¿Qué hacemos?
Se nos complicó esta vaina.
¿Qué le pasa a Colombia?
O bueno, no es Colombia.
El país no tiene la culpa.
Somos nosotros mismos los que lo enredamos.
Confiemos en que podemos salir adelante.
Leamos a José Félix Lafaurie.
®rada®luisemilioradaconrado
@radareconomico1
https://radareconomicointernacional.blogspot.com/
Por José Félix Lafaurie
El
objetivo es acabar con la ganadería, sin importar su importancia para la
seguridad alimentaria del mundo y desconociendo, como anunció la FAO, que la
mitad de los pobres rurales del mundo subsiste gracias a la ganadería.
“París bien vale una misa”, exclamó cínicamente Enrique IV, cuando
se convirtió al catolicismo para ceñirse la corona de Francia. Y para cínicos
desvergonzados, Petro, para quien la presidencia bien vale hasta una alianza
con delincuentes. Y así, anda haciendo promesas imposibles y firmando
compromisos temerarios.
Dónde firmo y les prometo “perdón social” a narcotraficantes asesinos a cambio de votos conseguidos con las armas y de dinero a raudales, promesa que sí cumpliría, como hizo Chávez, su mentor, porque “la platica” por bolsadas no sobra.
Dónde firmo y se reinician negociaciones con el ELN, y hasta con
las disidencias, a cambio de los votos “libres” de Cauca, Nariño, Arauca y
Catatumbo, votos manchados de indignidad y de sangre; y si hay que firmar más
acuerdos para “una paz estable y duradera”, pues se firman.
Dónde le firmo a Fecode y los maestros nunca serán evaluados y se
imprimirán billetes por montones para la educación pública, sin importar que
sus estudiantes se rajen frente a estándares internacionales. ¡Ah! y habrá
preescolar gratuito y universal por tres años, la promesa de quien iba a
construir 1.000 jardines infantiles en Bogotá y no construyó ninguno.
Dónde les firmo a los ambientalistas extremos por sus votos, y se suspenderá la exploración petrolera y se ahogará con impuestos la minería, porque la transición energética se hará en cuatro años y ya no necesitaremos la renta petrolera, pues Colombia se industrializará y producirá sus alimentos, para lo cual se “democratizará” la tierra, empezando por la del expresidente Uribe -esa no es promesa, es amenaza; una costosa firma en blanco que nos devolverá a niveles de desarrollo del siglo pasado.
Y la más reciente. Para hacerse a los votos de los animalistas
extremos con representación en el Congreso, Petro firmó compromisos para
garantizar la “protección de los animales no humanos y la defensa de sus
intereses”, incluyendo la prohibición de toda actividad cultural que utilice
animales, sin pausa ni transición, y sin importar lo que les suceda a los
humanos que viven de ellas.
Estos animalistas extremos, que consideran “genocidio” el
sacrificio de animales para la alimentación humana, pretenden prohibir también
las exportaciones en pie, en contra de la legislación sanitaria internacional,
de los tratados comerciales suscritos y del derecho a la libre empresa, algo en
que no ayuda nuestra increíble Corte Constitucional, que favorece el aborto y
el suicidio asistido de humanos, mientras protege los derechos ¡de un pescado!
El objetivo es acabar con la ganadería, sin importar su importancia para la seguridad alimentaria del mundo y desconociendo, como anunció la FAO, que la mitad de los pobres rurales del mundo subsiste gracias a la ganadería.
Pero nada de eso importa cuando “un voto bien vale una promesa autenticada”. ¿Dónde firmo?
@jflafaurie
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