sábado, 30 de abril de 2022

LA FILBO 2022 Por Amylkar Acosta

Hace muchos años encontré un libro que narraba las aventuras de un hombre que perdió su fortuna y tomó la decisión de desaparecer. 

No estaba acostumbrado a vivir pobremente.

Claro que no quería matarse, sino que le pidió a un amigo que lo matara él. Pero que lo hiciera descuidadamente para no sufrir…

Ese fue el convenio, pero ese amigo no fue capaz de hacerlo, sino que les entregó esa tarea a unos rufianes.

Fue una historia fascinante que logró atraparme, tanto que ese libro lo leí en un solo tirón prácticamente…

No pude conservarlo, porque un compañero de clase me lo robó.

La lectura es un privilegio, sin embargo, son muchos los ciudadanos que no han logrado saborearla.

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LA FILBO 2022  

Por Amylkar Acosta

Nada más seductor, nada más cautivante que un libro abierto a la fascinación de su lectura, que activa las neuronas, pone a volar al tiempo al pensamiento y a la imaginación, enriqueciéndolos y renovándolos.

Bien dijo el gran pensador español Ortega y Gasset que “quien lee vive dos veces”. Tenemos que convencernos del aserto de Norberto Vallejo, quien conduce el programa Club de lectores de CARACOL, cuando dice que “quien lee un libro no vuelve a ser el mismo” y a mí me consta, dado que el libro se puede definir como un mundo sin límites ni fronteras.

Después de dos años durante los cuales la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO) tuvo que realizarse virtualmente, se vuelve a la presencialidad y los pabellones de Corferias volverán a abarrotarse de libros, autores, editores y visitantes de uno de los eventos más importantes e icónicos de Bogotá, reconocida durante el siglo XIX como la Atenas Suramericana, dada su gran oferta artística y cultural de la época, que la convirtió en epicentro de museos, galerías de arte, teatros y bibliotecas. 

Esta vez el país invitado a la edición 34 de la Feria es Corea del Sur y su eje temático el reencuentro y la convivencia, tan necesaria en estos tiempos en los que soplan vientos de guerra y tiene por finalidad estrechar las relaciones bilaterales entre los dos países, las cuales se han prolongado por espacio de 60 años. La innovación y la tecnología, que lo invade todo, serán la nota predominante durante sus 14 días y no es para menos, dado que el país asiático encabezó el Índice de innovación de Bloomberg en 2021 y es reconocido como una potencia tecnológica de primer orden a nivel mundial. En reciprocidad Colombia será el país invitado de honor en la Feria del libro de Seúl a realizarse en junio próximo.

Desafortunadamente en nuestro país es más lo que se trina y chatea que lo que se lee.

Lo revelan las estadísticas, que muestran que, en Colombia, aunque según el DANE quienes leen consumen en promedio 4.2 libros al año, al momento de cotejarnos con otros países latinoamericanos como Argentina, Chile en donde sus ciudadanos leen en promedio 5 libros por persona/año y en México 3.4, que ocupan el podio, en Colombia quienes leen a duras penas llegan a los 2.7 libros por persona/año.

¡El día que en Colombia se trine menos y se lea más tendremos un país distinto!

Ello es motivo de preocupación, tanto más en cuanto que, según lo muestra y demuestra el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA), Colombia se raja en comprensión de lectura.

El 45.2% de los estudiantes entre los 15 y 16 años de edad tienen un nivel muy bajo de comprensión tanto de la lectura como de las ideas y en general de entendimiento del idioma español, para no hablar del bajo bilingüismo, en el cual el país ocupa el puesto 68 entre 100 países (¡!).

Según el Laboratorio de la economía de la educación de la Universidad Javeriana, solamente el 8.5% de ellos alcanzaron un buen desempeño al ubicarse en los niveles 4, 5 y 6, el más alto, en contraste con un porcentaje de 34.76% en el resto de países miembros de la OCDE. 

Y para rematar, a las grandes falencias en lectura y lecturabilidad se viene a sumar la enorme dificultad de los estudiantes a todos los niveles, hasta el nivel universitario, para escribir, pues leen poco y escriben menos. A ello hay que prestarle atención, toda vez que puede repercutir, y de qué manera, en su inserción y desempeño laboral.

Además, hoy cuando la tinta y el papel están en vía de extinción y se impone la era digital, la falta de acceso a los computadores, así como la falta de conectividad, se convierten en una barrera adicional.

Huelga decir que en Colombia sólo el 39.3% de los hogares para 2020 poseían un computador de escritorio, portátil o tableta.

La situación es peor en los centros poblados y rurales, en donde a lo sumo el 10.4% (¡!) tienen por privilegio lo que es un derecho fundamental, según lo dispone la Ley 2108 de 2021 que declaró el acceso a internet como un servicio público esencial.

¡Es urgente cerrar esta brecha digital, dado que la misma expande y profundiza la enorme brecha social que acusa el país!

Medellín, abril 19 de 2022

www.amylkaracosta.net

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