jueves, 15 de junio de 2017

¡La draga aquí! Editorial de El Heraldo

Tendremos la draga mañana en Barranquilla.
El aparato es esperado como un novio que debe casarse porque ya la pareja está embarazada y el suegro no quiere que la sociedad se entere del suceso...

¿Por qué le pasan estas cosas a una ciudad tan agradable como Barranquilla?

Esperemos que el aparato sea la salvación.
De 12 metros de calado bajamos a 7,5...

Estaremos atentos para contarles esa historia.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Pd: el Editorial de El Heraldo es diciente.

¡La draga aquí!

La caída histórica a 7,5 metros del calado autorizado para el canal de acceso preocupa a diversos estamentos que hoy exigen que la draga preste su trabajo de forma permanente, y no solo ante emergencias como la que hoy vive el puerto local.

Tienen justa razón las voces que se levantan alarmadas por la noticia de que el calado para  el canal de acceso al puerto ha caído a un  récord histórico. Es que 7,5 metros de calado autorizado asusta a los portuarios y a las empresas navieras. Una situación “extremadamente preocupante”, como la califica Asoportuaria.
Y la preocupación se acentúa en la medida en que estamos en temporada de lluvias y los índices del aumento del nivel del Río son altos. Esos indicadores hacen presumir que la navegabilidad y el acceso deben ser, si no óptimos, al menos aceptables. La crisis ha servido para que, de una vez por todas, las autoridades y los medios exijan que la draga que vaya a prestar sus servicios no lo haga de manera esporádica, sino permanente. Que se quede. Que su trabajo sea habitual. Que no sea un paño de agua tibia.
Incluso contra aquellas voces que lanzan dardos al puerto local, hay que recordar que esta ciudad es usuaria y a la vez productora de buena parte de las mercancías que son descargadas y cargadas aquí. 
También vale decir que fue por este mismo río Magdalena y su entrada, Bocas de Ceniza –que al tiempo es salida al mar–, por donde la industria del país entró a finales del siglo XIX y principios del XX. No en vano esta circunstancia geográfica le valió a Barranquilla el buen nombre de Puerta de Oro de Colombia.
Pero, ahora, un descuido histórico de la nación con el Río, la depredación forestal de sus márgenes, la forma sistemática como se agrede esta gran avenida natural que es el Magdalena, y muchos factores más, han producido el impacto negativo que sufre el canal de acceso. 
Los informes técnicos señalan que la considerable disminución del calado obedece, entre otras razones, a las variaciones en las profundidades en diferentes sectores de Bocas de Ceniza y en la zona de fondeo “Delta”, de Las Flores. Ya con las alarmas encendidas se espera que los trámites administrativos y preparatorios del dragado se hagan con celeridad porque más del 40% del volumen de tráfico que se maneja en el puerto de Barranquilla se verá afectado.


Pero también hay buenas noticias, porque desde ayer está anunciado que la compañía European Dredging, sucursal Colombia, ganó la licitación que había abierto Invías para contratar las obras de dragado por $3.018 millones. Aparentemente las voces de alarma han dado fruto, pues la orden de inicio del trabajo se dará mañana, tras la declaratoria de urgencia manifiesta.
La expectativa con este dragado es que el canal en la zona de Bocas de Ceniza podrá tener una profundidad de 12,19 metros, con lo cual se espera normalizar la navegabilidad en el puerto. Pero la solicitud al Gobierno nacional de las autoridades locales debe ser escuchada con atención y en justicia con esta ciudad: ¡la draga aquí!

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