. Crisis para las cosas buenas, para las empresas buenas, para el desarrollo bueno, yo no creo en ese tipo de crisis”. Bajo este planteamiento, Calle estima que la industria textilera y el comercio van a mantener un buen comportamiento en 2009, siempre y cuando se hagan las cosas bien y se mantengan los precios justos y accesibles al comprador. Finalmente, el empresario ve con buenos ojos la firma del TLC con los Estados Unidos y hoy más que nunca ve este tratado como una realidad para el año que viene.

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