¿Por qué los funcionarios del gobierno
central en Colombia permitieron que el sistema energético regional llegara al
punto de no retorno?
¿Por qué el centro cree que el resto del país
no merece un mejor tratamiento?
Leyendo hace poco un texto, el experto decía:
“no me interesa el mar”.
Son estilos de vida.
Y con ese estilo, se han tirado parte de los
sueños de otros seres humanos que les encanta la naturaleza y las olas del mar.
Esos cortocircuitos deberían parar…
Amylkar Acosta, nos retrata lo que sucederá
nuevamente con el sistema eléctrico regional.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareocomico1
CORTO CIRCUITO EN LA REGIÓN
CARIBE
Amylkar D. Acosta
Según la Ley de Murphy, todo aquello que anda
mal es susceptible de
empeorar y este es el caso de ELECTRICARIBE.
Pésima señal la que
reciben sus usuarios con el oficio dirigido
por el Centro Nacional de
Operación (CNO) del Sistema Interconectado
Nacional (SIN) a la
Ministra de Minas y Energía María Fernanda
Suárez, en el cual le
solicitan declarar un racionamiento
programado en toda la región
Caribe, exceptuando al departamento del
Atlántico. Es decir, que a
los irresistibles racionamientos no
programados a los que ya se está
acostumbrado, con las constantes
interrupciones y cortes
intempestivos atribuidos a “mantenimientos”,
ahora se le vendrían a
sumar los racionamientos programados.
La razón que se aduce para tomar esta medida
extrema es el aumento
desmedido de la demanda no atendida (DNA)
como debe ser,
demanda que en la región Caribe viene
creciendo prácticamente al
doble del promedio nacional, por encima del
5%. Se considera esta
antipática medida por parte del CON como la
“única medida
alternativa desde el punto de vista técnico”
para evitar el colapso del
sistema regional, debido a las bajas
tensiones y a la sobrecarga de las
redes, una de las razones de la constante
oscilación del voltaje que
provoca el daño de los electrodomésticos de
los usuarios.
Hace rato se sabe del agotamiento del Sistema
de Transmisión
Regional (STR) y el retraso de la ejecución
de las obras, que han
provocado la congestión y el atrapamiento de
la energía, ante la
incapacidad para que esta fluya y llegue
hasta los usuarios finales.
Ello ha provocado exorbitantes costos de
restricción, los cuales
terminan pagando los usuarios a través de sus
facturas a través de la
letra R del alfabeto, que es como se le
identifica al establecer el costo
unitario (CU) o tarifa de la energía que paga
el usuario. Según cifras
oficiales, entre enero y junio de este año
esa R le ha venido costando
al usuario $15 por kilovatio, para un
acumulado de $431.825
millones.
Preocupa aún más saber que, es “cada vez es
más frecuente, que desde
la programación diaria de la operación del
sistema o en la operación
en tiempo real, sea necesario dar instrucción
de desconexión de
demanda en la región Caribe” y que “la
magnitud de la demanda no
atendida a desconectar pueden ser mayores”.
Con lo cual se insinúa
que los peores días para los usuarios de
ELECTRICARIBE están por
venir. Este hecho enturbia aún más el
panorama, en momentos en los
que se está en el conteo regresivo para
escoger el nuevo operador de
red para la región Caribe, para ver si es
posible lograr que esta
pesadilla termine. Qué horror!
Barranquilla, septiembre 16 de 2019
www.amylkaracosta.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario